Julio Bocca se despidió del Ballet Nacional de Uruguay con la camiseta celeste
En 2018 seguirá en el Ballet de Orlando, el English National y en el San Francisco Ballet
MONTEVIDEO.- Con la celeste puesta, ante la ovación de un público y en medio de un clima especialmente emotivo, el maestro argentino de la danza clásica Julio Bocca se despidió del Ballet Nacional del Uruguay.
El Auditorio Nacional del ente cultural estatal uruguayo (Sodre) vivió una de las galas de ballet a la que el público se acostumbró desde el desembarco de Bocca en 2010.
En poco tiempo, el maestro argentino puso al ballet uruguayo en un sitio en el que jamás había estado y, una expresión artística que era para pocos, ganó masividad y entusiasmo colectivo.
El amor fue lo que llevó a Bocca al Uruguay y el desamor con el instituto estatal fue lo que lo llevó a buscar otro camino artístico. Julio se mudó a Montevideo por el amor con su pareja uruguaya y fue tentado a dirigir la compañía nacional de danza, que en este tiempo logró gran prestigio.
El desgaste se dio porque Bocca sintió que trabas burocráticas, condiciones rígidas para integrar el ensayo de bailarines con orquestas y otras cuestiones de esa naturaleza implicaban destinar tiempo a batalles internas, que era necesario para la mejora de la calidad de arte.
En la última gala al frente del ballet uruguayo, Boca salió al escenario con una camiseta de la selección uruguaya, debajo del saco; saludó al público en el escenario y agradeció al elenco artístico, al equipo de gestión y a los colaboradores.
“Mágica función la de hoy”, expresó en la noche del jueves, la primera bailarina, María Riccetto, tras su actuación en “Cascanueces”.
Bocca dijo que el año que viene trabajará con el Ballet de Orlando, el English National, y en el San Francisco Ballet, la segunda compañía del American Ballet.
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