Joe Biden anuló una política de Donald Trump contra el aborto
El presidente demócrata autorizó las derivaciones a clínicas que prestan el servicio de interrupción; la estrategia del republicano hizo que una cuarta parte de los sanatorios abandonaran el programa
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WASHINGTON.- El gobierno del presidente norteamericano, Joe Biden, anuló la prohibición de que las clínicas de planificación familiar enviaran a pacientes a realizadores de aborto. Así, eliminó una restricción de la era de Donald Trump, mientras las batallas políticas y legales en cuanto a la interrupción del embarazo se agudizan desde Texas hasta la Corte Suprema de Estados Unidos.
Desde el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) dijeron que la nueva regulación que entrará en vigencia el próximo 8 de noviembre restaurará el programa federal de planificación familiar a como funcionaba bajo la administración de Barack Obama, cuando las clínicas estaban autorizadas a referir a las mujeres que querían abortar hacia los proveedores de esa práctica.
El objetivo es “reforzar y restaurar” los servicios, dijo el secretario del HHS, Xavier Becerra. Bajo el mandato de Trump se habían prohibido esas derivaciones, lo que provocó una salida masiva de profesionales. Según la ley, las clínicas no podían utilizar dinero federal para pagar abortos.
En 2018, las clínicas de planificación familiar atendieron a unos 3,9 millones de personas, pero el HHS estima que esa cifra cayó casi un 40% tras la decisión de Trump. El cambio pudo haber llevado a más de 180.000 embarazos no deseados, dijo la agencia.
En total, más de una cuarta parte de los sanatorios abandonaron el programa y aunque varios estados intervinieron con su propia financiación sin ataduras, las mujeres de algunas partes del país perdieron el acceso al servicio.
Los grupos que representan a las clínicas de planificación familiar dijeron que esperan que la medida adoptada por el gobierno de Biden logre que regresen alrededor de 1300 instalaciones locales que se fueron a modo de protesta, lo que ayudaría a estabilizar un programa que fue sacudido por la pandemia de coronavirus, además de por las batallas ideológicas.
“Las condiciones serán buenas para volver al programa”, dijo en una entrevista la presidenta del grupo que engloba a la Asociación Nacional de Planificación Familiar y Salud Reproductiva, Clare Coleman. “Mi sensación es que la gente esperó la medida”, agregó.
Mientras tanto, en Planned Parenthood, el mayor proveedor de servicios de aborto de Estados Unidos, manifestaron en Twitter que sus centros de salud esperan regresar. Sin embargo, el grupo criticó parte de la regla de la administración de Biden que permite a los médicos particulares que se oponen al aborto no proporcionar referencias. El gobierno alegó que se hace “de conformidad con la ley federal aplicable”.
¿En qué se basa el programa al que se opuso Trump?
El programa, financiado por los contribuyentes y conocido como Título X, pone a disposición de las clínicas más de 250 millones de dólares al año para que proporcionen servicios de control de la natalidad y de atención médica básica, sobre todo a mujeres de bajos ingresos, muchas de ellas de comunidades minoritarias.
Los grupos de mujeres tildaron como “ley mordaza” a la política de Trump que se oponía a las derivaciones. Por su parte, las organizaciones médicas la calificaron de “violación de la relación médico-paciente”. Pero los conservadores religiosos y sociales elogiaron la estrategia por imponer una estricta separación entre los servicios de planificación familiar y el aborto.
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