La Ciudad Luz se queda a oscuras: las drásticas medidas que toma París para ahorrar electricidad
Desde la Torre Eiffel hasta las grandes avenidas redujeron el horario de encendido de luminarias, pero advierten que la medida tiene un carácter simbólico, más que real
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PARÍS.- La Ciudad Luz estará a oscuras.
Los negocios de lujo de la ciudad están apagando sus luces durante la noche, sumiendo la avenida Montaigne y otras zonas famosas por sus vidrieras en una relativa oscuridad. Los turistas que van de noche a sacarse fotos frente a los grandes monumentos solo consiguen capturar siluetas en sombras, y hasta la Torre Eiffel, símbolo del ascenso de Francia como potencia industrializada, apaga sus luces más temprano.
La medida se tomó en respuesta al llamado de “sobriedad energética” del presidente francés, Emmanuel Macron. El gobierno le ha pedido a los municipios, empresas y hogares que reduzcan su consumo de energía en un 10% por un lapso de dos años, para contrarrestar la decisión de Rusia de cortar el flujo de gas natural a Europa.
Pero son varios los países europeos que han encarado su propio ajuste. El gobierno de Italia planea restringir la calefacción en hogares y empresas. Los Países Bajos han urgido a sus habitantes a tomar duchas más breves. Finlandia alienta a su población a reducir el tiempo que pasan frente a sus dispositivos digitales. Y los monumentos históricos de Alemania también están en penumbras.
Pero estos esfuerzos por ahorrar energía también hicieron que varios funcionarios de gobierno se pregunten si los gestos son justificados y si lograrán mover el amperímetro de la crisis energética de Europa.
“La sobriedad no es dejar de vivir, ni de trabajar y recibir turistas. Sobriedad es ahorrar dónde tiene más sentido en términos de consumo de energía”, le dijo al canal de noticias BFM la ministra de energía de Macron, Agnès Pannier-Runacher, y agregó que apagar las luces de los monumentos “probablemente no represente un gran ahorro de energía”.
Pero París no se ha conformado con atenuar las luces, sino que eso es parte de una serie de medidas destinadas a reducir el consumo en aproximadamente un 8%, que incluye planes para bajar el termostato en las dependencias públicas de la ciudad. La alcaldesa Anne Hidalgo ha dicho que los monumentos apagados son una señal para que los vecinos recuerden que tienen que ahorrar energía.
“Hay que sacarse de la cabeza que la gente solo se siente atraídas por las luces”, dijo el vicealcalde de París, Emmanuel Gregoire. “Las personas no son mosquitos”.
Francia dio a conocer su plan de 50 páginas para ahorrar energía durante una conferencia de prensa que contó con la presencia de nueve ministros del gobierno y duró más de tres horas. El Estado francés es un importante consumidor de energía, y entre otras medidas decidió cortar el agua caliente en los baños de los edificios públicos y limitar la calefacción a 18°C en todos los edificios públicos, incluidos los juzgados y los museos.
Los ministros también dijeron que los vehículos oficiales circularán a menor velocidad para ahorrar energía. Según el informe que presentaron, circular en ruta a 95 kilómetros por hora, en vez de a 125, reduce en un 20% el consumo de combustible.
Las medidas invitan a los franceses a realizar una serie de cambios en el hogar: usar lavavajillas y lavarropas fuera de los horarios con pico de consumo, desconectar las computadoras y los televisores que no estén en uso y tomar duchas más cortas.
El gobierno también sugirió que las empresas les pidan a sus empleados que trabajen desde su casa algunos días, para que las oficinas queden apagadas y no consuman energía. La federación nacional de empleadores Medef rechazó de plano cualquier propuesta para aumentar el teletrabajo.
El informe francés también consigna que después de la calefacción de los edificios públicos, el segundo mayor gasto de energía de los municipios es el alumbrado público, que representa el 31% de su gasto en electricidad.
El corte del gas ruso ya ha provocado el cierre de fábricas en toda Europa y amenaza la economía de la región, que depende en gran medida de sus empresas siderúrgicas, químicas y automotrices.
Hace un par de días, Asia Willis, una publicista de Los Ángeles, se sorprendió al descubrir que la pirámide de cristal del Museo del Louvre había perdido su enjoyado esplendor. La estructura, generalmente iluminada desde adentro hasta altas horas de la noche, era una boca de lobo. “¡Qué desilusión!”, dice Willis. “Es una verdadera pena que esté todo oscuro. La vista sigue siendo hermosa, pero me gustaría ver todo esto con sus luces encendidas. Me encanta la arquitectura y esta es una oportunidad perdida.”
París se hizo conocida como la Ciudad Luz en el siglo XVII, cuando el jefe de policía buscó mejorar la seguridad en las calles instalando miles de farolas y antorchas. Dos siglos después, la ciudad había convertido en líder en electrificación urbana.
Normalmente, Francia es una exportadora neta de electricidad. Pero la pérdida del gas ruso, sumada a los problemas técnicos en las plantas nucleares, ha obligado a Francia a importar electricidad.
En el distrito comercial parisino conocido como “el triángulo dorado”, ahora los locales de Louis Vuitton apagan las luces desde las 10 de la noche hasta las 7 de la mañana, una de las medidas que la compañía ha puesto en marcha para ahorrar energía. Históricamente, las marcas de lujo mantenían encendidas hasta altas horas de la noche, y sus rutilantes vidrieras funcionaban como carteles publicitarios.
Y con la llegada de la Navidad, se vienen más restricciones. Este año, la iluminación festiva de Champs-Elysées, la avenida más famosa de la ciudad, durará seis semanas en lugar de siete, como era en años anteriores. El Comité de Champs-Elysées también ha pedido que a partir del 15 de octubre todas las boutiques, vidrieras y pantallas de la avenida apaguen las luces a partir de las 22, con excepción de restaurantes y cines.
En cuanto a la Torre Eiffel, ahora sus luces se apagan dos horas antes, a las 23:45, cuando el monumento cierra para los turistas. Según la empresa que opera el monumento, el encendido de sus cientos de luces representa alrededor del 4% de su consumo total de energía.
Mientas pasea con un amigo por las inmediaciones de una Torre Eiffel sin luces, Romain Tang Thaï Sen, de 20 años, dice que la imagen es un fuerte mensaje para todos, más allá de dónde vivan.
“Hay que apagar las luces”, dice Thaï Sen. “Esos son los valores que tenemos que difundir por todo el mundo.”
Nick Kostov
The Wall Street Journal
(Traducción de Jaime Arrambide)
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