Jon Marshall: “La fragmentación de la prensa y la polarización hacen más difícil un impeachment”
El experto en medios norteamericano comparó la situación actual del presidente republicano con la de Nixon durante el escándalo Watergate
- 4 minutos de lectura'
Sus presidencias están separadas por medio siglo. Sin embargo, a Richard Nixon y Donald Trump los unen muchos aspectos: el mismo partido, su aversión a la prensa y su obsesión con aquellos a quienes consideran sus enemigos.
En entrevista con LA NACION, Jon Marshall, experto en medios de la Universidad de Northwestern y autor del libro Watergate's legacy and the press: the investigative impulse, sobre periodismo de investigación, dijo que Trump "ve cada crítica como una afrenta personal que debe ser atacada a cualquier costo".
-Tras cinco meses en el poder, ¿cree que la hostilidad de Trump hacia la prensa permanece igual o ha disminuido?
-Hasta aquí, Trump y sus colaboradores parecen haber gastado menos energía en atacar públicamente a la prensa y se han enfocado más en fijar su posición sobre distintos temas. Sin embargo, las tensiones subyacentes persisten, y no me sorprendería si en un plazo relativamente breve hubiera una nueva andanada de ataques.
-En algún sentido, el antagonismo entre Trump y la prensa puede hacer recordar la aversión que sentía Nixon hacia los periodistas, a quienes no dudaba en calificar de "el enemigo". ¿Esto fue realmente así en los 70?
-En general, Nixon gozó de una cobertura noticiosa positiva hasta que el caso Watergate tomó impulso. Los Angeles Times fue un importante aliado en sus primeras campañas para el Congreso y el Senado. Otros diarios importantes, como The Wall Street Journal, también lo juzgaban favorablemente, y la principal revista de noticias, Time, lo respaldó durante casi toda su carrera en Washington. En los seis primeros meses después de la irrupción en el edificio Watergate, la mayor parte de la prensa ignoró la historia y Nixon tenía el apoyo editorial de la mayoría de los diarios. Cuando comenzó su campaña por la reelección, en 1972, obtuvo más del 70 por ciento del apoyo de los diarios. Pero dos de los diarios más influyentes, The New York Times y The Washington Post, pusieron bajo un severo escrutinio a Nixon y editorializaron en su contra.
-¿Cuándo comenzó a profundizarse ese escrutinio de la prensa hacia Nixon?
-Se intensificó al mismo tiempo que continuaba la guerra de Vietnam y Nixon luchaba contra la publicación de los Papeles del Pentágono, que revelaban la deshonestidad del gobierno acerca de la guerra. La mayor parte de la prensa comenzó a endurecer su postura a partir de 1973, sólo cuando algunos periodistas, especialmente de The Washington Post, comenzaron a investigar el robo en el Watergate y su conexión con otros delitos en la Casa Blanca y en la campaña republicana.
-Sobre Watergate, el uso de micrófonos ocultos y el espionaje interno no eran algo desconocido en Estados Unidos.
-Sí, algunos antecesores en el cargo, especialmente Lyndon Johnson, habían grabado subrepticiamente a sus oponentes, pero el gobierno de Nixon llevó esa actividad ilegal a un nuevo nivel.
-¿Es justo trazar un paralelismo entre Nixon y Trump en ese aspecto?
-Trump estará bajo un escrutinio mucho mayor que el que Nixon recibió en su primer período. Ahora existen muchos más medios de prensa que en 1972, lo cual significa que hay más informadores que lo ponen bajo la lupa, pero también hay otros que aplauden cada medida que toma. Al mismo tiempo, los noticieros de televisión, las revistas y los principales diarios han perdido su posición dominante al tornarse más fragmentada la industria de los medios. Esta proliferación de medios, la propagación de sitios de noticias falsas y la desconfianza general del público hacia los periodistas harán mucho más difícil que una investigación sobre el presidente atraiga de la misma manera en que lo hizo la cobertura de The Washington Post en el caso Watergate.
-¿Qué posibilidades hay de un impeachment a Trump?
-Justamente esa fragmentación de la prensa y la polarización política harían mucho más difícil que el Congreso se uniera para votar en favor de un impeachment. Los republicanos que están preocupados por ganar las próximas primarias del partido no se mostrarán muy favorables a desafiar a Trump mientras goce de popularidad y de un sólido apoyo en la base partidaria. Un traspié de Trump podría ocurrir, en cambio, por su marcada susceptibilidad. Igual que Nixon, considera cada crítica como una afrenta personal que debe ser atacada a cualquier costo. Si estos ataques comienzan a ser cuestionados por la mayoría de los votantes republicanos o llevan a los demócratas a reconquistar el Senado y la Cámara de Representantes en 2018, el estado de ánimo en el Congreso cambiará y la posibilidad de un impeachment aumentará.
Otras noticias de Donald Trump, presidente de EE.UU.
- 1
Crisis en Canadá: Trudeau reorganiza su gabinete en medio de crecientes presiones para que renuncie
- 2
The Economist nombró al país del año: cuál fue el elegido y qué dijo sobre la Argentina
- 3
Uno de los opositores venezolanos asilados salió de la embajada argentina para entregarse a las autoridades chavistas
- 4
Video | Así fue el atropello masivo en un mercado navideño en Alemania