Kevin Farrell: “Para ser Papa y para gobernar se necesita la cabeza, no las piernas”
En una entrevista con LA NACION, el cardenal estadounidense, que es prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y uno de los más influyentes de la curia, desestimó los rumores de renuncia; “quizás, es expresión de deseo” de la oposición, dijo
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ROMA.— No hay dudas de que el cardenal estadounidense Kevin Joseph Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, es uno de los más influyentes de la curia romana.
Cercano a Francisco, en diciembre de 1978 fue ordenado sacerdote por otro argentino que dejó huellas en el Vaticano: el cardenal Eduardo Pironio, que se encuentra en camino hacia la santidad. Desde que llegó a Roma en 2016 tras un llamado de Jorge Bergoglio, Farrell, que fue obispo de Dallas y obispo auxiliar de Washington, fue acumulando encargos y poder. De 74 años, irlandés naturalizado estadounidense, no sólo revolucionó el “ministerio” del Vaticano que dirige, donde logró poner a dos mujeres (madres de familia y sin nexos anteriores con el Vaticano) al frente de dos secciones, algo sin precedente, sino también logró que su equipo estuviera formado mayoritariamente por laicos, a diferencia del pasado.
Fiel reflejo de la enorme confianza que le tiene el Papa, Farrell en los últimos años también fue designado “camarlengo”, es decir, es la persona que deberá manejar la “sede vacante”, como se llama el período que se abre cuando un pontífice muere o renuncia; es presidente del Comité de Inversiones recientemente creado para evitar maniobras oscuras; y presidente del Comité Materias Reservadas, también instituido para que ya no haya en el Vaticano operaciones fraudulentas secretas como la adquisición de un edificio en Londres. Es, además, miembro del consejo del APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica) y del Governatorato.
En una entrevista con LA NACION, Farrell, que organizó el X Encuentro Mundial de las Familias que empieza este miércoles en Roma —que por primera vez tendrá un formado reducido y al mismo tiempo se extenderá al mundo—, desestimó categóricamente los rumores de renuncia que reinan en el Vaticano por una combinación de factores. Desde principios de mayo el Papa se mueve en una silla de ruedas para recuperarse de un problema de ligamentos en la rodilla derecha; convocó a un consistorio de cardenales para fin de agosto y recientemente suspendió su viaje a África, programado para principios de julio, para no comprometer el tratamiento de la pierna al que se está sometiendo y que, al parecer, está dando buenos resultados.
Al respecto, hablando en perfecto español, el cardenal Farrell recordó que el presidente estadounidense Frankin Delano Roosevelt (1882-1945) fue electo cuatro veces estando en sillas de ruedas.
—¿Cómo es el clima en el Vaticano? Hay atmósfera de fin de pontificado?
—No creo que hay clima de fin de pontificado. Yo creo que todo esto está muy exagerado, no hay hechos concretos. Sólo sé que se desataron rumores porque el Papa pidió que todos los cardenales del mundo vinieran a Roma a fin de agosto, cuando creará nuevos cardenales. Pero sinceramente yo no he hablado con nadie en el Vaticano de fin de pontificado...
—¿Pero se habla del cónclave que elegirá al sucesor de Francisco, o no?
—No. A mí nadie me ha hablado de cónclave y yo, por ser camarlengo, no puedo hablar de cónclave...
—¿No hay cenas, reuniones de cardenales, como se sabe que hubo antes de la elección de Francisco y cómo el proprio Papa dijo que hubo después de su operación de colon del año pasado?
—Puede ser que haya, pero a mí no me invitan (risas)...
—¿Por qué no lo invitan?
—Porque soy el camarlengo y no puedo hablar de nada que tenga que ver con el cónclave y porque soy del lado de Francisco, los de la oposición no me necesitan a mí para hablar de esas cosas...
—Hablando justamente de estos rumores de renuncia (también por la visita a fin de agosto a la ciudad de L’Aquila, donde el papa Celestino V dimitió en 1294), usted, que es el camarlengo y es quien tomará las riendas en ese caso ¿cómo lo ve al Papa?
