La ayuda es apenas visible en la devastada Puerto Rico
Los habitantes esperan la asistencia del gobierno local y del federal
MONTEBELLO, Puerto Rico (AP).- En Montebello, en el norte de Puerto Rico, los vecinos formaron brigadas de voluntarios para cortar árboles caídos y despejar las retorcidas rutas de montaña tras la devastación por el huracán María, y se organizaron para conseguir agua, que escasea en la isla por el corte del suministro.
Pero desde que la tormenta barrió la isla la semana pasada nadie vio ningún funcionario del gobierno local, ni mucho menos de la Agencia Federal de Gestión de Desastres (FEMA, por sus siglas en inglés).
La devastación que dejó María (por lo menos 16 muertos y casi todos los 3,4 millones de habitantes sin electricidad) es tan amplia que las autoridades sólo han podido centrar los esfuerzos de auxilio en la capital, San Juan.
Montebello, a 20 minutos de la localidad costera de Manatí, en el Norte, es una zona montañosa que antes mostraba bosques frondosos, pero los vientos del huracán, de categoría 4, arrancaron las hojas y dejaron los árboles desnudos como palos secos.
El gobernador de la isla, Ricardo Roselló, y la comisionada residente Jennifer González, representante en el Congreso, dijeron que pedirán más de 1000 millones de dólares de asistencia federal, al tiempo que elogiaron la respuesta al desastre de la FEMA y del presidente Donald Trump, que tiene previsto visitar Puerto Rico la próxima semana.
Pero nada de esa ayuda llegó todavía a las zonas más alejadas del país, que luchan por sobrevivir.
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