La caída de Afganistán: la inteligencia de EE.UU., otra vez en la mira por un fracaso militar
Biden y el Pentágono dijeron que la información provista por la comunidad de inteligencia indicaba que el retorno de los talibanes al poder podría ocurrir más adelante, pero no en pocos días, tal como ocurrió
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WASHINGTON.- Otra vez, la inteligencia de Estados Unidos quedó en la mira. La bochornosa salida de Afganistán en medio de la caída de Kabul dejó una pregunta colgada del aire: si el gobierno de Joe Biden prometió que habría una salida ordenada, y una y otra vez afirmó que había previsto todas las contingencias, y además el retorno de los talibanes era un escenario que muchos consideraban inevitable, ¿cómo pudo ser que la Casa Blanca quedara desbordada, atónita y forzada a implementar a las apuradas la evacuación de miles de norteamericanos y afganos, negociando con los talibanes, a los que había expulsado del poder hacía 20 años?
La respuesta que han dado el Pentágono y el propio Biden es la misma: no hubo ninguna advertencia de la comunidad de inteligencia que anticipara un colapso tan abrupto del Ejército afgano –al que Estados Unidos equipó y entrenó– o del gobierno de Ashraf Ghani.
El primero en apuntar a la inteligencia fue el jefe del Estado Mayor Conjunton, el general Mark Milley, durante una conferencia de prensa en el Pentágono junto con el secretario de Defensa, Lloyd Austin. Luego de que varios medios difundieron declaraciones off the record que indicaban que la comunidad de inteligencia había advertido a la Casa Blanca y al Departamento de Estado sobre un eventual colapso afgano, Milley dijo que nunca se barajó la posibilidad de que ocurriese tan rápido.
“Permítanme hacer un comentario sobre la inteligencia, porque veo por todos lados en las noticias que hubo advertencias de un colapso rápido”, comenzó Milley. Tras indicar que la caída del gobierno afgano era un escenario que los militares barajaban, aclaró: “Sin embargo, el período de tiempo de un colapso rápido, que fue ampliamente estimado, varió de semanas a meses e incluso años después de nuestra partida. No hubo nada que yo o alguien más viera que indicara un colapso de este ejército y este gobierno en 11 días”.
Milley se mostró particularmente sorprendido por la rendición del Ejército afgano. Otro traspié de la inteligencia. Washington estimaba que las fuerzas de seguridad afganas contaban con alrededor de 300.000 hombres. Biden se mostró confiado en uno de sus ida y vuelta con la prensa antes de la debacle en que esa fuerza podría contener a unos 75.000 talibanes. Ahora el ejército afgano pasó a ser “un ejército de papel”.
“Tenían el entrenamiento, el tamaño, la capacidad para defender su país. Esto se reduce a una cuestión de voluntad y liderazgo. Y no, yo no vi, ni nadie más vio el colapso de un Ejército de ese tamaño en 11 días”, se sinceró Milley.
Biden también apuntó a la comunidad de inteligencia sobre Afganistán en su entrevista con la cadena ABC. Al ser presionado si se movió con información errónea cuando dijo, a fines de julio, que un retorno de los talibanes al poder era “altamente improbable”, Biden respondió que “no había un consenso”, y que los informes de inteligencia apuntaban a un eventual colapso para fines de este año.
EXCLUSIVE: Pres. Biden to @GStephanopoulos on Afghanistan: “The idea that we’re able to deal with the rights of women around the world by military force is not rational … The way to deal with that is not with a military invasion.” https://t.co/Nao9WiJ96k pic.twitter.com/O0Bht6YyRR
— ABC News (@ABC) August 19, 2021
“La comunidad de inteligencia no dijo en junio o julio que, de hecho, esto iba a colapsar como colapsó”, reconoció Biden en la entrevista. “No hay un buen momento para irse de Afganistán”, insistió en otro tramo.
El mandatario norteamericano ya había admitido el lunes en su primer discurso en la Casa Blanca luego de la caída de Kabul que el retorno de los talibanes al poder había ocurrido mucho más rápida de lo que su gobierno preveía, pero ahora por primera vez reconoció que su gobierno tomó decisiones con una lectura –errada– del terreno en Afganistán.
La mayor crisis para Biden
Ese error de cálculo aparece ahora detrás de la mayor crisis que ha enfrentado la administración de Biden desde que asumió, hace menos de ocho meses. A la defensiva y forzada a correr la crisis de atrás, la Casa Blanca ha intentado defender la planificación y ejecución de una salida caótica de una guerra de 20 años, la más larga en la historia del país.
Biden había prometido que Estados Unidos dejaría Afganistán sin repetir la experiencia de 1975 de Saigón, en Vietnam, y su equipo insistió en que se preparó para todas las “contingencias”. Pero la Casa Blanca todavía no ha ofrecido una explicación acabada sobre la hercúlea falla en la retirada de Afganistán.
El único motivo brindado hasta ahora es que el retorno de los talibanes ocurrió más rápido de lo previsto. Ni Biden ni nadie de su equipo de seguridad nacional ha admitido error alguno en el plan de salida, y Milley dijo que cualquier “autopsia” quedará para más adelante. El Congreso se prepara para una maratón de audiencias en las que los republicanos seguramente aguijonearán a los funcionarios de Biden.
“Biden defendió con fuerza su decisión de abandonar Afganistán después de dos décadas. Es una de las medidas con las que, según sugieren las encuestas, la mayoría de los estadounidenses está de acuerdo”, escribió David Axelrod, estratega de Barack Obama, en el sitio de CNN. “Sin embargo, al insistir obstinadamente en que tenía razón todo el tiempo, sin reconocer completamente el dolor de esta retirada y la ejecución fallida del final del juego, Biden disminuyó el poder de su argumento”, concluyó.
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