La auditoría no aplaca las protestas en Bolivia
La oposición se radicaliza y afirma que es una maniobra "distractiva"
LA NACION
LA PAZ (AFP).- El inicio de una auditoría de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre las cuestionadas elecciones del 20 de octubre, que dieron el triunfo en primera vuelta al presidente boliviano, Evo Morales, no llevó calma al país: las protestas contra el resultado se radicalizaron y ya dejaron dos muertos y 140 heridos.
La Paz registraba ayer cortes de rutas en barrios acomodados de la zona sur, los más críticos de Evo.
La policía antimotines custodiaba cruces vitales, mientras a cierta distancia de los piquetes opositores se congregaban grupos de leales a Morales dispuestos a rehabilitar por la fuerza la circulación vehicular, por lo que la posibilidad de nuevos choques estaba latente.
La oposición, que denunció un fraude electoral a favor de Evo, se niega a avalar la auditoría iniciada anteayer por la OEA por considerar que se trata de "una maniobra distractiva para mantener al presidente en el poder".
Los opositores, que mantienen semiparalizado el país, no demandan un nuevo recuento de votos. Algunos multitudinarios cabildos abiertos exigen directamente la anulación de la votación y convocar a nuevas elecciones generales (presidenciales y legislativas) "sin Evo Morales", exigencia rechazada por el gobernante.
Se estima que la auditoría de la OEA durará entre 10 y 12 días y, según explicaron, el trabajo se basará en cuatro aspectos: cómputo de actas y papeletas, cadena de custodia, proceso informático del escrutinio y, por último, el componente estadístico y proyecciones.
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