Kryptos: la enigmática escultura de la CIA que esconde un secreto indescifrable
La obra guarda un mensaje que todavía no ha podido ser develado, pese al esfuerzo de miles de personas que lo intentaron
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Es un enigma que ya cumplió 30 años sin ser develado. Y para colmo, se encuentra en un lugar del mundo donde abundan los expertos en descifrar ese tipo de incógnitas. Se trata de una obra escultórica que se llama Kryptos (”oculto”, en griego antiguo), que incluye un mensaje secreto y que fue inaugurada el 30 de noviembre de 1990 nada menos que en el patio de la sede central de la Agencia Central de Inteligencia Estadounidense (CIA), en la ciudad de Langley, estado de Virginia.
Kryptos es una obra de arte. Pero también es un misterio a manera de escritura críptica que genera una verdadera pasión en cientos de personas a lo largo y ancho del planeta, que se mantienen unidas y siempre enfocadas en el intento de decodificarlo.
Formalmente, la escultura es una especie de pantalla ondulada de bronce de unos 3,6 metros de alto y 6 metros de ancho. En ella se encuentran, en un caótico despliegue, unas 2000 letras cuyas siluetas están perforadas sobre el metal, que guardan ese secreto no develado por nadie en tres décadas.
El escultor del enigma
La obra fue encargada al escultor estadounidense Jim Sanborn que, a modo de apuesta lúdica, sabiendo que su criatura sería vista por los expertos en códigos de la CIA, los más renombrados del país, decidió incorporarle un desconcertante desafío.
Paradójicamente, el escultor no conocía nada de códigos ni de criptografías. Se asesoró de manera pertinente por el experto Edward Scheit, que había sido presidente del centro criptográfico de la CIA. Munido de algunos conocimientos bastante más firmes, Sanborn puso manos a la obra y empezó a trajinar el bronce para darle forma a Kryptos.
Y para dotarlo de todo su misterio.
Pero, pasados los años, el mismo artista que implantó el mensaje secreto se mostró sorprendido de lo difícil que resultó a todo el mundo desentrañar su intríngulis. “No pensé que duraría tanto tiempo -30 años- sin ser descifrado”, dijo Sanborn en una entrevista a la CNN.
Los mensajes descifrados
Los miles de entusiastas que tratan de descifrar los arcanos de Kryptos alrededor del mundo no se han dado por vencidos. Y tienen motivos para no hacerlo. Sucede que, de acuerdo a lo que explicó el mismo autor, los enigmas de la obra se dividen en cuatro partes, y tres de ellas, ya han sido desveladas.
Además, el autor, que no revelará nunca la respuesta del código que ha creado, de vez en cuando da algunas palabras que funcionan como pistas para estimular a los rastreadores del enigma en su incansable lucha por decodificarlo.
Un científico californiano llamado Jim Gillogly fue el primero que aseguró haber descifrado los tres tramos iniciales del críptico mensaje. Luego lo hicieron especialistas de la CIA. Pero, ni con toda la tecnología moderna, que incluye la inteligencia artificial y el uso de sofisticados decodificadores informáticos se ha podido hallar una respuesta al cuarto fragmento.
El primero de los tres textos revelados dice: “Entre la sutil sombra y la ausencia de luz se encuentra el matiz de la ilusión”. Por supuesto, el fragmento está escrito en inglés y, también en ese idioma, la palabra “ilusión” se encuentra mal escrita -iqlusion-, como para despistar a los rastreadores.
El propio Sanborn señaló que quería que el Kryptos se revelara de a poco, en un proceso que funciona como “pelar capas de una cebolla”. En ese sentido, la segunda “capa” del enigma también fue descubierta.
Se trata de un fragmento más largo que el anterior, armado en forma de sopa de letras, que brinda las coordenadas para ubicar la sede central de la CIA, insinúa que hay algo enterrado allí y hace referencia también a quien era el director de la agencia en tiempos en que se realizó la escultura: William Webster, a quien se lo nombra simplemente como ”WW”.
El tercer pasaje, más largo aún que el anterior, hace una referencia a otro gran develador de misterios que hubo en la historia humana. También con faltas intencionales de ortografía, el fragmento repite una parte del relato realizado por el arqueólogo británico Howard Carter cuando abrió la tumba de Tutankamón, en noviembre de 1922.
El cuarto pasaje de la Kryptos
La buena noticia es que la cuarta parte del enigma es más corta que las otras. Tiene apenas 97 caracteres. Además, el propio Sanborn fue dando algunas pistas de palabras que se encuentran en ese revoltijo de letras en código. En 2010, dio como una ayuda la existencia en el criptograma de la palabra “Berlín”.
En 2014, agregó el término “reloj”, y finalmente, en enero del año pasado, antes del acoso de la pandemia de coronavirus, el artista reveló la tercera palabra: “noreste”.
Pero eso fue toda la ayuda otorgada por el autor de Kryptos, que ya cuenta con 75 años, y dice que se sentiría “aliviado” si alguien llegara a resolver pronto su secreto desafío.
La decodificadora
Posiblemente si alguien puede representar a los miles de “descifradores” de Kryptos que pululan por todo el mundo, ella es Elonka Dunin. Esta mujer, desarrolladora de videojuegos y consultora, creó una página web que desborda información sobre la críptica escultura.
Ella también trata de decodificar el enigma, pero recibe además muchos mensajes de personas que creen haberlo resuelto. Señaló que muchos se obsesionan demasiado y que parecen haber caído en una enfermedad mental a causa de esa empresa. “Siempre soy amable con ellos y hago todo lo posible por escucharlos”, dijo Dunin, en una entrevista con The New York Times.
Dunin organiza también reuniones con los fanáticos de Kryptos, que una vez cada dos años se reúnen en un restaurante o en el mismísimo estudio de arte del creador de la escultura, que los escucha pero no suelta prenda sobre el enigma que encierra su criatura.
La solución de Kryptos, ¿se subastará?
Sanborn, como el creador de la obra, estableció un sistema para recibir mensajes de las personas que creen haber dado con la solución a sus arcanos. Creó una página que, por 50 dólares, procesa las respuestas que le envían. Pero hasta ahora, ninguna de ellas ha podido dar en el blanco.
El artista señaló también que no sabe qué pasará con la solución del misterio cuando él muera, pero se encuentra casi seguro que subastará la respuesta si nadie puede hallarla antes de su muerte. El que obtenga el remate del enigma podrá publicar la solución, o conservar el secreto.
En cuanto al dinero que se recaude, Sanborn señaló que planea donarlo para financiar los estudios sobre crisis climática en la zona donde vive, la península de Chesapeake, en Maryland, donde hay un alarmante ascenso del nivel del mar.
Pero hay otra mala noticia para los amantes de este tipo de misterios. Cuando se resuelva el cuarto fragmento del Kryptos, todavía restará resolver otro interrogante más. Es que los cuatro pasajes forman entre todos otro enigma a revolver.
Además, por fuera del pergamino de cobre se ven en la obra trozos de código morse esparcidos, un pilar de madera petrificada, una pileta giratoria y losas de granito. Todos elementos que suman más confusión al ya de por sí enmarañado mensaje cifrado, que, tal parece, estará unos cuantos años más sin ser resuelto.
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