Khadafy, excéntrico hasta el fin
Se refugiaba en casas abandonadas y mantenía sus delirios de grandeza
MISURATA, Libia.- Después de 42 años de gozar de un poder absoluto en Libia, el coronel Muammar Khadafy pasó sus últimos días entre una actitud desafiante y enojada, y los delirios de grandeza, y sobrevivió a base de arroz y pasta que sus guardias encontraban en las casas vacías de civiles, a las que se mudaban cada pocos días, según reveló un asistente, capturado junto con el ex dictador.
Asediado por los rebeldes durante semanas, Khadafy comenzó a cansarse cada vez más de su vida de fugitivo en Sirte, su ciudad natal, dijo el ayudante Mansour Dhao Ibrahim, líder de la Guardia del Pueblo del país, una red de voluntarios e informantes leales al rais .
"El coronel solía decir: «¿Por qué no hay electricidad? ¿Por qué no hay agua?»"
Dhao, que permaneció junto a Khadafy durante todo el asedio, dijo que él y otros asistentes le aconsejaron repetidamente que abandonara el poder o el país, pero que Khadafy y uno de sus hijos, Mutassim, ni siquiera consideraban esas opciones.
Sin embargo, aunque algunos de los partidarios del coronel dijeron que se mostró belicoso hasta el fin y que estaba armado, en realidad el ex líder libio no participó del combate. Dhao dijo, en cambio, que prefería leer o hacer llamados por su teléfono satelital. "Estoy seguro de que no disparó un solo tiro", afirmó.
Los comentarios de Dhao, realizados durante una entrevista en el cuartel general de inteligencia militar de Misurata, se produjeron en el momento en que todavía se tratan de esclarecer las circunstancias de la muerte de Khadafy a manos de los rebeldes, en Sirte.
Dhao conoció a Khadafy hace décadas y era miembro del círculo íntimo en el que el ex dictador confiaba. Los residentes del barrio de Tajura, en Trípoli, dicen que Dhao encabezó las violentas respuestas del régimen a las manifestaciones en la zona durante los primeros días de la insurrección libia (en febrero) y ordenó a las tropas que abrieran fuego sobre los manifestantes.
En otra entrevista con Human Rights Watch, Dhao negó haber dado órdenes de disparar.
Ayer habló en la amplia sala de conferencias que era, a la vez, su celda, con las piernas cubiertas con una manta y vistiendo una camisa azul de un uniforme de una empresa eléctrica.
Había unos pocos guardias presentes, pero sólo hablaron entre ellos. Dhao dijo que sus captores lo habían tratado bien y que le habían enviado médicos para que le curaran las heridas que había sufrido antes de su captura, producidas por esquirlas en un ojo, en la espalda y en el brazo izquierdo.
Muchas de sus declaraciones parecieron poco convincentes y destinadas a favorecerlo. Dijo, por ejemplo, que él y otros habían intentado repetidamente persuadir a Khadafy de que los revolucionarios no eran "ratas" y "mercenarios", como le gustaba decir al rais , sino gente común.
Su relato del combate no tomó en cuenta las acusaciones de los rebeldes, que afirmaron que las fuerzas leales habían cometido abusos en Sirte. Ismael al-Shukri, el subjefe de inteligencia militar en Misurata, dijo que los leales habían usado familias como escudos humanos y que capturaban a las hijas para impedir que sus familias se marcharan. Los rebeldes también señalaron que las fuerzas de Khadafy ejecutaron a los soldados que se negaban a luchar.
El ex rais huyó a Sirte el 22 de agosto, el día que cayó Trípoli, en un pequeño convoy que atravesó los bastiones leales de Tarhuna y Bani Walid.
"Tenía mucho miedo de la OTAN", dijo Dhao, quien se unió a él una semana más tarde.
La decisión de permanecer en Sirte fue de Mutassim. El hijo del coronel pensó que la ciudad, desde hace tiempo conocida como un importante bastión khadafista y que sufría frecuentes bombardeos durante las incursiones aéreas de la OTAN, era el último lugar donde podrían buscarlo.
