Juicio histórico en Alemania: por primera vez condenan a un miembro del régimen sirio
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COBLENZA, Alemania.- La justicia alemana condenó hoy a un exmiembro de los servicios de inteligencia sirios a cuatro años y medio de prisión por “complicidad en crímenes de lesa humanidad”, en el marco del primer proceso en el mundo vinculado con abusos imputados al régimen de Bashar al-Assad.
La Alta Corte Regional de Coblenza halló culpable al sirio Eyad al-Gharib, de 44 años, de haber participado en septiembre u octubre de 2011 en el arresto y encarcelamiento en un centro de detención secreto del régimen de al menos 30 manifestantes. El acusado ocultó su rostro a las cámaras con una carpeta y escuchó el veredicto con los brazos cruzados y la mirada fija. Llevaba una mascarilla médica.
La sentencia del tribunal fue un poco inferior al pedido de la fiscalía de cinco años y medio. A casi diez años después del comienzo de la revuelta popular en Siria, el 15 de marzo de 2011, es la primera vez en el mundo que un tribunal se pronuncia sobre un caso relacionado con la sangrienta represión por Damasco de las manifestaciones prodemocracia organizadas en la estela de la primavera árabe. Los activistas de derechos humanos confían en que el histórico fallo marque un precedente para otros casos.
Al pronunciar el veredicto, la presidenta del tribunal Anne Kerber se refirió a la “vasta y sistemática represión” de la protestas por la libertad y la democracia en Siria.
Eyad al-Gharib estaba acusado de complicidad en crímenes contra la humanidad, en particular por haber participado en el arresto y encarcelamiento en el centro de detención “rama 251” o A-Khatib de al menos 30 manifestantes tras una protesta en Duma, capital de Oriental, cerca de Damasco, en 2011. Fue el primero de los dos acusados que comparecen desde el 23 de abril pasado ante este tribunal alemán en escuchar la sentencia. Los jueces decidieron dividir el juicio en dos. El segundo acusado, Anwar Raslan, de 58 años, considerado una pieza más importante en el aparato de seguridad sirio, está siendo juzgado por crímenes contra la humanidad por la muerte de 58 personas y la tortura de 4000 presos. Se prevé que el juicio de este excoronel dure al menos hasta finales de octubre.
Principio de jurisdicción universal
Para juzgarlos, Alemania aplica el principio de jurisdicción universal que permite procesar a los autores de crímenes muy graves independientemente de su nacionalidad y del lugar donde se hayan cometido.
Este fallo “abre una puerta a la esperanza (...). La existencia misma de un veredicto es aún más importante que la duración de la pena porque es el primer paso hacia un largo camino para obtener justicia”, reaccionó el sirio Wassim Mukdad, parte civil de este juicio y víctima de tortura en Al-Khatib.
”El nombre de Al-Assad se pronunció al menos cinco veces durante la lectura del veredicto”, dijo por su parte el abogado de las partes civiles Patrick Kroker, mientras que el fiscal Jasper Klinge vio en el fallo “una señal para los autores” de los crímenes en masa en Siria.
Las demandas ante tribunales de Alemania, Suecia y Francia se multiplican gracias a la diáspora siria que se ha refugiado en Europa. A día de hoy son la única posibilidad de juzgar las atrocidades cometidas en Siria, debido a la parálisis de la justicia internacional.
La trayectoria del condenado
Eyad al-Gharib trabajó en los eslabones más bajos de la inteligencia antes de desertar en 2012 y de huir de Siria en febrero de 2013. Llegó a Alemania el 25 de abril de 2018 después de una larga odisea en Turquía y Grecia. Nunca ha ocultado su pasado.
De hecho la justicia alemana comenzó a interesarse por él cuando contó su trayectoria a las autoridades encargadas de dirimir sobre su solicitud de asilo. Fue detenido en febrero de 2019.
La acusación afirma que fue un engranaje de un sistema en el que la tortura se practicaba “a una escala casi industrial”. Al-Gharib permaneció a la sombra de Anwar Raslan durante el juicio de 10 meses, permaneció en silencio y ocultó su cara. Ha escrito una carta en la que expresa pena por las víctimas.
El acusado también estaba bajo la férula de un primo y allegado a Bashar al-Assad, Hafez Majluf, temido por su brutalidad.
Más de una decena de sirios y sirias contaron ante el tribunal el suplicio que sufrieron en la prisión de Al Jatib. Algunos testigos hablaron de forma anónima, con la cara oculta o con peluca por miedo a represalias contra sus familias que todavía se encuentran en Siria. Por primera vez también se presentaron en el tribunal fotografías del “expediente César”. Este exfotógrafo de la policía militar puso su vida en peligro para sacar del país 50.000 fotografías de 6786 sirios detenidos y abocados a una muerte terrible, hambrientos y torturados.
Agencias AFP y AP
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