La carrera hacia 2016, con viejos conocidos
Clinton y Bush, dos apellidos que suenan para otra campaña
WASHINGTON.- Sólo pasaron tres días y las elecciones aún pueden verse en el espejo retrovisor. Pero mientras Barack Obama está enfocado en los desafíos de su segundo mandato y los republicanos se hacen replanteos, otros ya piensan en la carrera por 2016.
No son pocos los que imaginan un duelo de viejos apellidos de la política: Clinton versus Bush, las dinastías que se intercambiaron el control de la Casa Blanca entre 1989 y 2008. Aunque, claro, ya no se trataría de una contienda entre Bill y George W. Quienes saldrían al ruedo esta vez serían la esposa del ex presidente demócrata y actual secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el hermano del republicano, Jeb Bush, ex gobernador de Florida.
Hillary es la figura que cosecha más adhesiones entre los demócratas. "La verdad es que todos dentro del partido estarán congelados hasta que Hillary decida lo que quiere hacer", dijo un estratega demócrata.
Con ese panorama, la principal traba para Hillary es ella misma. El mes pasado, en una entrevista, dijo que no se lanzaría a las próximas primarias. Sin embargo, la hipótesis que tiene más fuerza es que se tomará un tiempo para analizarlo.
La danza de nombres demócratas incluye otras opciones. Allí está Andrew Cuomo, el gobernador de Nueva York, de 54 años. Y habría que prestarles atención al alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa (59), que copresidió la Convención Demócrata, y el ascendente alcalde de San Antonio, Julián Castro (38).
Además, si no va Hillary, se abriría un espacio para otra mujer: Elizabeth Warren (63), electa senadora por Massachusetts y la nueva estrella de la izquierda.
Entre los republicanos, en tanto, Jeb Bush tiene a su favor el hecho de que la gente espera que él sea el candidato. A pesar de que su apellido es sinónimo de quien aquí muchos consideran responsable de los males del país, el ex gobernador de Florida es una opción considerada viable y moderada. Como gobernador cosechó un fuerte apoyo entre los latinos, a quienes el partido necesita atraer por su creciente peso electoral.
"Hay varios líderes emergentes que ejemplifican los caminos que el partido puede tomar, como moderados que lucen muy diferentes a los tradicionales, generalmente blancos y mayores. Entre ellos, el senador por Florida Marco Rubio", señaló a LA NACION el analista John Hudak. La juventud y origen cubano de Rubio pueden ser de importancia en la búsqueda del voto latino.
Muchos ven la solución del liderazgo en la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice, pero ella insistió en que no se presentará. Sí se anotarían Paul Ryan, compañero de fórmula de Mitt Romney y uno de los preferidos del ultraconservador Tea Party, y Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey, que genera simpatías entre los moderados. Su trabajo junto con Obama por el paso del huracán Sandy fue visto como una dosis necesaria de bipartidismo.
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