—Siempre bromea conmigo el Papa, hace chistes, y la última vez que estuve con él me dijo que va a celebrar la misa de este sábado de cierre del Encuentro Mundial de las Familias. El Papa dice que para ser Papa y para gobernar se necesita la cabeza, no las piernas. En Estados Unidos tenemos el ejemplo de Roosevelt (Franklin Delano), que fue electo cuatro veces consecutivas presidente en una silla de ruedas... Eran otros tiempos, ahora nadie puede ser electo más de dos veces en Estados Unidos...
—¿La silla de ruedas que el Papa está utilizando desde principios de mayo, entonces, no interfiere, ni siquiera psicológicamente?
—No, para nada. ¿Cuántos años estuvo Juan Pablo II utilizando ese carrito o plataforma móvil en la Basílica y en la Plaza San Pedro? Quizás, todos estos rumores de renuncia son una expresión de deseo de los que no lo quieren a Francisco...
—¿Cómo cayó la reforma de la Curia, es decir, la nueva Constitución Apostólica “Predicad el Evangelio”, en el Vaticano?
—Creo que hay muchos que ven la necesidad de esta reforma, los que trabajan en el Vaticano y saben lo que pasa, se han dado cuenta desde el último cónclave que todos los cardenales del mundo han pedido que reforme la curia. Y lo único que ha hecho Francisco es poner en práctica lo que pidieron todos los cardenales del mundo de una manera, según me dicen, muy fuerte. El objetivo del Papa es que haya más transparencia en la Curia. Claro, siempre habrá críticas y personas que critican, pero realmente no veo, de parte de nadie, ni he escuchado, críticas fuertes. En este proceso de reforma de la curia, que duró 9 años, se ha consultado, se ha hablado y escrito y todos han tenido la oportunidad de decir qué pensaban...
—El Papa convocó a todos los cardenales del mundo a una reunión, el 29 y 30 de agosto, para reflexionar sobre esta reforma que ha cambiado radicalmente a la curia: ¿Hay expectativas por lo que puede llegar a decir en esos días?
—Sí, son dos días de estudio y reflexión sobre “Predicad el Evangelio” y creo que el Papa dirá algo sobre eso...
—Muchos cardenales creen que debería regularse el tema de la renuncia de los Papas, del papa emérito... ¿Usted qué opina?
—No puedo comentar nada sobre esto.
—Este miércoles comienza el Encuentro Mundial de las Familias en Roma, que concluirá el domingo y el Papa siempre dijo que la familia está en crisis: ¿para usted cuál es el mayor desafío de la Iglesia hoy?
—El mayor desafío de la Iglesia, hoy, en referencia a las familias, es explicar de una manera más adecuada lo que es la importancia del matrimonio y de la familia para el futuro de la humanidad.
—Y fuera del ámbito de las familias ¿el mayor desafío?
—Creo que la Iglesia en los años después del Concilio Vaticano II (1962—65), se ha dormido un poco. Juan XXIII convocó al Concilio para que nuevo aire pudiera entrar por las ventanas y pienso que no hemos aplicado las enseñanzas del Concilio a la realidad de la vida actual. No se ha hecho eso y creo que este es el problema más grande y más grave de la Iglesia de hoy. El Papa usó recientemente una palabra, “restauracionismo” (en una entrevista con directores de revistas culturales jesuitas de Europa) y ése es el problema, porque no se ha enseñado lo que los obispos y cardenales dijeron en el Concilio. Entonces hay un ‘vacuum’ en el que no hemos hecho nada. Yo veo y puedo hablar de la situación de Estados Unidos: por ejemplo, nos quedamos con los programas de evangelización de la década de 1950... Es decir, el gran problema es que nosotros mismos nos volvimos irrelevantes en el mundo de hoy por no abordar los muchos temas y problemas relacionados con la enseñanza de la fe . Esto no significa que tenemos que cambiar la doctrina, sino que significa que tenemos que encontrar nuevas formas de comunicar cuál es el mensaje del Evangelio para la gente del mundo de hoy.
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