El coronel viajó con unas diez personas, entre ellos guardias y asistentes. Mutassim, que comandaba las fuerzas leales, se trasladó por su lado. Temía que su teléfono satelital estuviese siendo rastreado.
Aparte de su teléfono, que usaba para hacer frecuentes declaraciones a un canal de televisión sirio que se convirtió en su medio de comunicación oficial, Khadafy estaba "aislado del mundo", dijo Dhao.
No tenía una computadora y, en cualquier caso, casi nunca disponía de electricidad. El coronel, a quien le gustaba describir la revolución libia como una guerra religiosa entre los musulmanes devotos y los rebeldes, partidarios de Occidente, pasaba su tiempo leyendo el Corán, agregó Dhao.
Ruegos
El dictador se negó en varias ocasiones a escuchar los ruegos que le pedían que abandonara el poder. Decía, según Dhao: "Este es mi país. Entregué el poder en 1977", en referencia a su afirmación de que el poder estaba realmente en manos del pueblo libio.
"Intentamos convencerlo durante un tiempo, pero después la puerta se cerró", dijo el asistente, y añadió que Khadafy, sin embargo, parecía más abierto que sus hijos a la idea de dejar el gobierno.
Alrededor de dos semanas atrás, cuando los rebeldes irrumpieron en el centro de Sirte, el coronel y sus hijos quedaron atrapados mientras iban y venían entre dos casas de una zona residencial llamada Distrito 2. Estaban rodeados por cientos de combatientes, que disparaban contra la zona con ametralladoras pesadas, cohetes y obuses.
"La única decisión posible era vivir o morir", dijo Dhao.
Khadafy decidió que era hora de marcharse, y planeó escapar a una de sus casas cercanas, en la que había nacido.
El jueves pasado, supuestamente un convoy de más de 40 autos partiría alrededor de las 3 de la mañana, pero la desorganización de los voluntarios leales demoró la partida hasta las 8. En un Land Cruiser Toyota, Khadafy viajaba con su jefe de seguridad, un pariente, el chofer y Dhao. El coronel no dijo prácticamente nada durante el trayecto.
Los aviones de la OTAN y los combatientes rebeldes los encontraron media hora después de la partida. Cuando un misil cayó cerca del auto, se inflaron los air bags , dijo Dhao, que fue herido de bala durante el ataque. Cuando recuperó la conciencia, estaba en el hospital.
"Lamento todo lo que le ocurrió a Libia, de principio a fin", dijo.
Traducción de Mirta Rosenberg
La millonaria fortuna que dejó Khadafy
El ex rais sacó secretamente de Libia más de 200.000 millones de dólares. Hizo inversiones en Medio Oriente y el sudeste de Asia.
200 MIL MILLONES DE DOLARES
Es la fortuna que sacó secretamente de Libia e invirtió o escondió en cuentas en el exterior
100 MIL MILLONES DE DÓLARES
Era la cifra que los gobiernos occidentales sospechaban que tenía Khadafy en efectivo, oro y otros bienes.
30 MIL DOLARES
Es el equivalente de lo que le correspondería a cada libio si la fortuna acumulada por Khadafy se repartiese entre la población
30 MIL MILLONES DE DOLARES
Era lo que tenía escondido en otros países no precisados, de acuerdo con investigaciones preliminares.
37 MIL MILLONES
De dólares en cuentas bancarias e inversiones en Estados Unidos tenía Khadafy. La mayor parte estaba a nombre de entidades estatales.
Murió el príncipe heredero saudita
RIAD (Reuters).- El príncipe heredero de Arabia Saudita, sultán Bin Abdulaziz al-Saud, murió ayer a los 80 años en Nueva York, de cáncer de colon. El fallecimiento allana el camino para que el príncipe Nayef, de 78 años y actual ministro del Interior, se convierta en el probable sucesor al trono del mayor exportador de petróleo del mundo. El sultán fue una figura central en el proceso de toma de decisiones del reino desde que fue nombrado ministro de Defensa, en 1962. Se prevé que el rey Abdullah, que tiene 87 años y ayer abandonó el hospital tras una cirugía en su espalda, convoque una sesión del Consejo de Lealtad para aprobar a su heredero elegido.
Kareem Fahim
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