Jueves Santo: el polémico gesto del Papa con un cardenal apartado por corrupción
Faltó a la misa en la Cena del Señor en San Pedro, que en cambio fue a celebrar a la capilla privada del ex influyente prelado Angelo Becciu, a quien el año pasado echó por malversación de fondos y nepotismo
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ROMA.- Fue el gran misterio del Jueves Santo: por qué el Papa no estuvo en la celebración de la Misa de la Cena del Señor, que recuerda la Última Cena, que presidió en su lugar esta tarde en la Basílica de San Pedro el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.
Aunque se había especulado con que el faltazo se debía a la ciática que sufre y a un consejo de su médico, finalmente trascendió que el papa Francisco celebró la también llamada misa in Coena Domini en la capilla del departamento privado del cardenal italiano Angelo Becciu, en el Palacio del Santo Oficio.
Becciu es el alto prelado de origen sardo, que durante años fue estrecho colaborador del Pontífice, que fue imprevistamente defenestrado el 24 de septiembre del año pasado, al salir a la luz su involucramiento en manejos turbios de millones de euros.
La noticia de la misa con Becciu, revelada por Francesco Grana, periodista muy cercano al alto prelado, que le pidió la difusión del hecho, fue confirmada poco más tarde por el Vaticano en su portal, Vatican News. “No tengo noticias para dar sobre los compromisos privadis del Santo Padre, pero no me parece extraño un gesto de paternidad de este tipo en un día como este, Jueves Santo”, dijo antes una fuente del Vaticano, ante las insistentes preguntas de los periodistas.
Il Papa ha celebrato questo pomeriggio, intorno alle 17,30, la messa in Coena Domini nella cappella dell’appartamento privato di Sua Eminenza il cardinale Angelo Becciu, nel Palazzo del Sant’Uffizio pic.twitter.com/NUORhB2jfX
— Francesco Antonio Grana (@FrancescoGrana) April 1, 2021
Lo cierto es que el gesto de cercanía sacerdotal del Papa a Becciu en el Jueves Santo causó mucho ruido y desconcierto. Más allá de que el Papa siempre llamó a curar a todos los heridos, como podría ser Becciu, también siempre condenó en forma tajante y sin posibilidad de rescate a los corruptos. Aunque en verdad aún no hubo ningún juicio ni condena contra Becciu, el gesto también desató especulaciones de todo tipo. En un día en que también es especialmente protagonista Judas, el apóstol que traicionó a Jesús y en el que el Osservatore Romano publicó un artículo sobre “el perdón de Jesús a Judas”, también se pensó en eso: ¿fue el Papa a perdonar a un hombre que traicionó su confianza, tanto es así que obligó a renunciar el año pasado a su cargo de prefecto de la Congreción para las Causas de los Santos y a sus derechos conexos al cardenalato, como su participación en un cónclave? ¿Aunque está prohibido por las restricciones del coronavirus, le lavó el Papa los pies a Becciu, tal como Jorge Bergoglio antes de la era coronavirus hizo con presos y condenados de todo tipo en cárceles?
Becciu fue desde 2011 hasta mediados de 2018 sustituto de la Secretaría de Estado, es decir, el número tres del Pontífice y tuvo enorme influencia y poder en el Vaticano. Su intempestiva defenestración fue relacionada al escándalo financiero que afectó al pequeño Estado, que desencadenó algo que algunos bautizaron la “Operación Mani Pulite” del Vaticano. De hecho, Becciu ha sido puesto bajo la lupa de los fiscales del Vaticano y se especula con la apertura de un juicio en su contra.
Su salida tuvo que ver, en efecto, con la investigación que el Papa ordenó a mediados de 2019, al salir a la luz una millonaria inversión inmobiliaria en Londres que la Secretaría de Estado realizó en 2014, con fondos reservados. Entonces, basándose en una compleja arquitectura financiera en la que aparecen diversos fondos y entidades, la primera sección de la Secretaría de Estado adquirió, por 200 millones y 500.000 dólares el 45% de un edificio de 17.000 metros cuadrados, exHarrod’s, en la Sloan Avenue, en el coqueto barrio de Chealsea.
Cuatro años más tarde, para limitar las pérdidas millonarias causadas por esta inversión (también debido a la existencia de una gran hipoteca sobre el edificio), la Secretaría de Estado contrató como intermediarios a personajes italianos que, luego de operaciones complicadísmas, terminaron exigiendo una comisiónde 15 millones de euros, e hicieron levitar la desastrosa inversión a 350 millones de euros.
Al margen de esto, Becciu fue acusado de actos de corrupción y nepotismo, que en una conferencia de prensa que dio al día siguiente de ser echado por el Papa, en la que clamó su inocencia, minimizó. Tanto es así que acusó a su jefe máximo de estar equivocándose y de ser víctima de una maniobra urdida en su contra.
Expertos vaticanistas recordaron que, en los buenos tiempos, el Jueves Santo el Papa solía ser invitado a almorzar por Becciu en su casa junto a algunos curas romanos.
“La dama del cardenal”
El gesto de cercanía del Papa, que siempre habla de la misericordia de Dios, sobre todo con los pecadores, por supuesto enseguida fue utilizado para llevar agua al molino de Becciu. Un prelado que en los últimos meses incluso fue relacionado con un escándalo de dinero conectado con una mujer, Cecilia Marogna, bautizada por la prensa “la dama del cardenal”. “Su Santidad y el cardenal Becciu, de nuevo juntos, unidos en un abrazo”, comentaron fuentes cercanas al purpurado, que mantuvo el título de cardenal, pero que ya no podrá participar de un cónclave.
“Sin dudas es una decisión de gran valor simbólico la de Bergoglio, justo en un Jueves Santo, uno de los días más solemnes del período de Cuaresma”, escribió el diario L’Unione Sarda, de Cerdeña, de donde es oriundo Becciu. “Un gesto marcado por la reconciliación, después de lo sucedido en los meses pasados”, interpretó el periódico.
Aunque nadie descarta que Becciu pueda terminar en el banquillo de imputados, en el marco del “Mani Pulite” del Vaticano.