Kim barre pronósticos al superar hitos en el desarrollo militar
El análisis
WASHINGTON.- El dispositivo que anteayer hizo temblar las montañas cercanas al sitio de pruebas de Punggy-ri implica un salto cuántico en la capacidad nuclear de Corea del Norte y produjo una explosión al menos cinco veces más fuerte que sus anteriores pruebas, con suficiente potencia para devastar una gran ciudad.
Y si los análisis demuestran que se trataba de un arma termonuclear, tal como asegura Pyongyang, también representaría un triunfo a otra escala: un hito técnico alcanzado mucho antes de todos los pronósticos, que pone la fuerza más destructiva que hay sobre la Tierra en las manos de un autócrata de 33 años de edad.
El logro borró de un plumazo cualquier escepticismo sobre la capacidad técnica norcoreana y vuelve tangible la perspectiva de que Corea del Norte cuente con misiles nucleares intercontinentales, según los analistas norteamericanos expertos en armas. Muchos predicen que en poco tiempo más los norcoreanos podrían contar con una versión miniaturizada de su supuesta bomba termonuclear, o incluso que probablemente ya exista.
"Corea del Norte alcanzó una capacidad nuclear que le permitiría borrar del mapa cualquier gran ciudad del mundo", dice Sue Mi Terry, ex analista de la CIA sobre cuestiones norcoreanas y actual directora del Bower Group Asia para la región de Corea. "Si la bomba que probó Corea del Norte no era de hidrógeno, como ellos dicen, mucho no les falta para lograrla."
La explosión se registró exactamente al mediodía coreano en las montañas del nordeste del país y produjo ondas sísmicas equivalentes a un terremoto de magnitud 6,3, o sea 10 veces más intenso que el registrado durante su anterior prueba nuclear, hace exactamente un año.
El análisis concluyente puede tardar un par de semanas, pero los expertos en armas dicen que por su potencia es altamente probable que la explosión responda a una bomba termonuclear. A veces llamadas bombas de hidrógeno o bombas H, estos dispositivos nucleares de segunda generación fueron incorporados en los arsenales norteamericanos y soviéticos en la década de 1950 y fueron desde un principio una amenaza destructiva infinitamente mayor que las bombas atómicas lanzadas sobre Japón en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial.
Como las bombas H tienen un diseño en dos etapas bastante complejo, muchos expertos pensaban que los científicos norcoreanos todavía estaban a meses o años de poder manejar esa tecnología. El año pasado, cuando Pyongyang se jactó de haber probado un dispositivo termonuclear, muchos expertos descartaron esa pretensión y la consideraron pura propaganda.
Pero anteayer todo ese escepticismo se desvaneció. "A mí me quedan pocas dudas", dice James M. Acton, físico y codirector del Programa de Política Nuclear del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, un centro de estudios con sede en Washington. "Hacía tiempo que Corea del Norte daba señales de estar trabajando en una bomba H, así que no sería una gran sorpresa. Pero sí implica un avance tecnológico muy significativo."
La prueba, aparentemente exitosa, se realizó horas después de que el líder Kim Jong-un se mostró por televisión junto al que parecía el prototipo de una nueva bomba termonuclear, una notable demostración de confianza hacia la capacidad de los ingenieros armamentísticos de su país.
En función de otros progresos técnicos recientes en la producción de misiles de largo alcance y ojivas nucleares en miniatura, los expertos norteamericanos están prácticamente convencidos de que Corea del Norte tarde o temprano tendrá todos los elementos para enviar un misil nuclear hasta la otra punta del planeta.
Acton dice que aunque no hay certeza de que Corea del Norte pueda construir una ojiva lo suficientemente chica como para entrar en la cabeza de un misil, "debemos presuponer que pueden hacerlo".
Peter Zimmerman, físico nuclear y ex científico en jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, dice que los cálculos iniciales basados en las lecturas sísmicas hablan de un dispositivo de 200 kilotones de potencia, una fuerza destructiva 13 veces mayor que la bomba lanzada sobre Hiroshima en 1945 y probablemente "demasiado fuerte para ser una simple bomba de fisión".
Además, el prototipo exhibido por Kim en la víspera de la prueba "demuestra que conocen bastante bien los elementos esenciales del diseño termonuclear", dice Zimmerman.
Varios otros expertos nucleares señalaron que las características generales del dispositivo metálico con forma de maní exhibido en la televisión norcoreana son consistentes con las de una bomba de hidrógeno de dos etapas, aunque no se parecía a ningún arma actual o pasada de los arsenales norteamericanos.
"Éste es el primer gran paso adelante para los científicos e ingenieros norcoreanos", dice Zimmerman. "La primera prueba fue un fiasco, un par de pruebas siguientes tuvieron magros resultados y a partir de entonces la potencia no ha parado de incrementarse. Pero ahora es distinto, porque esta nueva tecnología rompe con esa continuidad e implica un salto hacia adelante."
Para los analistas que siguen el caso norcoreano desde hace tiempo, la prueba del domingo fue una sorpresa más que se suma a una seguidilla de avances tecnológicos. Exactamente dos meses antes, el 4 de julio, Pyongyang lanzó lo que para muchos expertos fue el primer misil balístico intercontinental de ese país, capaz de alcanzar Alaska y tal vez algunas ciudades del medio oeste norteamericano.
Semanas después, agentes de inteligencia norteamericanos confirmaban formalmente que Corea del Norte está en condiciones de construir ojivas nucleares en miniatura, capaces de ser instaladas en los misiles de largo alcance con los que ya cuenta ese país.
Traducción Jamie Arrambide
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