En una audiencia récord, Joe Biden se reunió con el papa Francisco por una hora y cuarto: “Usted es el guerrero más fuerte de la paz”
El mandatario estadounidense, que es católico, visitó al exarzobispo porteño antes de la cumbre del G-20; hablaron del cambio climático y de la pandemia, entre otros temas
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ROMA.- En una ciudad blindada como nunca para el G-20 que comienza mañana, Joe Biden tuvo su primer cara a cara con el papa Francisco como presidente de Estados Unidos y resultó ser una audiencia récord: estuvieron reunidos una hora y cuarto, en un encuentro en el que hubo “risas y buen entendimiento”.
En 2014, el entonces presidente Barack Obama estuvo con Francisco 50 minutos, mientras que en 2017, Donald Trump compartió media hora.
Un vocero estadounidense señaló que “el compromiso entre los dos fue muy cálido cuando la delegación llegó a la sala” y que “hubo risas y un buen entendimiento entre el presidente Biden y el papa Francisco”.
“Usted es el guerrero más fuerte de la paz que jamás encontré”, le dijo el presidente estadounidense, evidentemente lleno de admiración, al Papa, según pudo verse en imágenes que transmitió más tarde en el Vaticano, tras regalarle al jefe máximo de la Iglesia católica una medalla especial que pertenecía a su hijo fallecido, Beau. “Gracias por eso”, le respondió el Papa, en inglés, al final del larguísimo y evidentemente cálido encuentro, en el que de todos modos hubo intérpretes.
Según el comunicado oficial de la Casa Blanca, Biden le agradeció a Francisco “por su defensa de los pobres del mundo y los que sufren de hambre, conflictos y persecución” y “alabó el liderazgo del Papa en la lucha contra la crisis climática, así como su defensa para garantizar que la pandemia termine para todos mediante el intercambio de vacunas y una recuperación económica mundial equitativa”.
Por su parte, el Vaticano también mencionó las “cordiales conversaciones” que giraron en torno al “compromiso común con la protección y el cuidado del planeta, de la situación sanitaria y la lucha contra la pandemia del Covid-19, así como del tema de los refugiados y la asistencia a los migrantes”. Según la Santa Sede, los temas también incluyeron “la protección de los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de religión y de conciencia” y “algunas cuestiones relativas a la actualidad internacional, también en el contexto de la próxima cumbre del G-20 en Roma, y sobre el fomento de la paz mundial mediante la negociación política”.
Aborto
Uno de los temas sobre los que había expectativa era el del aborto, del cual finalmente no se habló, según Biden, quien de todas maneras señaló que el Papa le dijo que siguiera recibiendo la comunión a pesar de que los conservadores en la Iglesia reclaman que se le niegue el sacramento. “Le alegra que yo sea un buen católico”, dijo el mandatario en declaraciones a la prensa.
Debido a su postura abierta sobre el aborto hay obispos norteamericanos del ala conservadora que están convencidos de que por ello no debería recibir la comunión; de hecho analizan aprobar en noviembre próximo un documento que excluiría de este sacramento fundamental a quienes respaldan esta práctica condenada por la Iglesia católica.
Respecto de este tema, el Papa fue muy claro, tras una pregunta durante la tradicional conferencia de prensa de regreso de Eslovaquia, el mes pasado. Entonces, si bien confirmó que el aborto es un homicidio, la actitud de los obispos debe ser la de la misericordia, la de pastores que no politizan el tema y no condenan, ya que la comunión no es un premio para los perfectos.
“De regreso”
En un Vaticano híper militarizado -decenas de policías, blindados, tránsito cerrado-, Biden llegó minutos antes del mediodía local con una imponente caravana de más de 70 coches a la Via della Conciliazione, mientras un helicóptero revoloteaba en el cielo. En el convoy había dos camionetas idénticas: una era “The Beast” –la bestia-, en la que viajaba el presidente. En la otra iba su doble.
Casi tres horas después, @POTUS y su caravana “monster” dejan el #Vaticano donde tuvo una reunión de 1 hora y 15’ con @Pontifex_es. En la “bestia” ya han puesto banderita italiana porque ahora Biden sigue con bilateral con Draghi pic.twitter.com/PGBWCmkk8r
— Elisabetta Piqué (@bettapique) October 29, 2021
La caravana ingresó al Vaticano por el Arco de las Campanas y se trasladó, pasando por los Jardines del Vaticano, hasta el Patio de San Dámaso. Allí, como indica el protocolo de las visitas oficiales, un pelotón de guardias suizos con alabardas le dio la bienvenida al ilustre huésped, acompañado por su esposa, Jill Biden, vestida de riguroso negro, y su séquito de diez personas, entre las cuales su secretario de Estado, Anthony Blinken.
