Kate Middleton tiene cáncer: el último mazazo para una monarquía que ya venía golpeada
El exilio de Harry y Meghan, la muerte de Isabel II y ahora la mala salud de Carlos III y Kate profundizan la incertidumbre sobre el futuro de la familia real británica
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LONDRES.- Kate, princesa de Gales, anunció el viernes que le diagnosticaron cáncer y que empezó con el tratamiento de quimioterapia, poniéndole así un triste epílogo a los meses de rumores sobre su salud y sumiendo a la familia real británica en una profunda incertidumbre ya que dos de sus figuras más prominentes enfrentan una grave enfermedad.
El diagnóstico de Kate se conoce poco después del de su suegro, el rey Carlos III, que a principios de febrero anunció que tiene cáncer y que está recibiendo tratamiento. Al igual que el rey, Kate, de 42 años, no especificó qué tipo de cáncer padece ni cuál es su pronóstico.
El anuncio de Kate fue como un mazazo para un país donde los miembros más populares de la familia real —y Kate ciertamente lo es— por momentos siguen siendo tratados como un integrante más de cada familia británica. La noticia desató una ola de solidaridad, tanto de personalidades públicas como de gente común, para quienes Kate representa el futuro de la realeza: una figura glamorosa pero también accesible, nacida fuera de la aristocracia, que se convirtió en princesa y madre ante la implacable mirada de la opinión pública británica.
El anuncio también puso un freno, al menos por ahora, a la catarata de rumores y teorías conspirativas que circulaban frenéticamente en las redes sociales y medios de noticias sobre la salud de Kate y hasta sobre su paradero. Pero tal como ocurrió con el rey Carlos, el anuncio de Kate dejó muchas preguntas sin responder.
Los funcionarios de palacio no dieron precisiones sobre el tipo de cáncer ni sobre qué tan avanzado está o durante cuánto tiempo recibirán quimioterapia. Un vocero dijo que Kate había empezado el tratamiento a fines de febrero y que la princesa se encuentra “en el camino de la recuperación”. Los funcionarios también les pidieron a los medios que no hagan especulaciones sobre su estado de salud, un intento probablemente inútil de frenar un nuevo round de preguntas de la prensa.
Pero al menos la expectativa de que la princesa retomara sus funciones oficiales después de Pascua, como el palacio anunció en su momento, parece descartada. El palacio ya avisó que no brindará más información médica privada sobre Kate, y agregó que la princesa tenía derecho a la privacidad en cuestiones de salud, “como tenemos todos”.
En sus deseos de pronta recuperación para Kate, el primer ministro Rishi Sunak les apuntó a quienes fogonearon rumores sobre su salud.
“Ha sido sometida a un intenso escrutinio y ha sido tratada injustamente por ciertos sectores de los medios de todo el mundo y en las redes sociales”, apuntó Sunak en X. “Cuando se trata de cuestiones de salud, ella, como todos los demás, debe tener la privacidad necesaria para concentrarse en su tratamiento rodeada de su familia.”
El cáncer de Kate es otro duro golpe para la familia real británica, ya que deja fuera de juego a una de sus figuras más visibles y en un momento en el que sus filas ya venían muy mermadas. Además de Carlos, que para someterse a tratamiento ha debido cancelar sus apariciones públicas, en los últimos tiempos la familia ha tenido que adaptarse a la pérdida de la reina Isabel II, fallecida en 2022, a la partida del príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, y el exilio del príncipe Andrés, caído en desgracia por sus vínculos con el delincuente sexual condenado y fallecido en la cárcel Jeffrey Epstein.
Harry y Meghan emitieron un comunicado con deseos de “salud y recuperación para Kate y la familia, con la esperanza de que puedan atravesar este momento con privacidad y en paz.”
El Palacio de Buckingham dijo que Carlos estaba “muy orgulloso de Kate por su valentía al hablar como lo hizo”. Tras señalar que el rey la había visitado cuando ambos estaban siendo tratados en un hospital de Londres, el palacio informó que durante las últimas semanas Carlos “está en contacto permanente con su amada nuera.”
El derrotero médico que relató Kate en su mensaje es un reflejo inquietante del de su suegro. Cuando se le practicó la cirugía, los médicos creían que su problema no era canceroso. La cirugía fue exitosa, dijo Kate, pero los análisis posteriores encontraron evidencias de cáncer. Los médicos le indicaron tratamiento de quimioterapia, que ella había iniciado recientemente, señaló la princesa.
