La caprichosa debilidad de Máxima que no pasa desapercibida en sus apariciones públicas
La reina de los Países Bajos definió un estilo personal que la convirtió en una de las monarcas mejor vestidas; la opinión de Benito Fernández, uno de sus diseñadores predilectos
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Verde, violeta, naranja, un vibrante turquesa, ningún color amedrenta a Máxima de Holanda. La reina hizo del monocolor un estilo registrado. “Es uno de los tips más recurrentes a los que la reina Máxima recurre, la hace sentirse más segura”, destaca el argentino Benito Fernández. “De la misma manera que en los formatos apuesta por los vestidos de un solo hombro o los strapless o los vestidos al cuerpo, el monocolor ya es parte de su estilo”, destaca el argentino, uno de sus diseñadores favoritos.
¿Aburrida, yo?
Unos podrían decir que, al optar por el monocolor, todo el asunto del buen vestir estaría fácilmente resuelto. Que todos podríamos apostar por este formato sin necesidad de pensar qué ponernos cada día. Pero lo de la reina Máxima de los Países Bajos va más allá. Gustosa de las prendas con buen calce y telas que le permitan lucir prolija en todo momento, lo suyo es bien minucioso: no solo se encarga de dar con el color adecuado sino también de combinar a la perfección sus tonos. Podría fallar, pero no. A Máxima el color block le sienta bien. Y ella lo sabe. “Desde siempre eligió el monocolor en muchas prendas. Primero porque a ella le quedan bien, se siente cómoda, más sólida. También porque, generalmente son colores vivos, y eso le encanta. Yo le he hecho muchos colorados, violeta, fucsia, colores. Creo que además de sentirse bien, la empodera y le da la posibilidad también de combinar porque ella usa muchos accesorios”, explica el argentino Benito Fernádez, su diseñador de cabecera.
Los accesorios como aliados
En un inteligente matchy matchy style, Máxima de los Países Bajos se las ingenia para dar con los accesorios correctos, ya sean aros, calzado, sombreros o foulards. Poco -casi nada- es dejado al azar, ya que a la reina le gusta tener sus looks controlados a la hora de reuniones o visitas oficiales. Que su mensaje visual sea simple y directo.
Y, si bien le gusta jugar con diseños osados y estampados importantes de vez en cuando, fue su estilo de colores plenos el más destacado por los medios en el viaje que realizó hace unas semanas a Noruega. Un look tras otro, Máxima dejó en claro que los compromisos oficiales son el ámbito en los que mejor se mueve.
Para verte mejor
Desde el día uno, Máxima Zorreguieta entendió los códigos de la realeza. Los que, al estilo de Isabel II de Inglaterra -quien elige vestir en la misma modalidad-, le simplifican labores no solos a los miembros de la seguridad real que no deben estar rastreando por dónde va, sino también al pueblo siempre deseoso de ver pasar a su reina.
Se sabe que los colores brillantes les permiten a los miembros de la realeza ser detectadas más fácilmente. Y Máxima lo sabe y se atreve a usarlos todos (desde el turquesa y el verde al petróleo o el borravino). Los utiliza con estilo para que todos puedan tener así sea un vistazo de su pasar.
Adoptó el color block como parte de su ADN de estilo y lo dejó asentado mucho antes de convertirse reina. Sin embargo, consagró al monocromo en 2013 cuando -tras la abdicación de la reina Beatriz y en la investidura del rey Guillermo- cuando eligió lucir un elegante vestido en azul Klein del holandés Jan Taminiau con encaje y cristales Swarovski. Ese vestido pasó a la historia como uno de sus mejores aciertos. Máxima lo combinó con una capa que realzaba sus hombros: monocolor, por supuesto (y en combinación con la espléndida tiara de zafiros).
Los colores plenos la empoderan
El color block tiene sus tips, capaz de alargar visualmente la figura o bien dar una imagen más limpia y a primera vista, prolija. Con la reina de Holanda esto no haría falta. “Y es que, con su altura -creo que estaba midiendo aproximadamente 1, 80 m.- su look monocolor queda superimpactante”, explica Benito Fernández. “Ella entra y no podés quitarle la mirada de encima, no hay manera de no darse cuenta de su presencia. ¡Se transformó de alguna forma en su fetiche!”.
La elección adecuada
Máxima de Holanda sabe cuándo y qué color usar. Tampoco es que desee parecer un eterno arcoíris. “Lo mismo que hace con los colores vibrantes lo traslada a colores como el camel, uno al que ella recurre mucho, sobre todo para el día o el dorado para la noche”, detalla su diseñador preferido.
Como buena representante de los Países Bajos, su manera de vestir y los colores que utiliza en cada ocasión influyen. El monocromo también le permite a la reina realizar discretos homenajes -como cuando usa el naranja, un guiño al color de la Casa de Orange, en festividades nacionales-. También transmitir diferentes sensaciones y estados de ánimo sin necesidad de hablar: bien supo utilizarlo para reflejar sus momentos de alegría o de pérdidas.
Vestir como una reina
En tiempos de crisis, la manera de vestir de la reina Máxima incluso ayudó a aumentar su popularidad. Su estilo color block suma puntos también a la hora de cuidar la imagen real. Es que sus looks monocromo (que destacan más los accesorios que las prendas en sí) le permiten reciclar más fácilmente sus looks, cosa que ella hace, una y otra vez.
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