Boris Johnson endurece su posición con Europa tras concretar el Brexit
Ordenó a la diplomacia de su país tomar distancia de sus pares de la UE; anticipan una áspera negociación
LONDRES.- Sin darles ni un minuto de respiro a los "tecnócratas de Bruselas", el primer ministro Boris Johnson decidió abrir las hostilidades contra la Unión Europea (UE) y ordenó a la diplomacia británica "tomar distancia" de sus homólogos de los 27 miembros del bloque. Londres también anunciará que su país dejará de respetar las reglas de la UE y desconocerá las decisiones de la Corte de Justicia Europea (CJE) como autoridad reguladora en materia de relaciones comerciales, como había anticipado el secretario del Tesoro, Sajid Javid, en enero.
Esa virtual declaración de guerra abierta será explicada por Johnson en un mensaje que pronunciará en las próximas horas para demostrar que Gran Bretaña negociará a "cara de perro" el tratado de libre comercio entre Londres y Bruselas. El brutal endurecimiento de la posición británica marcó un sorpresivo cambio de actitud con la actitud conciliadora expuesta por Johnson el viernes pasado una hora antes de que se concretara la salida británica de la UE. En ese discurso cordial había apelado a "forjar una era de cooperación amistosa" entre la UE y un Reino Unido "revitalizado".
En un cable transmitido a las misiones en el extranjero, el canciller Dominic Raab indicó a los embajadores que en el futuro deberán sentarse en lugares separados de la delegación de la UE en las reuniones internacionales, y en particular en los organismos multilaterales, como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las diferentes agencias de las Naciones Unidas. También los instruyó a estar atentos a fin de descartar toda iniciativa orientada a perpetuar una "influencia residual de la UE" sobre la política exterior británica. Incluso los instruyó a adoptar una actitud de país independiente y confiado en sus posibilidades.
La prueba de fuego de esa actitud se producirá en las próximas horas, cuando se realice la primera rueda de negociaciones sobre el futuro tratado comercial entre Gran Bretaña y la UE.
Por pedido expreso de Johnson, la delegación británica exigirá documentar el compromiso de no postergar el período de transición más allá del 31 de diciembre próximo.
"Es una posición imprudente e hipócrita", comentó un diplomático europeo en Bruselas. Las dos postergaciones que sufrió el Brexit fueron por "única responsabilidad" de Londres, que reclamó los aplazamientos por razones de política interna. "Si se empeñan en jugar a ese juego, corren el riesgo de quedarse sin tratado comercial", comentó un miembro del equipo negociador de la UE.
El diplomático francés Michel Barnier, que dirige la misión negociadora de la UE, no parece haber resultado sorprendido por el imprevisto giro de Johnson, pues considera lógico que "cada parte defienda sus intereses lo mejor que pueda".
Al cabo de casi tres años de negociaciones con el Reino Unido -entre el referéndum de 2016 y el acuerdo firmado en noviembre de 2019-, Barnier comienza a conocer las técnicas y los ardides de la diplomacia británica. Una de sus armas predilectas es el chantaje. Por eso, seguramente, Londres insiste en proclamar que si la UE plantea "exigencias inaceptables" para aceptar un tratado comercial basado en el modelo UE-Noruega, Gran Bretaña optará por el ejemplo del acuerdo con Canadá. Londres también afirma que existen conversaciones avanzadas con Japón, Australia y Nueva Zelanda. Y, en forma paralela, busca obtener la membresía del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (ATCE), que reúne a 11 países del Pacífico (sin China).
Barnier no parece impresionado por esas amenazas. Después del Brexit, cambiaron los términos y el clima de la negociación. Ahora se trata de un diálogo entre un interlocutor fuerte -segunda potencia mundial, con un mercado de 446 millones de consumidores, que producen un PBI de 18,7 billones de dólares anuales- y un país débil, de 66 millones de habitantes que totalizan un PBI de 2,8 billones de dólares.
El líder negociador de la UE tampoco se muestra alarmado por la demostración de fuerza realizada por su homólogo británico Crawford Falconer. Al frente de un equipo de 700 abogados y expertos del Departamento de Comercio Internacional, Falconer asegura que tiene preparados acuerdos por valor de 145.000 millones de dólares listos para ser firmados apenas termine el período de transición, el 31 de diciembre.
"Como de costumbre -comentó un alto diplomático de Bruselas-, Johnson se sienta a negociar la paz disparando con misiles y cañones de 155 mm, y recién después empieza a pensar".
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