En cuanto al cáncer del rey, en su momento el palacio informó que fue detectado después de un procedimiento de exploración por agrandamiento de la próstata. Si bien el palacio ha dicho que no tiene cáncer de próstata, no ha especificado de qué tipo de cáncer se trata ni cuál es su pronóstico.
Hasta la difusión del video de Kate, el Palacio de Kensington, donde el príncipe y la princesa de Gales tienen sus oficinas, prácticamente no había dicho nada sobre su estado de salud, un vacío informativo que fogoneó una andanada de rumores y teorías conspirativas en las redes sociales.
Los diarios británicos se encontraron en un brete, ya que la Justicia determinó que el derecho a la privacidad se extiende a los miembros de la familia real. El Código de Ética y Buenas Prácticas Editoriales, al que se ciñe gran parte de la prensa británica, protege a todos los individuos contra intromisiones injustificadas en temas de salud física y mental.
El rol de los hijos
En su video, Kate da a entender que la familia necesita un espacio de privacidad para que ella pudiera asumir su situación y explicársela a sus hijos. Un funcionario de palacio dijo que el anuncio fue programado para este viernes porque acababan de comenzar las vacaciones de Pascua y los hijos de Kate no tendrían que enfrentar la avalancha de cobertura de los medios o soportar las preguntas de sus compañeros de clase sobre el estado de salud madre.
“Me llevó tiempo recuperarme de una cirugía mayor para después poder empezar con el tratamiento”, dice Kate en el video. “Pero lo que más tiempo no llevó es explicárselos a Jorge, Charlotte y Luis de una manera en que lo puedan entender, y asegurarles que voy a estar bien.”
“Como les dije ellos, estoy bien y cada día con más fuerza para concentrarme mentalmente, físicamente y espiritualmente en las cosas que me ayudarán a sanar”.
Los rumores sobre la salud de Kate comenzaron a acelerarse en enero, poco después de que el Palacio de Kensington anunciara que ingresaría en la Clínica de Londres, un hospital privado, para someterse una cirugía abdominal, y que permanecería internada entre diez y 14 días. No hubo fotos de sus hijos llegando o saliendo del hospital para visitar a su madre, apenas una imagen de Guillermo al volante, saliendo en auto del hospital.
Cuatro semanas después del alta de Kate, Guillermo bajó abruptamente su presencia de un servicio religiosos en memoria de su padrino, el rey Constantino de Grecia, aduciendo “un tema personal”, lo que aceleró las especulaciones de las redes sociales sobre la salud de su esposa.
El domingo 10 de marzo, Día de la Madre en Gran Bretaña, el Palacio de Kensington difundió una foto de Kate con sus tres hijos, tomada por Guillermo. El objetivo era aplacar las especulaciones sobre su salud, pero la foto desató un nuevo round de teorías conspirativas cuando Associated Press y otras agencias de noticias informaron que la imagen había sido alterada digitalmente.
Kate reconoció haber hecho esos retoques y se disculpó atribuyéndolo al deseo inocente de un fotógrafo aficionado de mejorar sus fotos. Pero la situación generó dudas sobre la forma de comunicarse con la opinión pública de la familia real: Kate ha fotografiado a muchos miembros de la familia real en situaciones privadas, y esas fotos han sido publicadas profusamente en los periódicos británicos.
Durante la semana que pasó, se habían conocido imágenes de Guillermo y Kate saliendo de una granja-almacén cerca de su casa en Windsor. El palacio, como viene haciendo desde que se generó esta situación, se negó a confirmar las imágenes, y el frenesí de especulaciones llegó al paroxismo.
A pesar de todas las preguntas que deja sin responder, los observadores de la realeza dicen que el video del viernes de la princesa Kate fue un paso en la dirección correcta.
“El mensaje en video es una intervención bienvenida y necesaria, y con suerte contribuirá a disipar los rumores y descabelladas especulaciones de las últimas tres semanas”, señala Ed Owens, historiador de la realeza. “Lo que hace falta para garantizar que la familia real no pierda la confianza de la opinión pública es precisamente ese tipo de transparencia informativa”.
Por Mark Landler
Traducción de Jaime Arrambide
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