Joe Biden acelera con las reformas y le imprime un giro progresista a EE.UU.
Su plan de rescate económico incluyó ayudas para reducir la pobreza infantil; ampliar el Estado de bienestar y cambios impositivos, otras ambiciones
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WASHINGTON.– A fines de enero, un puñado de legisladores demócratas hizo lobby con la Casa Blanca para incluir un cambio en el paquete de rescate para la pandemia del coronavirus que impulsaba Joe Biden: querían sumar una medida, similar a la Asignación Universal por Hijo de la Argentina, para combatir la pobreza infantil. El plan tuvo éxito, y sumó en la última hora una reforma progresista que es vista como un giro histórico y radical en la política social de Estados Unidos.
Una de las congresistas que promovieron esa reforma, Rosa DeLauro, la comparó con el New Deal y dijo que cambiaría al país.
Luego de cuatro años de trumpismo, en los que prevalecieron los recortes impositivos, que favorecieron sobre todo a las empresas y las familias más ricas, y las desregulaciones, los demócratas empezaron a marcar un giro franco en la política económica de la primera potencia mundial mientras terminan de combatir la pandemia del coronavirus.
El plan de rescate de Biden incluyó la primera gran reforma. El presidente y los demócratas ampliaron un reembolso que las familias con hijos menores de edad reciben del gobierno federal. Los demócratas esperan que esa medida ayude a reducir la pobreza infantil a la mitad, al sacar a unos cinco millones de chicos de la pobreza. Más de 10 millones de los niños del país viven en la pobreza, según datos oficiales.
La nueva ley eleva por un año ese reembolso de un máximo de 2000 a 3000 dólares, y suma otros 600 dólares por cada hijo menor de seis años, y además permite que más familias accedan al beneficio.
Steve Warmhoff, analista del Instituto de Impuestos y Política Económica (ITEP, por sus siglas en inglés), dijo que antes había familias que quedaban excluidas del reembolso o recibían una fracción. Ahora lo recibirán completo. “Es mucho más progresista que todo lo que hemos visto en los últimos 20 años”, sintetizó.
Esa reforma de los demócratas permitirá además que más familias puedan acceder al reembolso del Estado, un giro que, en la práctica, pondrá a Estados Unidos un paso más cerca de un ingreso universal básico. La medida proporcionará un aumento de ingresos del 37,4% para el 20% más pobre de las familias con niños que tienen un ingreso de 21.300 dólares o menos al año, según un análisis del Instituto de Impuestos y Política Económica. La reforma corre solo por este año, pero los demócratas ya anticiparon que intentarán que sea permanente.
La ofensiva de los demócratas para reducir la pobreza a la par de doblegar la pandemia aparece apenas como el primer paso para ampliar el rol del Estado en la economía. Biden dijo en su primera conferencia de prensa esta semana que una de sus prioridades legislativas será su plan para “reconstruir mejor” al país, con una hercúlea inversión en infraestructura, tecnología y lucha contra el cambio climático.
“La intención del gobierno es hacer una presidencia transformadora”, dijo Andrés Vinelli, vicepresidente de Economía del Center for American Progress (CAP), un think tank progresista que tiene vínculos con los demócratas.
Vinelli indicó que el gobierno de Biden actuó a partir de una lección de la crisis financiera global. La recuperación de esa crisis fue exitosa, pero lenta, en parte porque muchos creen que el plan de rescate aprobado al inicio de la presidencia de Barack Obama, por menos de 900.000 millones de dólares, fue demasiado chico.
Ofensiva
“Se tardó una década en salir de la crisis”, dice Vinelli. “Al mismo tiempo, existe una percepción de que no hay una sola crisis, sino varias crisis. Además de la pandemia, hay una crisis en el medio ambiente, de justicia racial, las medidas que se tienen que tomar son fuertes”, describe.
Para Vinelli, la ambición del gobierno de Biden es comparable a la de otros gobiernos demócratas, como el de Franklin Delano Roosevelt o el de Lyndon Johnson, que implementaron grandes expansiones del Estado de bienestar con las reformas conocidas como el New Deal y la Great Society.
Pero Vinelli cree además que la ofensiva de los demócratas marca un cambio de época y de mentalidad en la sociedad norteamericana, y, sobre todo, en los demócratas, mucho más decididos ahora a revitalizar el papel del Estado en la economía y en enfrentar las desigualdades en el país, un tema por poco tabú. El experto marca, por ejemplo, el avance que ha tenido en varios estados el aumento del salario mínimo a 15 dólares.
“Se trata de romper la tradición de un Estado de bienestar con gusto a poco. Hay un cambio de humor social hacia una visión distinta de la economía de la que era en los años 90, donde se creía que si generabas crecimiento, todo el mundo a la larga iba a verse beneficiado. Esa creencia ya no es compartida por la mayoría de la sociedad, o en el Partido Demócrata”, afirma.
Warmhoff señala que los demócratas también buscarán cambiar la estructura impositiva para volverla más progresiva, cobrando más impuestos a los más ricos para financiar el gasto. Las reformas aprobadas son extraordinarias, solo por un año, pero los demócratas intentarán hacerlas permanentes.
“Durante los últimos 20 años, la legislación impositiva escrita por el Congreso ha beneficiado a los más ricos. Esto es una reversión completa de eso. Es mucho más balanceada y progresista que cualquier cosa que hayamos visto en el pasado”, dijo Warmhoff. “Es un gran cambio”, cerró.
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