John McAfee, el excéntrico multimillonario creador del pionero antivirus que lleva su apellido, pasó más de 7 meses en su yate de lujo con sus perros, su esposa, sus guardaespaldas, asesores y armas por el Caribe.
John McAfee, el excéntrico multimillonario creador del antivirus que lleva su apellido, pasó más de siete meses por el Caribe en su yate de lujo con sus perros, su esposa, sus guardaespaldas y sus armas.
Se dio a la fuga en enero pasado, luego de que las autoridades de Estados Unidos comenzaran a buscarlo luego de que él mismo confesara que no había pagado impuestos por más de 8 años por considerarlos "injustos".
Desde entonces se dice un "perseguido" y "víctima de un exilio obligado" que lo llevó de periplo por tres islas y de las que ha tenido que irse también de una forma más o menos dramática.
McAfee, de 75 años, llegó primero a Bahamas y de ahí escapó luego de alegar que era "perseguido" por la CIA.
Y de ahí viajó a Cuba, donde según sus tuits, esperaba que el gobierno no lo deportara a Estados Unidos.
Pese a las medidas de Donald Trump contra la isla, fondeó su yate en la exclusiva Marina Hemingway, desde donde, día a día, publicaba fotos típicas, videos y comentarios sobre tabacos, restaurantes, bebidas costosas y fiestas.
En La Habana, de hecho, anunció que establecería su cuartel tropical para las elecciones de 2020, su segundo intento de llegar a la Casa Blanca, ahora con una campaña basada en las criptomonedas y el libre comercio.
"Como soy un perseguido político, la sede de mi campaña está ubicada ahora en La Habana, Cuba. Sigo luchando", escribió en Twitter, donde aseguró que era un candidato con 1,2 millones de seguidores.
En Cuba, de hecho, se ofreció como voluntario para asesorar al gobierno en temas de pagos con ese tipo de moneda digital, pocos días después de la isla anunciara su intención de utilizarlas como alternativa de pagos para sortear el embargo de EE.UU.
Sin embargo, periodistas cubanos consultados por BBC Mundo explican que, aunque en La Habana viven varios fugitivos de EE.UU., la estancia de McAfee se hizo demasiado incómoda para las autoridades por su constante actividad en redes sociales.
A mediados de julio, publicó una foto desde su yate junto a su actual esposa, ambos portando armas largas. Escribió que la CIA "estaba tratando de atraparlos" y que "estaban en el mar".
Pocos después fue detenido con el armamento y más de US$80.000 en República Dominicana.
Fue liberado cuatro días más tarde y su destino volvió a ser desconocido hasta este viernes, cuando anunció que estaba… en Londres.
Una vida a la fuga
No es la primera vez que el fundador de McAfee Associates tiene que esconderse y andar fugitivo.
En 2012, también fue considerado prófugo por las autoridades de Belice, donde residía entonces.
Huyó del país centroamericano tras ser considerado "persona de interés" por el homicidio del también estadounidense Gregory Faull, su vecino, con quien tenía supuestamente una disputa por unos perros.
Entonces, se tiñó el cabello y la barba, se pintó los dientes y se puso goma de mascar en las encías para que no pudieran reconocerlo. Según contó a la revista Wired, se escondió incluso en cajas enterradas bajo arena para evadir a la policía.
Escapó a Guatemala y fue deportado de allí a EE.UU.
Según contó, fue en su primera noche tras ser regresado cuando conoció a su actual esposa, Janice McAfee, en Miami Beach, luego de que esta le ofreciera sus servicios como prostituta.
Se casaron poco después y se asentaron en un rancho rural de Tennessee, desde donde el informático lanzó su primera campaña por la presidencia en 2016 por el Partido Libertario, aunque su candidatura no progresó.
Ciudadano de dos países
A pesar de su acento sureño, el empresario teñido de rubio y barba de chivo nació en una base militar de EE.UU. en Inglaterra, hijo de una británica que conoció a un soldado estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.
De joven se mudó a Virginia, donde tuvo una infancia problemática: su padre era un alcohólico que se suicidó cuando McAfee tenía 15 años.
Él mismo no tardó en comenzar a beber en exceso y consumir drogas de todo tipo, aunque se las arregló para mantener una prometedora carrera académica, que llegó a su fin de forma abrupta en 1960.
Entonces, la Universidad Estatal de Luisana puso fin a su doctorado en matemáticas después de que se revelara que se había acostado con una estudiante de la que era mentor.
Más tarde se casó con ella y McAfee comenzó a trabajar con algunas de las mayores organizaciones de tecnología de la época, como la NASA, General Electric, Siemens, Univac y Xerox, a la vez que continuaba inmerso sus adicciones.
Las cosas llegaron a un punto crítico en la década de 1980 después de que su esposa fuera despedida y cuando su dependencia de las drogas y su afición por las prostitutas lo obligó a buscar ayuda.
Gurú digital
McAfee consiguió hace casi tres décadas un empleo que cambiaría su carrera: le ofrecieron un puesto en la empresa de defensa Lockheed Martin, donde comenzó a trabajar en un programa secreto de reconocimiento de voz.
Allí se encontró con un inusual código autoreplicante, diseñado para copiarse a sí mismo en cualquier disquete insertado en computadoras infectadas.
Su primer contacto con un virus lo dejó fascinado y diseñó una forma de desinfectar las computadoras para luego extender la cura a través de un sistema precursor de la red.
El reto lo inspiró a crear un negocio propio desde el estacionamiento de su casa: McAfee Associate, con el que desarrolló todo tipo de programas para detectar y eliminar virus informáticos.
En un principio lo ofreció gratis a usuarios comunes y posteriormente empezó a venderlo a diferentes compañías.
Para 1992 una gran cantidad de empresas usaba los antivirus de McAfee, quien no mucho tiempo después hizo una oferta pública en la bolsa de valores y vendió la firma a Intel.
Su fortuna para ese momento se calculó en US$100 millones.
En 1995, a los 47 años, McAfee se retiró de la compañía.
Desde entonces el multimillonario ha creado otros proyectos informáticos, pero lo que ha centrado su atención en los últimos tiempos es el mundo todavía incipiente de las criptomonedas.
Entre tanto, ahora, a sus 75 años, ha seguido viviendo al límite su azarosa vida, llena de episodios truculentos, aventuras y excentricidades de todo tipo.
BBC MundoTemas
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