João Doria: “Bolsonaro adopta la misma política populista que el PT”
RÍO DE JANEIRO.- San Pablo respira. Luego de cinco semanas consecutivas con caída en la media de muertes e internaciones por coronavirus, João Doria, el gobernador del estado más castigado por la pandemia, con 33.000 muertos, asegura que la pandemia está bajo control. El gobernador, electo por el Partido de la Social Democracia Brasileña se entusiasma con que la vacuna china de Sinovac, que será producida en San Pablo, pueda ser el primer inmunizante de la región.
Candidato natural a las elecciones presidenciales de 2022, Doria critica en una entrevista con LA NACION al presidente Jair Bolsonaro, a quien acusa de haber dificultado el control de la pandemia. El gobernador paulista advierte, además, que el gobierno del derechista ha adoptado un rumbo populista como el del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) en el otro extremo.
-¿Quedó atrás el momento más crítico de la pandemia?
En San Pablo fuimos epicentro de la pandemia en Brasil, y somos el estado con mayor número de infectados y de muertos. Pero estamos hace cinco semanas en una fase descendente. El 50% de las camas de UTI están disponibles. Estamos en una cuarentena heterogénea y vamos a mantenerla hasta que todos los paulistas estén vacunados. La pandemia está bajo control, con un comportamiento razonablemente bueno de la población.
-Sin embargo, cada vez se ven más personas llenando bares y espacios públicos. Las playas del litoral paulista estuvieron repletas dos semanas atrás.
Aunque hayamos visto un número grande de personas, es pequeño en relación con la población del estado. Creo que después de seis meses de distanciamiento, el sentimiento de las personas es que necesitan respirar, moverse de donde quedaron confinados. No es diferente de lo que ocurrió en España, Italia o en la Argentina después de siete u ocho meses de cuarentena. Al menos cuando las personas usan máscara, acaba convirtiéndose en aliada contra el virus. Es difícil también para la población tener dos mensajes, el del gobernador y, del otro lado, el del presidente, que promueve aglomeraciones y dice quienes se quedan en casa son cobardes.
-¿Se relajaron los cuidados sanitarios al percibir que la economía no aguantaba más?
Los alcaldes no deberían permitir (personas en las playas), pero tienen autonomía constitucional para hacerlo. Intento comprender, aunque no acepte, que existe presión de las economías locales, que necesitan movimiento para sobrevivir. Es un dilema difícil, y no es un problema de San Pablo o de Brasil, sino mundial.
-San Pablo ha apostado por la vacuna china de Sinovac. ¿En qué estado se encuentra?
Hasta noviembre habrá concluido la fase final de los ensayos de la Coronavac. Si no hay efectos colaterales graves –que no hubo hasta ahora–, tendremos condición de someter la vacuna a la Agencia Sanitaria. Entre la segunda quincena de diciembre y las primeras semanas de enero podría iniciar la aplicación de la vacuna en San Pablo. Debido al problema que la vacuna de Oxford tuvo, la vacuna china puede ser presentada antes y será la primera vacuna inmunizadora de la región. Hasta ahora, en personas de más de 60 años ha inmunizado a un 98% de quienes la tomaron. Es la gran esperanza, estamos en una nueva fábrica del Instituto Butantán que será la fábrica de la vacuna Coronavac y tendrá capacidad de producir vacunas para exportar a otros países.
-Hubo un cambio de expectativas en el escenario político. En el comienzo de la pandemia se hablaba de que Bolsonaro sufriría un impeachment y ahora las discusiones giran en torno a su posible reelección. ¿Cómo lo explica?
La pandemia estableció una prioridad en la protección de la salud y de la vida, con poco espacio para otros temas. La cuarentena impuso una falta de relación presencial, y es imposible que el Congreso discuta un impeachment virtualmente. Tampoco sufrió presión popular de las calles. Sin lo presencial, sin el pueblo en las calles, considero difícil que prospere cualquier tesis de impeachment.
-Las encuestas muestran a un Bolsonaro más fortalecido que antes de la pandemia.
50 millones de brasileños recibieron 600 reales por mes (115 dólares), sin que hubiesen vivido esa experiencia en el pasado. Eso cambia evidentemente la perspectiva de vida de personas muy vulnerables y también su sentimiento hacia quien ordena el pago. El efecto del Auxilio Emergencial contribuyó para mejorar la imagen del presidente, pero eso no será eterno. No hay recursos para eso porque quiebra el país. Las personas más pobres necesitan apoyo, pero principalmente empleo y oportunidades de educación, salud y seguridad. Apenas garantizar un auxilio por un tiempo indefinido, además de inviabilizar económicamente el país, no conquista la autonomía de esas personas, sino su dependencia.
-¿Ve a un presidente tentado en descuidar las cuentas para sostener esa popularidad?
Veo a un presidente enamorado del populismo, que es lo que combatí en los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), que durante 13 años hicieron exactamente eso, sólo que en el otro extremo. Bolsonaro fue electo en un discurso contra eso, ahora adopta esa misma política en el otro extremo, en la extrema derecha. Es muy triste para Brasil continuar marchando en la línea de convertirlo en un país de dependientes.
-Usted ha hecho pública su relación con el ministro de Economía, Paulo Guedes. ¿Cómo vio los choques que tuvo su ministerio con el presidente por el rumbo de la económica?
Guedes es un liberal consciente, lo conozco hace 35 años y nunca defendió el populismo. Está en un gobierno cuyo presidente defiende el populismo de derecha. Hay un conflicto claro entre su formación académica y las decisiones de Bolsonaro y eso ha provocado conflictos semanales, que veo con tristeza y preocupación. El país depende mucho de la continuidad de Guedes.
-Países europeos insistieron en los últimos días en que la deforestación de la Amazonia puede frustrar el acuerdo de libre comercio con el Mercosur. ¿Cómo ve ese conflicto? ¿Existe interés genuino de Europa en proteger florestas o, como cree parte del gobierno, es una excusa para bloquear productos brasileños?
No creo en el uso de la bandera ambiental para un proceso de restricción. Brasil tiene de hecho una mala política ambiental. Hubo un aumento sensible de la deforestación y los incendios en la región amazónica, mientras no hay manifestaciones claras del gobierno para la protección ambiental. Es un tema sensible que ya está perjudicando el ingreso de capital extranjero. La displicencia en el control de la deforestación en la Amazonía puede afectar la relación del Mercosur con el mercado europeo.
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