Japón: los daños por el terremoto y tsunami ascienden a 309.000 millones de dólares
El gobierno japonés estimó esa suma, que representa el 4,5 de su PBI anual, sin contar las pérdidas en el comercio, el turismo y otras áreas; gran preocupación y angustia por los altos niveles de radiactividad; hubo un nuevo incendio en la central de Fukushima I
OSAKA.- El gobierno japonés dio a conocer el costo estimativo del terremoto y el tsunami podrían superar los 25 billones de yenes, es decir 309.000 millones de dólares. Un alto costo para la tercera potencia económica mundial, sin contar el impacto en la actividad empresarial y las consecuencias del accidente nuclear de Fukushima.
El 90% de dichos costos corresponden a los destrozos en las prefecturas del noreste, Iwata, Miyagi y Fukushima, que han sido las más afectadas por los devastadores terremoto y tsunami del 11 de marzo.
Los daños materiales y humanos son muy superiores a los del sismo de Kobe en 1995 (9,6 billones de yenes) y podrían representar el 4,5% el Producto Interior Bruto (PIB) del archipiélago, una estadística en línea con las estimaciones del Banco Mundial.
La cifra anunciada en Tokio corresponde al monto evaluado de daños en las infraestructuras, vivienda y las empresas del noreste, precisó el gabinete del primer ministro. El costo final será sin duda superior, ya que esta estimación no tiene en cuenta las perturbaciones que están sufriendo las empresas, desorganizadas por los problemas de transporte y los cortes de energía en el noreste y en el pulmón económico del país, la región de Tokio, con 35 millones de personas.
Tampoco comprende las consecuencias del accidente nuclear de Fukushima, a 250 km al noreste de la capital. El sector agrícola ya se ha visto fuertemente afectado: la venta de alimentos de la región está prohibida a causa de las dosis de radiactividad anormalmente altas.
El gobierno estima que el crecimiento del PIB retrocederá un 0,5% en el año presupuestario de abril del 2011 a marzo del 2012, aunque los gastos de reconstrucción en el noreste podrían dar un nuevo impulso a la actividad a partir de este verano boreal. El archipiélago, cuyo PIB registró una caída en el último trimestre de 2010, podría entrar de nuevo en recesión, aunque temporalmente.
"Las tres prefecturas más afectadas por el terremoto de Tohoku este año solo representan el 4% del PIB de Japón, contra el 13% de la riqueza nacional de zonas afectadas por el sismo de Kobe de 1995. Pero el sismo de Tohoku fue 178 veces más fuerte y fue seguido por un tsunami con efectos más importantes y más extendidos", explicó David Rea, de Capital Economics.
Tres factores contribuyen a la caída de la producción a nivel nacional: los daños directos y localizados del sismo y del tsunami; la falta de energía eléctrica durante el día en buena parte de Japón; la desorganización de los circuitos de abastecimiento y de la producción en todo el país, según Rea.
Cortes elécricos. La compañía eléctrica encargada de la megalópolis de Tokio y sus 35 millones de habitantes, TEPCO, debe recurrir a cortes de corriente puntuales y temporales para evitar un apagón general, ya que diez de sus reactores están parados y varias de sus centrales térmicas dañadas por el sismo y sobre todo, el tsunami.
Esta política perturba la actividad de empresas que deben cerrar al menos una parte del día.
Importantes firmas como el fabricante de automóviles Toyota o el gigante de la electrónica Sony no han podido reanudar completamente su producción nipona, incluido el suministro de componentes, por los problemas en el transporte y electricidad.
"El desastre va a afectar al crecimiento a causa de su impacto en el consumo, la inversión de empresas y la capacidad del país a exportar, aunque la actividad se beneficiará de la construcción inmobiliaria, del reemplazo de equipos productivos dañados y de la financiación pública", resumió Susumu Kato, economista del banco francés Crédit Agricole. Al final, la catástrofe debería disminuir el crecimiento en 2,1% entre enero y junio, pero aumentar 0,9% entre julio y diciembre, calcula.
Más radiación. El Ejecutivo japonés prohibió hoy a otras dos prefecturas la venta de vegetales y leche, mientras el gobierno de Tokio recomendó a las familias de la capital que no den de beber a sus bebés e hijos menores de un año agua del grifo ante la elevada radiactividad ocasionada por el desastre nuclear en Fukushima.
El primer ministro japonés, Naoto Kan, prohibió hoy a dos prefecturas cercanas a la central de Fukushima la venta de vegetales y leche sin pasteurizar. Las autoridades detectaron altos niveles de radiactividad en 11 tipos de productos agrícolas procedentes de la prefectura de Fukushima, entre ellos en brocoli y repollo.
En la ciudad de Motomiya, 60 kilómetros al oeste de la planta nuclear, el Ministerio de Sanidad detectó cesio radiactivo en niveles de 82.000 bequerelios -164 veces por encima del límite legal- en kukitachina, un tipo de vegetal. El Ministerio detectó además yodo radiactivo en perejil y leche sin tratar en la prefectura de Ibaraki.
Según el Gobierno nipón, si una persona ingiere cien gramos de alimento con la mayor concentración de material radiactivo detectada hasta el momento durante diez días, recibiría una radiación equivalente a la mitad de la exposición natural al medio ambiente durante un año.
El lunes se prohibió la venta de espinacas y kakina -otro tipo de vegetal- procedentes de Fukushima y otras tres prefecturas así como de leche de la provincia donde se encuentra la central.
Los agricultores se reunieron hoy en Tokio con el ministro de Agricultura, Michihiko Kano, y reclamaron al gobierno compensaciones por las pérdidas generadas por la prohibición de vender leche. Por otro lado, un portavoz de la prefectura de Tokio dijo que se ha detectado en el agua del grifo un nivel de 210 becquereles de yodo radiactivo 131 por litro. Previamente ya se había registrado en cinco localidades de la prefectura de Fukushima un nivel de yodo radiactivo demasiado alto para bebés.
Según la emisora televisiva NHK, el nivel máximo permitido de yodo 131 para bebés es de 100 becquereles por litro de agua. Para niños mayores y adultos, el nivel máximo es de 300 becquereles. El gobernador de la prefectura de Tokio, Shintaro Ishihara, intentó tranquilizar a la población asegurando que no existe un peligro inmediato para la salud. Según las autoridades, la recomendación es una medida de precaución, ya que a la larga el yodo radiactivo puede ser absorbido por la tiroides.
El portavoz presidencial, Yukio Edano, pidió a la población que no compre agua embotellada de forma masiva, ya que es uno de los bienes más necesarios en las zonas afectadas por el terremoto y tsunami del pasado 11 de marzo.
Además, el gobierno admitió hoy que también se han medido elevados niveles de radiactividad fuera de la zona de evacuación de 20 kilómetros establecida en torno a la averiada central nuclear Fukushima I. En varias localidades a más de 30 kilómetros de la central nuclear el nivel de radiactividad ha alcanzado temporalmente más de 100 milisievert por hora, dijo Edano. La radiación ambiental natural es de unos dos milisievert por año.
Aun así, Edano aseguró que no hay motivo para ampliar la zona de evacuación de 20 kilómetros. A los vecinos preocupados de la central les recomendó que mantengan cerradas las ventanas.
Agencias AP, EFE, DPA y AFP
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