Juan Carlos Cruz: "Espero poder decirle al Papa lo que viví, lo que sufrí, lo mal que la pasé"
A Juan Carlos Cruz, una de las víctimas más conocidas del sacerdote Fernando Karadima, aún se le caen las lágrimas cuando habla de los abusos y maltratos sufridos. "El daño que les hace el abuso a las personas es para siempre, pero se puede manejar. Aunque no quiero seguir sufriendo por esto", confiesa, sentado en un bar a metros de la Plaza San Pedro.
Cruz, que vive en Estados Unidos, donde trabaja como ejecutivo de una empresa, a partir de hoy vivirá varios días bajo el mismo techo que el Papa. Después de haber sido acusado por Francisco de decir calumnias sobre el cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros fue invitado junto a otras dos víctimas a Santa Marta por el propio Pontífice, que quiere pedirles nuevamente perdón.
En una entrevista con LA NACION, Cruz destacó el "increíble" giro del Papa, a quien le reclamará la salida de varios prelados "tóxicos" de la Iglesia chilena.
-¿Cómo se siente después de tanto tiempo maltratado y ahora a punto de pasar varios días con el Papa, como invitado especial?
-Reconozco que este es un hecho inédito, que un papa diga: "Me equivoqué", y nos invite a los tres, y a mí en concreto, a estar con él varios días me parece un gesto enorme. Y estoy muy agradecido y emocionado.
-¿Que piensa decirle?
-Espero poder decirle lo que uno vivió, lo que uno sufrió, lo mal que uno lo pasó. Me gustaría poder transmitirle al Papa que yo he tenido amigos que se suicidaron por esto, pero muchos culpables siguen ahí, libres. Yo estoy acá, yo soy el que da las entrevistas, pero yo represento a un montón de gente que no tiene esa voz. Y espero poder transmitirle eso al Papa, para que el ejemplo de lo que está pasando en Chile ahora sea una señal para el mundo de que esta cultura de abusos y, sobre todo, la cultura del encubrimiento y de desprestigiar a las víctimas en forma tan terrible como la que he vivido yo, ya no pueden ser toleradas. Eso me gustaría transmitirle al Papa, con cariño, con humildad, con el corazón abierto. Y oírlo a él también.
-En la carta que les escribió a los obispos chilenos, el Papa admitió haberse equivocado también debido a la falta de información veraz y equilibrada... ¿A quién se refería?
-Para mí no es ninguna pregunta: al cardenal [Francisco] Errázuriz, que manipuló información, malinformó al Papa, al nuncio Ivo Scapolo, que ha sido un desastre para Chile, al cardenal [Ricardo] Ezzati y a una cultura entre los obispos de esconder pedófilos en sus diócesis y de difamar a las víctimas.
-En la carta a los obispos chilenos, el Papa menciona medidas de corto, mediano y largo plazo. ¿Usted qué espera?
-Me pareció muy buena esa carta, el Papa es el que decide finalmente, pero a mí me gustaría que en el corto plazo se fueran todos los obispos que vinieron de Karadima (entre ellos, Barros), porque todos encubrieron, todos vieron... Solo ahora algunos están diciendo: "Bueno, quizás no fui tan lúcido". Errázuriz tiene que salir del G-9, el consejo de nueve cardenales asesores del Papa: es una bofetada que siga ahí. Cuando vi a este papa salir al balcón cuando lo eligieron, pensé: "Un argentino, qué maravilla, alguien que entiende, alguien que nos conoce, alguien que cambiará esto". Pero cuando vi que nombró a Errázuriz en el G-9, cuando en estos años vi que nos llamó calumniadores, ha sido una decepción y una tristeza enormes, porque tenía mucha esperanza en él.
-Aunque han pasado años, ahora las cosas cambiaron radicalmente.
-Fue un dolor enorme cuando en su viaje a Chile volvió a acusarnos de calumnia y pidió pruebas. Ahora es increíble estar aquí y yo poder hablar con mi corazón con el Papa y que él esté con el corazón abierto a oírme a mí y a mis amigos. Esto me da esperanzas. Veremos qué pasa... Me encantaría que el Santo Padre viera y sacara a cierta gente tóxica que tiene al lado, como Errázuriz. A mí me importa el papa Francisco, yo quiero que tenga éxito, quiero que arregle las cosas. Pero me duele horriblemente la difamación que sufrí. Aunque sigo firme en mi fe, sigo mi relación con Dios y con la Virgen intacta, porque para mí eso es importante.
-Es inédito que el Papa los haya convocado a ustedes, las víctimas, antes que a los obispos, que vendrán en mayo.
-Me parece fenomenal el signo de que, aunque tuvieron el año pasado una visita ad limina, el Papa haya llamado a todos los obispos de nuevo para resolver el desastre. Yo quería que esto fuera así, que nosotros viniéramos antes. Y venir acá no significa que "nos compró el Vaticano" o un ejercicio de relaciones públicas. Tiene que haber signos concretos para que esto se perciba como un hecho inédito y que algo va a pasar. Espero que sea un signo para el mundo, que Chile sea un ejemplo de que en los demás países tampoco se van a tolerar más el abuso y el encubrimiento. Creo que ahí el papa Francisco se anotaría un punto enorme y miles de personas que han vivido lo que yo viví, de diferentes edades, podrían sentir que este papa las ha recibido. Porque obviamente no todas vendrán al Vaticano y ni van a vivir lo que vamos a vivir nosotros, que agradezco tremendamente. Pero lo que tiene que pasar es que a las víctimas se las reconozca como tales y se las reciba, se las quiera.
Víctima
Es una de las víctimas más conocidas del sacerdote chileno Fernando Karadima, condenado en 2011 por abusos
Encubrimiento
Cruz sostiene que el obispo de Osorno, Juan Barros, encubrió los abusos de su mentor, Karadima; el Papa dijo que las acusaciones contra Barros eran "calumnias" y luego se retractó