Johnson agita el llamado a elecciones si el Parlamento veta el Brexit sin acuerdo
PARÍS.- En vísperas de una histórica sesión parlamentaria en la cual podría decidirse la forma de impedir una salida de la Unión Europea (UE) sin acuerdo, el primer ministro británico, Boris Johnson, acentuó ayer en forma brutal la presión sobre los diputados de su partido al advertirles que "jamás solicitará a Bruselas una postergación" de la fecha límite, una forma velada de decir que en ese caso podría llamar a elecciones anticipadas.
En un corto y dramático discurso a la nación desde la sede del gobierno, en el 10 de Downing Street, Johnson advirtió que no será posible ninguna negociación con la UE si el Parlamento "corta las piernas del Reino Unido, haciendo así imposible toda nueva negociación".
La Cámara de los Comunes, en efecto, debatirá hoy una propuesta de ley para exigir la postergación del Brexit, previsto para el 31 de octubre. La idea de sus promotores es dar al Ejecutivo el tiempo de concluir un nuevo acuerdo con la UE para evitar un no deal u obtener el aval del Parlamento para una salida sin acuerdo.
A pesar de que Johnson insistió en que "no quiere una elección" general, no dejó dudas de que está dispuesto a convocarla, y advirtió que "no tiene intenciones de obedecer a ninguna ley votada" por los Comunes que le imponga solicitar una postergación de la fecha de salida. A última hora de ayer, colaboradores del premier dejaron trascender que Johnson convocará a elecciones anticipadas el 14 de octubre si el gobierno sufre una derrota hoy en el Parlamento.
"Que todos lo sepan: bajo ninguna circunstancia solicitaré a Bruselas una postergación", advirtió. Johnson demostró así que piensa jugarse el todo por el todo, pues la única forma de desobedecer a un voto del Parlamento será convocando a elecciones anticipadas. "Dejaremos la UE el 31 de octubre. Sin ningún pero", concluyó.
Su intervención se produjo después de haber mantenido una reunión de crisis con su gabinete por la mañana y pasar gran parte de la tarde en una recepción organizada en los jardines de Downing Street, que estuvo esencialmente consagrada a presionar a los diputados tories para que acepten su línea dura.
En plena efervescencia popular, con miles de personas manifestando en las calles de Gran Bretaña contra su decisión de suspender el Parlamento hasta el 14 de octubre, Boris Johnson acentúa desde hace 24 horas la presión sobre sus correligionarios. En particular, sobre la veintena de conservadores indignados por su manera de violentar las instituciones para llegar a sus fines y que se proclaman dispuestos a obstaculizar el camino de un no deal.
Downing Street les hizo saber ayer que tiene intenciones de sancionar a todos aquellos diputados tories que se incorporen a "la alianza" contra el no deal: quedarán privados de la investidura partidaria en las próximas elecciones generales. Y como Johnson solo dispone de una magra mayoría de una banca en los Comunes, esa sanción también tendría como efecto precipitar esos comicios.
Recién a partir de hoy se sabrá si todas esas advertencias bastaron para desalentar a los exministros Greg Clark, David Gauke, Rory Stewart o Philip Hammond, decididos a desafiar al jefe del gobierno.
"Privar a los diputados de investidura sería una hipocresía portentosa", comentó Hammond, exministro del Tesoro, quien hizo referencia a los "ocho miembros del actual gobierno" que votaron contra el gabinete de Theresa May, pero nunca fueron sancionados. "Hay momentos en que es necesario ser capaz de elegir entre el interés personal y el nacional. Es este último el que debe prevalecer", afirmó el exsecretario de Justicia David Gauke.
"Aquellos que quieren bloquear un no deal lo vuelven aun más probable", insistió Johnson, que asegura que negocia seriamente un nuevo acuerdo con los europeos.
Sin embargo, los dirigentes de Bruselas siguen esperando propuestas concretas de Londres para reemplazar el conflictivo backstop irlandés, aborrecido por Johnson y los ultra-Brexit.
El jefe de negociadores de la UE, Michel Barnier, precisó el domingo en una entrevista concedida a la prensa británica que esa "red de seguridad" contra el retorno de una frontera física entre las dos Irlandas es indispensable y confesó su "falta de optimismo" sobre las chances de evitar un no deal.
La línea intransigente aplicada por Boris Johnson es atribuida a su principal consejero, Dominic Cummings, exdirector de la campaña del leave (partir) en 2016, que multiplica los gestos expeditivos e incluso agresivos. La semana pasada despidió brutalmente a Sonia Khan, una de las principales colaboradoras de Sajid Javid, actual ministro del Tesoro y aliado de Johnson, con la excusa de que habría conservado el contacto con su jefe anterior, Hammond.
Sonia Khan fue obligada a dejar su oficina escoltada por la policía: "Como en un film de la mafia", se escandalizó Craig Oliver, un exconsejero de Downing Street.
Los tories que desafían al líder
John Bercow, presidente de la Cámara de los Comunes
Famoso por su manera de llamar al orden, Bercow condenó la prórroga del Parlamento británico como una "atrocidad constitucional" cuyo objetivo es "impedir que se debata sobre el Brexit"
David Gauke, exministro de Justicia
Acusó al premier británico de querer transformar el Partido Conservador y "convertirlo en algo muy parecido" al Partido del Brexit (la formación ultranacionalista de Nigel Farage)
Philip Hammond, exministro de Finanzas
Dijo que sería "asombrosamente hipócrita" para el gobierno despedir a los parlamentarios conservadores que se rebelan a los planes de Johnson y exigió al premier respuestas a seis preguntas sobre el Brexit
Dominic Grieve, legislador conservador
Dijo que la decisión del primer ministro Johnson de aplazar el Parlamento es "escandalosa" y amenazó con ayudar a derrocar al gobierno conservador, incluso si eso significa respaldar a Jeremy Corbyn
Dilyn, el nuevo cachorro del premier
El primer ministro británico, Boris Johnson, y su novia, Carrie Symonds, revelaron ayer que habían adoptado un cachorro Jack Russell rescatado. Las imágenes de televisión mostraron al cachorro, de 15 semanas, llamado Dilyn, cuando lo llevaban a la oficina de Johnson en Downing Street. Symonds publicó fotos del perro en el césped de la residencia del primer ministro.
Dilyn, desechado por un criador de perros porque nació con la mandíbula torcida, lucía una escarapela rosa con las palabras "detengan la cría de cachorros".
"Conozcan a nuestro precioso cachorrito rescatado, Dilyn", escribió Symonds en Twitter junto a las fotos.
No hubo mucha información sobre cómo se llevaron el perrito y Larry, el gato residente en Downing Street. La organización protectora de animales Friends of Animal Wales dijo que era un sueño hecho realidad para el cachorro.
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