Kim toma una drástica decisión para que las Coreas nunca vuelvan a ser un país unificado
El dictador pidió cambiar la Constitución para que Corea del Sur sea visto como enemigo principal y cerró las agencias abocadas a la reunificación
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SEÚL.- El enfoque de Corea del Norte hacia Corea del Sur ha sido cambiante en las últimas décadas. Si bien a menudo llamó al Sur su “enemigo jurado” y amenazó con “aniquilarlo” con armas nucleares, en ocasiones también entabló un diálogo y discutió una posible reunificación. Pero eso parece haberse terminado.
Según informes de los medios estatales del martes, Corea del Norte abandonó formalmente la reunificación pacífica como objetivo político clave. Al anunciar el drástico cambio, el dictador norcoreano, Kim Jong-un, dijo que su país ya no veía a Corea del Sur como “el socio de la reconciliación y la reunificación”, sino como un enemigo que debe ser subyugado, si es necesario, mediante una guerra nuclear.
Kim pidió el lunes que se cambie la Constitución para que Corea del Sur sea vista como el “enemigo principal” y advirtió que su país no tiene intención de evitar la guerra en caso de que se produzca, informó el martes el medio estatal KCNA.
En un discurso ante la Asamblea Popular Suprema, el Parlamento norcoreano, Kim dijo que había llegado a la conclusión de que la unificación con el Sur ya no era posible y acusó a Seúl de buscar el colapso del régimen y la unificación por absorción.
Kim dijo que la Constitución debería enmendarse para educar a los norcoreanos en que Corea del Sur es un “enemigo principal e invariable” y definir el territorio del Norte como separado del Sur. “No queremos la guerra, pero no tenemos intención de evitarla”, declaró Kim, citado por KCNA.
Corea del Norte también debe planear “ocupar, subyugar y reclamar completamente” Corea del Sur en caso de guerra y los surcoreanos ya no deben ser llamados compatriotas, añadió Kim, pidiendo la ruptura de todas las comunicaciones intercoreanas y la destrucción de un monumento a la reunificación en Pyonyang.
El líder norcoreano también señaló que no reconocerán la frontera marítima de facto entre ambos países y amenazó con una guerra abierta si Seúl viola “ni siquiera 0,001 milímetros” de su territorio.
También se cerrarán tres agencias relacionadas con la unificación y el turismo intercoreano, añadieron los medios estatales.
El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, afirmó en una reunión de su gabinete que Pyonyang estaba siendo “antinacional” por calificar a Corea del Sur de país hostil. El mandatario agregó que una provocación de Corea del Norte recibirá una réplica “múltiples veces más fuerte” y enfatizó las “abrumadores capacidades de respuesta” de su ejército.
Deterioro
La beligerante retórica de ambos líderes refleja el deterioro de las relaciones entre las dos Coreas, agravado tras el reciente lanzamiento de un satélite de espionaje de Pyongyang que desencadenó la suspensión de un acuerdo militar para contener las tensiones fronterizas.
La decisión anunciada por el Parlamento de Corea del Norte de cerrar las agencias de cooperación se suma a otras medidas que han escalado las tensiones como maniobras militares con fuego real o lanzamientos de misiles.
En sus Constituciones, tanto el Norte como el Sur reivindican su soberanía sobre toda la península.
La República Popular Democrática de Corea y la República de Corea (los nombres oficiales del Norte y el Sur) fueron fundadas hace 75 años, pero todavía se consideran mutuamente entidades ilegales.
Además se encuentran técnicamente en conflicto puesto que las hostilidades de la guerra de Corea (1950-1953) terminaron con un armisticio, pero nunca llegó a firmarse la paz entre ambos países.
Hasta ahora, las relaciones entre ambas eran gestionadas por el Ministerio de Unificación en Seúl y el Comité para la Reunificación Pacífica en Pyongyang, una de las agencias abolidas por la asamblea norcoreana.
La petición de Kim de cambios constitucionales se produce en un momento en que las tensiones han empeorado en la península de Corea debido a una serie de pruebas de misiles y a la presión de Pyonyang para romper con décadas de política y cambiar su forma de relacionarse con Corea del Sur.
Partes significativas del discurso de Kim exponían planes para mejorar los medios de subsistencia y sugería que su retórica hacia Corea del Sur y Estados Unidos estaba diseñada para ayudar a mantener la unidad interna y lograr objetivos económicos y militares, mientras Washington está distraído con otras crisis, dijo Lim Eul-chul, profesor de estudios sobre Corea del Norte en la Universidad Kyungnam de Corea del Sur.
Por otro lado, Won Gon-park, de la Universidad Ewha Womans de Seúl, argumentó que Kim parecía sentirse amenazado por el refuerzo de la disuasión nuclear ampliada por parte de Corea del Sur y Estados Unidos, el despliegue de activos estratégicos estadounidenses en la península coreana y los esfuerzos militares trilaterales con Japón.
“El lenguaje cada vez más agresivo de Kim Jong-un parece mostrar que siente que ha perdido la sartén por el mango en la relación intercoreana”, dijo Park.
Agencias AFP y Reuters y diario The New York Times
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