José Antonio Kast y Javier Milei: similitudes y diferencias entre dos fenómenos que crecen en Chile y la Argentina
El excandidato presidencial chileno logró un contundente triunfo en las elecciones para la Constituyente del domingo pasado; pese a su buen vínculo con el diputado libertario argentino, analistas consultados por LA NACION remarcan las características que los diferencian
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El contundente triunfo del Partido Republicano en las elecciones de los miembros del Consejo que redactarán una nueva propuesta de Constitución en Chile volvió a posicionar al ultraderechista José Antonio Kast en el centro de la escena política. Su partido, en probable alianza con la derecha tradicional, llevará adelante la reescritura del texto que reemplazará a la Carta Magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.
El fenómeno Kast, quien perdió la presidencia del país vecino ante el actual presidente izquierdista Gabriel Boric en 2021, suele ser asociado con el auge del libertario argentino Javier Milei. Ambas figuras del ala conservadora han compartido escenarios en eventos públicos tales como la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) el año pasado en San Pablo, en la que expusieron sus visiones para “enfrentar al socialismo”, su principal “enemigo”.
Tras la victoria de la derecha el domingo, Milei confirmó este nexo internacional al celebrar en su cuenta de Twitter a su par chileno. “Cambio de época. Felicitaciones José Antonio Kast por liderar este triunfo”, posteó el diputado. “Viva la libertad carajo”. Ambos ya habían intercambiado mensajes por Twitter en el pasado.
CAMBIO DE ÉPOCA
— Javier Milei (@JMilei) May 8, 2023
Felicitaciones @joseantoniokast por liderar este triunfo.
VIVA LA LIBERTAD CARAJO https://t.co/G2zzqW6mfm
Si bien ambas figuras coinciden en varios fundamentos que construyen su ideología, analistas consultados por LA NACION expusieron las diferencias que distinguen a ambos políticos.
“No representan lo mismo”
Ignacio Labaqui, politólogo argentino y profesor de la UCA y Ucema:
Ambos son conservadores en términos morales, ambos son pro-mercado, ambos son de derecha claramente, pero no representan lo mismo.
Kast es más bien un conservador y alguien que reivindica abiertamente el legado pinochetista, por lo que es en este sentido, es un defensor del status quo. Kast no es un outsider. Antes de crear el Partido Republicano, [Kast] perteneció a la Unión Demócrata Independiente (UDI). No quiere refundar el sistema, sino más bien preservarlo. Milei es en cambio un líder populista cuyo discurso y estrategia no se diferencian de la de otros líderes similares de izquierda o derecha.
Una figura del sistema vs un outsider
Juan Negri, director de las licenciaturas en Ciencia Política y Gobierno y en Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella:
Hay como un arco de similitudes entre los movimientos de derecha que estamos viendo, en muchos casos reacciones conservadoras a ciertos avances en materia de género, cambios sociales, etc. Uno puede encontrar unos puntos de contacto.
Dicho esto, en primer lugar Kast es mucho más parte de una derecha tradicional latinoamericana y sobre todo chilena y, en segundo lugar, es mucho más proveniente de lo que Milei consideraría una casta. Kast tiene una tradición política muy importante de hermanos que fueron ministros del gobierno de Pinochet, funcionarios del gobierno de Pinochet en su familia, es visiblemente religioso, muy católico, de una familia tradicional, de inmigrantes alemanes. Fue parte de todo lo que fue la estructura de Jaime Guzmán, famoso funcionario de Pinochet, que es el que escribe prácticamente la Constitución de 1980 que ahora está en discusión. En resumen, Kast viene bien de la derecha tradicional. Milei no es eso y eso es parte de su propio atractivo. Es mucho más proletario, músico de rock, que usa campera de cuero... es una figura mucho más descontracturada que Kast.
Además, Kast tiene una trayectoria en los partidos políticos en el sistema política chileno mucho más establecida. Fue parte de la UDI del ala pinochetista, diputado nacional hace 20 años, fue candidato a presidente en el pasado, formó un partido propio que es el Partido Republicano. Es decir, es una figura más vinculada al sistema. Milei en persona focaliza en una agenda más económica, mientras que en el caso de la derecha chilena hay más temas, como la cuestión constitucional, temas sociales y el conflicto mapuche. El discurso de Milei está mucho más basado en lo económico que Kast, que tiene un discurso más conservador y clásico.
