José María Ruiz-Mateos: de empresario modelo al escándalo nacional
MADRID.- El nombre de José María Ruiz-Mateos, que murió ayer a los 84 años en el sur de España, estará siempre asociado a una abeja en el imaginario colectivo del país. La figura del insecto era el logotipo de Rumasa, que a principios de los 80 era el mayor holding español, con más de 700 empresas y 65.000 empleados.
Nacido en 1931 en Rota (sur), Ruiz-Mateos pasó de ser un empresario modelo a protagonizar uno de los mayores escándalos empresariales en la historia del país, y fue detenido y encarcelado en varias ocasiones, la última hace sólo unos meses.
El gobierno socialista de Felipe González le expropió Rumasa en 1983, ante un agujero millonario en las cuentas del holding que lo había llevado al borde de la bancarrota. Allí comenzó un largo litigio entre el empresario y el Estado español.
Se disfrazó de Superman y de presidiario para protestar por la expropiación, y llegó a intentar agredir al entonces ministro de Economía Miguel Boyer, que fue quien condujo la expropiación. "¡Que te pego, leche!", la frase que pronunció en el intento pervive en el imaginario español desde entonces.
Entre las empresas del holding que le expropió el Estado estaban los míticos grandes almacenes Galerías Preciados, la famosa firma Loewe, algunos bancos -como el Atlántico- y una cadena hotelera.
En marzo de 1983 huyó a Londres. Fue extraditado de vuelta a España en noviembre de 1985. También se fugó en octubre de 1988 cuando, en una comparecencia en la Audiencia Nacional, aprovechó un descuido de los policías que lo custodiaban para huir disfrazado con una peluca y una gabardina, otro de sus momentos más recordados. En 1997 fue absuelto por sorpresa de falsedad y estafa en el caso de Rumasa.
Durante años reclamó la devolución de las empresas y el pago de un resarcimiento, pero el Tribunal Supremo le denegó la reversión y el Tribunal Constitucional ratificó en varias ocasiones la legalidad del decreto del Poder Ejecutivo.
Ultracatólico -perteneció al Opus Dei-, tuvo 13 hijos con su esposa, Teresa Rivero, que al frente del madrileño Rayo Vallecano fue la primera mujer en presidir un club de fútbol de primera división, en 1994.
En los últimos tiempos, Rivero se había distanciado de su marido, después de que se difundiera que podía tener una hija ilegítima. El empresario, de hecho, vivía desde hace unos años sin contacto con su familia, enfermo de Parkinson y con demencia senil.
A comienzos de la década del 90 empezó a reconstruir su imperio sobre numerosas empresas de alimentación, sobre todo bajo el nombre de Nueva Rumasa.
Entre 1989 y 1994 fue diputado del Parlamento Europeo, aupado en las elecciones gracias a la popularidad mediática que le había granjeado su enfrentamiento con el gobierno socialista.
Su forma de actuar y los escándalos financieros lo convirtieron, sin embargo, en alguien poco querido entre la clase empresarial española.
Destacadas personalidades, como el presidente de la patronal CEOE, Joan Rosell, y el de la Cámara de Comercio española, José Luis Bonet, evitaron ayer hacer un balance de su figura y se limitaron a expresar el pésame a la familia, al ser consultados por la prensa.
Los escándalos judiciales habían devuelto a Ruiz-Mateos a la palestra en 2011, cuando la justicia española acusó a la familia de tener cuentas en Suiza y haber usado dinero de Nueva Rumasa para la capitalización de sociedades patrimoniales.
De todo un gran enredo financiero por el que actuaron los tribunales, uno de los temas que más repercusión mediática tuvo fue la emisión de pagarés con los que estafó a los inversores, a los que nunca llegó a devolverles su dinero. Fue procesado por fraude.
En junio pasado volvió a entrar en prisión, aunque una semana después fue excarcelado por su estado de salud. Desde mediados de agosto estaba hospitalizado en el Puerto de Santamaría (sur), luego de sufrir una caída y fracturarse la cadera, de la que fue operado.
Su estado de salud se complicó con una neumonía, a causa de la cual murió ayer. "Los pleitos continuarán porque la deuda sigue", dijo su ex abogado Joaquín Yvancos, que tras 30 años junto a la familia dejó en 2011 su defensa y se sumó a las acciones penales por estafa y otros presuntos delitos.
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