Jubileo de Platino: un último festejo para la reina Isabel y la fiesta que los británicos necesitaban
Gran Bretaña está decidida a regalarse un fiestón, no solo en honor del reinado récord de su monarca, sino como un desahogo tras la pandemia y unos 180.000 muertos por Covid
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LONDRES.- Aunque ella tal vez no usaría ese término, la reina Isabel II está por pegar una gigantesca vuelta olímpica, con vivas y hurras, un desfile a caballo de kilómetros de largo, 3200 descargas de salvas, y una serenata en el Palacio de Buckingham a cargo de sir Rod Stewart.
Y sus súbditos no tienen de qué quejarse: su majestad les regala un feriado de cuatro días para celebrar sus 70 años en el trono, el Jubileo de Platino.
Para este domingo, los británicos han organizado miles y miles de fiestas en las calles, almuerzos al aire libre, y picnics en los parques. La cantidad de “budín del jubileo” y “pollo de coronación”, de espumante helado y de cerveza tibia que se consumirá en esos cuatro días es básicamente incalculable…
Gran Bretaña está decidida a regalarse un fiestón, no solo en honor del reinado récord de su monarca, sino como un desahogo tras dos inviernos negros por la pandemia, tres cuarentenas totales a nivel nacional y unos 180.000 muertos por Covid, muchos de ellos en soledad.
Para los envarados británicos, celebrar “a la reina y al país” es una manera de celebrarse a sí mismos, de agitar banderitas británicas con un patriotismo sin estridencias, y de dejar atrás el dolor de la pandemia y las interminables peleas por el Brexit.
Por supuesto que no todos en Gran Bretaña celebran la existencia de la monarquía, y hay republicanos por todas partes. Pero lo cierto es que los británicos realmente quieren a su reina.
En las encuestas, los números de Isabel son astronómicos, que es mucho más de lo que puede decirse de los otros miembros del elenco real, como el príncipe Andrés -caído en desgracia por su amistad con el abusador sexual y proxeneta de menores Jeffrey Epstein-, o la controvertida pareja de expatriados a California, los duques de Sussex, Harry y Meghan.
Otro que está por el piso en las encuestas es el primer ministro Boris Johnson: la investigación policial determinó que él y otras 82 personas bajo la órbita de su gobierno violaron la cuarentena con reuniones y fiestas en Downing Street, donde según el informe oficial hubo vómitos, puñetazos y mucho, mucho alcohol…
Ahora, el país reclama su turno para festejar.
Imágenes de la reina
En las piedras de Stonehenge y las pilastras de Marble Arch se proyectan imágenes de la reina, y sus “maestros del desfile” se preparan para encender almenaras votivas en toda Gran Bretaña.
Se han levantado gradas alrededor del Palacio de Buckingham y el príncipe Guillermo ha redoblado sus prácticas de equitación para participar del Trooping of the Colour, el desfile militar del jueves por la mañana a lo largo de The Mall, la calle que une el Palacio con Trafalgar Square, que incluirá a 1400 oficiales y soldados, 200 caballos y 400 músicos.
Y el invitado de honor es el único monarca británico en alcanzar este hito: su Jubileo de Platino.
El reinado de Isabel II se ha extendido a lo largo de un siglo de cambios tan profundos que casi exceden la comprensión humana. Pronunció sus primeros discursos públicos por la radio, y ahora sus comentarios se publican en Twitter e Instagram.
Robert Hardman, biógrafo de la realeza y autor del nuevo libro “Queen of Our Times”, dice que Isabel tiene la cualidad de estar “siempre presente”, como un trasfondo casi “subliminal” para muchos británicos.
“Está siempre ahí, en las monedas, los billetes y las estampillas, en los edificios públicos, y hasta en los eventos deportivos, cuando se canta el himno nacional, ‘Dios salve a la reina’. Cada vez que el país se congrega por alguna razón, feliz o desgraciada, ella está en el centro de todo”, dice Hardman.
Entre las dos docenas de familias reales que quedan en el mundo, ninguna es tan conocida como los protagonistas de “The Crown”, la perenne y disfuncional Casa de Windsor.
Isabel, además, ha dejado en claro que no piensa retirarse: su tío Eddie convirtió “abdicación” en una mala palabra.