Ahora, dentro de lo que es la coalición de Milei, sí creo que hay más similitudes. Milei no es una persona que reivindique tanto la dictadura, algo que está presente en la derecha de Chile. Pero mucha gente que acompaña a Milei sí habla de la dictadura, como [Victoria] Villaruel, su candidata a vicepresidenta. Diría que Milei es mucho más populista que Kast, si consideramos al populismo como venderse del lado del pueblo en contra de las clases políticas. Kast se parece mucho más a las alianzas provinciales que tiene Milei interior que al propio Milei.
“Hay analogías, pero no son idénticos”
Gabriel Negretto, catedrático del departamento de ciencias sociales de la Universidad Carlos III de Madrid:
No creo que representen lo mismo. En cuanto al espacio que están ocupando hay analogías, pero creo que como figuras y los grupos políticos que forman no son estrictamente idénticos.
Kast es un conservador clásico. Perteneció a la derecha tradicional en Chile, a los grupos más pinochetistas (como la UDI), y se separó de esos grupos porque consideraba que habían abandonado sus principios, entre otras cosas. Luego formó un grupo que es el Partido Republicano, que es leal a los principios originarios, que básicamente son la defensa de la herencia de la dictadura de Pinochet. Kast no es outsider, tiene una trayectoria política muy larga. Milei es un outsider total.
Además, Kast tiene un perfil católico, de la defensa de derechos tradicionales, profundamente anti comunista, y en defensa de valores morales. Entonces, no es un defensor de la libertad individual. En ese sentido es bastante distinto a Milei, dado que él no es un conservador clásico, tiene la idea de la defensa del mercado, la iniciativa privada; se califica como libertario. Kast es una persona que defiende el mercado, la iniciativa privada, pero también cree en la función rectora del estado en algunos aspectos económicos y en muchos morales. Es más un conservador tradicional, mientras Milei es un híbrido.
Kast tampoco tiene un público exclusivo principalmente entre los jóvenes. El fuerte de los seguidores de Kast está en personas de 30 años para arriba, mientras Milei en los sub-30 o sub-40.
En cuanto a discurso, Kast tiene un aspecto que aunque es radical en sus ideas y anti-establishment pertenece también a la tradición chilena que se consolidó desde la transición de a la democracia hasta ahora, muy de la defensa de las instituciones, algo que Milei no hace. Milei en su discurso es mucho más peligroso para la democracia que Kast. Kast no le niega legitimidad a sus opositores, los combate, los critica, considera que tienen ideas equivocadas, pero no los invalida como interlocutores; Milei sí. Él te dice que la casta, el peronismo y parte de Juntos por el Cambio son gente que hay que desechar y que él no se sentaría a negociar con ellos. Ahora mismo Kast está diciendo que las ideas del Partido Republicano no están tan distantes de la derecha tradicional y que está abierto para el consenso y el diálogo con todas las fuerzas si se proponen cosas razonables [para la nueva Constitución]. No tiene un discurso incendiario como el de Milei. Ni siquiera Kast invalidó la posibilidad de negociar con la centro izquierda, aunque su discurso sea contrario al socialismo. Su discurso es más de consenso.
Ambos surgen en un contexto político y social muy distinto. Chile tiene una forma de discurso, de movilización electoral, de comportamiento mucho más formal e institucionalizada que en la Argentina. Por eso Kast no es tampoco un Bolsonaro. Bolsonaro no reconoció su derrota ante Lula, mientras Kast tardó menos de una hora en salir a felicitar a Boric. Y eso tampoco creo que lo haría un Milei, que para mí se encuentra mucho más con Bolsonaro y Trump.
Kast y Milei se encuentran en representar fenómenos como el hastío, el voto de protesta hacia líderes tradicionales, el cansancio de lo tradicional, pero al menos su discurso y su comportamiento es mucho más institucionalista en Kast, no es antipolítica y es acorde a los normas democráticas que lo que parecería ser Milei.
No obstante, en lo que pueda ser disruptivo en Kast se presenta como preocupante el hecho de que desde el 90 en adelante las derechas se desarrollaron, crecieron en diálogo constante con la izquierda, centro izquierda, la democracia cristiana, y él viene a presentar un discurso que te vuelve muchos años atrás. En ese sentido sí hay algo disruptivo y que podría ser también desequilibrante en la democracia.
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