Juan Carlos se retira y empieza una nueva vida
En una carta enviada a su hijo, anunció su alejamiento de la vida pública
MADRID.- La noticia fue, como suelen ser las de la casa real, una sorpresa. El rey emérito Juan Carlos de Borbón , padre del actual rey Felipe VI, anunció que, a partir del domingo, se "retira de la vida pública".
Dicho de otro modo, a partir del domingo habrá un solo "rey" que desarrolle actividades en nombre de la corona. Juan Carlos, de 81 años, no lo hará más. Su agenda pasa a ser absolutamente privada.
La fecha elegida no es casual: el domingo se cumplirán cinco años de la abdicación del ahora rey emérito a la corona, tras cuatro décadas en la posición que la Constitución española define como Jefatura del Estado. La decisión de este nuevo paso hacia la segunda línea quedó expresada en una carta formal que Juan Carlos dirigió a su hijo, en la que sostiene que se trata de una decisión que venía meditando desde hace un año.
"Ha llegado el momento de pasar una nueva página en mi vida y de completar mi retirada de la vida pública", resaltó. "Desde el año pasado, cuando celebré mi 80 cumpleaños, he venido madurando esta idea, que se reafirmó con motivo de la inolvidable conmemoración del 40 aniversario de nuestra Constitución en las Cortes Generales", añadió.
"Con una firme y meditada convicción te expreso mi voluntad y deseo de dar este paso y dejar de desarrollar actividades institucionales a partir del próximo 2 de junio", completó.
Breve, el texto tiene algún toque emotivo. Juan Carlos se dirige a su hijo como "su majestad, querido Felipe", y lo cierra con un abrazo "de padre orgulloso".
La casa real no abundó en las razones por las que el rey emérito decidió dar este paso. Sí es verdad que ya venía reduciendo su exposición pública y que, por momentos, el protocolo oficial se volvía complicado con la convivencia de dos reyes.
Una situación que se hizo evidente hace dos años, cuando al exrey se lo dejó de lado en los actos con los que se conmemoraron los 40 años de las primeras elecciones democráticas en España. Él, que fue artífice del proceso, lo tuvo que ver por televisión. Algo que le provocó un buen disgusto.
La abdicación a favor de Felipe tampoco fue un momento sencillo. Ocurrió en pleno escándalo de la casa real, con el fraude por el que se condenó a su yerno Iñaki Urdangarin a prisión, mientras que la infanta Cristina fue sentada en el banquillo de los acusados.
A eso se sumó la pérdida de popularidad cuando estalló su affaire con Corinna zu Sayn-Wittgenstein, con la que fue sorprendido en una cacería de elefantes en plena crisis económica española. Fue tal el escándalo que se convirtió en el primer rey en pedir perdón públicamente.
Desde su abdicación Juan Carlos viene reduciendo su actividad pública y, por caso, dejó de viajar a América Latina para representar a su hijo en la jura de presidentes de países de la región.
Sí se lo ha visto en la plaza de toros de Las Ventas, a la que asiste con frecuencia y donde, tarde tras tarde, los toreros le ofrecen su faena. Con crecientes problemas para desplazarse, frecuenta regatas y cacerías, y es habitué de varios de los mejores restaurantes de Galicia.
Es posible que su nueva vida tenga esos ejes: cacería, toros, regatas, amigos y buena cocina. No representará a la corona, pero, seguramente, no dejará de hacer nada de lo que le gusta.
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