Impresionante llegada de @POTUS al #Vaticano para ver a @Pontifex_es pic.twitter.com/VYovJAuz0t
— Elisabetta Piqué (@bettapique) October 29, 2021
Biden fue recibido por monseñor Leonardo Sapienza, regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, que lo saludó con un “welcome” (bienvenido). “Es bueno estar de regreso”, contestó Biden, sonriente, que estrechó las manos de los gentilhombres que también lo esperaban, según las únicas imágenes que transmitió en vivo el Vaticano.
Tras subir en ascensor hasta la Segunda Loggia, escoltado por gentilhombres pontificios, en un clima solemne, la delegación atravesó salones espectaculares, como la Sala Clementina, hasta que llegaron al Salón del Tronetto. Fue allí que el Papa, como siempre ocurre en las visitas oficiales, salió al encuentro de Biden.
Regalos y bromas
Cuando la audiencia en la Biblioteca terminó, fue el momento de los regalos. Biden le llevó al Papa una casulla, una vestimenta litúrgica, hecha a mano de 1930, usada por Pío XII. Francisco, en tanto, le dio una pintura sobre baldosa cerámica, “El Peregrino”; los volúmenes de los documentos papales; el mensaje de este año por la paz, firmado por el Santo Padre; el documento sobre la fraternidad humana, Fratelli Tutti; y el volumen sobre la Statio Orbis del 27 de marzo de 2020, publicado por LEV.
Durante las casi tres horas que estuvo en el Vaticano, como estaba previsto Biden también se reunió más tarde con el cardenal Pietro Parolin, número dos de Francisco, secretario de Estado, y con el “canciller” del Vaticano, el arzobispo británcio Richard Gallagher. Según las imágenes que transmitió más tarde el Vaticano, también entonces Biden se mostró muy cómodo y evidentemente contento con su anterior encuentro a solas con Francisco. El mandatario de la primera superpotencia occidental. de hecho, también hizo gala de su sentido del humor “irish”. Luego de regalarle esa medalla especial antes mencionada, especial para líderes y guerreros, relacionada con su hijo Beau, le dijo: “Si la próxima vez que nos vemos no la tiene, usted paga los tragos”. Y siguió, en referencia a que es abstemio: “Soy el único irlandés que nunca ha tomado”, a lo que el Papa le retrucó: “¿y el whisky irlandés?”. También hubo risas cuando hablaron del tema de la edad: Biden, de 78 años, le dijo al Papa, que en diciembre cumplirá 85, que en verdad nadie podía decir cuántos años tenían: “Usted tiene 75 y yo 70″, le dijo.
“Thank you, pray for me”, se despidió finalmente el Papa, con su clásico, pero en inglés, después de un larguísimo y elocuente apretón de manos.
Buena sintonía
Católico practicante, Biden, de 78 años, en verdad es un viejo conocido de Francisco y “habitué” del Vaticano. Se reunió con tres pontífices en diversas ocasiones: con san Juan Pablo II al menos cuatros veces, una con Benedicto XVI, papa emérito, cuando tuvo una muy larga conversación y al menos cuatro veces con Francisco. Lo saludó al término de la misa solemne de inauguración de su pontificado, el 19 de marzo de 2013, en el Vaticano, cuando era vicepresidente de Barack Obama, al menos dos veces durante la visita del exarzobispo de Buenos Aires a Estados Unidos, en septiembre de 2015, en Washington y Filadelfia; y una vez en el Vaticano, cuando viajó para un seminario.
Biden, que suele llevar un rosario en el bolsillo y quien habló con Francisco años atrás de la dramática muerte de su hijo Beau por un cáncer de cerebro, más de una vez elogió en público la encíclica Laudato Sí sobre el cuidado de la casa común de Francisco -en este tema, son aliados-, así como de la más reciente Fratelli Tutti, sobre fraternidad y amistad social, que incluso prometió aplicar. En un Estados Unidos totalmente polarizado, la última encíclica de Francisco fue considerada por algunos anti-Trump por su insistencia en el llamado a la inclusión de todos, especialmente refugiados y migrantes y al fin de los muros.
De raíces católicas irlandesas, Biden, en una larga entrevista que concedió en 2015 a la revista jesuita estadounidense America Magazine, reveló que consideraba su fe “un don”, que siempre lo inspiró la doctrina social de la Iglesia, así como el mandamiento que dice ‘ama a Dios y ama a tu prójimo como a tí mismo’, que implica tratar a todos con dignidad.
“Crecí con la doctrina social de la Iglesia católica que me enseñó que la fe sin obras está muerta y que uno es lo que hace”, dijo también.
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