Pero en la calle los británicos son más realistas y saben que a la reina tal vez le queden cumpleaños por celebrar, pero que probablemente el próximo megaevento en honor de su majestad serán sus funerales.
Los números no mienten. La reina tiene 96 años. Su madre llegó a los 101. El príncipe Felipe, esposo de Isabel durante 73 años, murió el año pasado a los 99.
El funeral de Felipe -el último “highlight” de la realeza-, fue sombrío, parco y austero, con apenas unas docenas de miembros de la familia en la capilla del Castillo de Windsor, todos enfundados en negro y embarbijados, y la reina sola, derrumbada en su poltrona.
De hecho, el país entero empezó a temblar por la de salud de la reina en los últimos meses. Tras una internación, un esguince en la espalda, un ataque de covid y lo que los portavoces del palacio llaman “problemas episódicos de movilidad”, muchos llegaron a creer que Isabel no llegaría al jubileo.
Pero la tan espera semana llegó y la ocasión ofrece la oportunidad de mirar hacia atrás, hacer un balance, celebrar, y no pensar todavía en un entierro.
“Creo que todos nos damos cuenta de que este es su último gran evento público y es una forma de decirle gracias”, dice Ian Middleton, de 58 años, piloto de una aerolínea que tiene planeados varios festejos para el jubileo.
“Creo que el mayor legado de la reina es la continuidad, y cuando ella no esté Gran Bretaña será un lugar diferente”, dice Middleton. “Cuando ella se vaya, el impacto institucional será peor que el Brexit.”
Los cuatro días de celebraciones oficiales por el jubileo estarán arraigados en la tradición británica.
El jueves, el evento principal comienza con el desfile “Trooping the Colour”, con el que se celebra el cumpleaños oficial del monarca británico desde hace más de 260 años. Ese desfile es el mayor despliegue de la pompa británica, que concluye con un sobrevuelo de exhibición de la Real Fuerza Aérea observado por la familia real desde un balcón del Palacio de Buckingham.
Hay muchos rumores sobre quiénes estarán o no estarán en ese balcón este año. El palacio dijo que solo ingresarán “los miembros de la realeza con tareas asignadas”, y eso implicaría que no tendrán acceso ni el príncipe Andrés, ni el príncipe Harry y su esposa Meghan, duques de Sussex.
Por la noche, se encenderán más de 3200 almenaras votivas en todo el reino, incluido el “El árbol de los árboles”, una instalación de seis pisos de altura hecha con 350 árboles jóvenes, que se encenderá en una ceremonia especial en el Palacio de Buckingham. Más adelante esos árboles serán plantados en diversos lugares de las islas británicas.
El viernes, la familia real asistirá a un servicio religioso en la Catedral de St. Paul, donde está la campana más grande del país, que sonará a rebato para hacerse escuchar en toda la ciudad.
El sábado, la realeza asistirá al Derby de Epsom, una prestigiosa carrera donde tal vez compitan algunos de los caballos de la reina. Es difícil alejar a la reina de sus caballos, su gran afición, pero si los informes del tabloide The Sun son ciertos, es posible que no asista a la carrera para quedarse a celebrar el primer cumpleaños de su bisnieta Lilibet, hija del príncipe Harry y Meghan Markle.
Más tarde esa misma noche, miles de personas se reunirán frente al Palacio de Buckingham para disfrutar de un concierto en vivo de artistas como Duran Duran, Rod Stewart y Queen, cuyo guitarrista Brian May interpretó la famosa canción “God Save the Queen” desde el techo del palacio durante el Jubileo de Oro de la reina, en 2002.
El domingo, un desfile recorrerá en procesión el centro de Londres, con actuaciones de artistas como Ed Sheeran, que interpretará su balada “Perfect” en honor a la reina y al fallecido príncipe Felipe. Se abrió un registro online de festejos privados y más de 85.000 personas ya se inscribieron para organizar “Grandes Almuerzos de Jubileo” ese mismo día, aunque es probable que haya festejos en miles de hogares más. Hay rumores de que la familia real podría aparecerse de improviso en alguno de ellos.
Pero todos estos eventos tienen una sola cosa en común, y es que la mayoría de los británicos brindarán por el único monarca que han conocido.
William Booth y Karla Adam
The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide
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