Japón festeja la vuelta del crecimiento económico con inflación
El Gobierno implementa un plan de estímulo para hacer subir los precios, que permanecieron 15 años en baja, y considera que los Juegos Olímpicos ayudarán a esta tarea
Es poco común encontrar en la Argentina a un gobernante que convoque a una conferencia de prensa para anunciar con alegría que los precios están subiendo. Algo así ocurrió ayer en la delegación de Japón luego de que Tokio fuera elegida sede para los Juegos Olímpicos del 2020.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, festejó durante un encuentro con periodistas la elección del Comité Olímpico Internacional: "Será un disparador para salir de la deflación [baja generalizada de precios] que duró una década y media".
Los Juegos ayudarán a "cambiar la tendencia deflacionaria", dijo Abe y planteó que su gestión tiene la meta de generar 2% anual de inflación para apuntalar la recuperación económica de Japón.
"Tenemos que hacer volver la inflación a nuestro país. Nuestros pilares son una política monetaria agresiva, fomentar la inversión privada y ser creativos, para así estimular el consumo y el empleo", explicó Masaru Sato, vocero del Primer Ministro, en diálogo con LA NACION .
Abe estima que el impacto positivo de los Juegos en la economía nipona sería de 3 billones de yenes (U$S 30.230 millones), que estimularán principalmente al sector de la construcción y el turismo. Durante el año olímpico, esto se traduciría en un crecimiento del 0,5 puntos porcentuales del PBI la tercera mayor economía del mundo.
"Abenomics": Crecimiento con Inflación
El jueves pasado el Banco de Japón confirmó que la economía se está recuperando de forma moderada y lleva tres trimestre consecutivos de expansión. La entidad monetaria del país continuará inyectando al mercado entre 60.000 y 70.000 millones de yenes (U$S 706 millones) al mercado de su país para lograr generar un incremento generalizado de precios del 2% anual.
En julio, la inflación japones fue de 0,7% en doce meses, el mayor incremento anual desde 2008.
"Japón está saliendo de la deflación luego de 15 años", dijo Sato a este medio. El plan económico lanzado por Abe al llegar al gobierno, bautizado por la prensa como "Abenomics", parece estar dando resultados en lograr una baja del desempleo, elevar salarios y aumentar la actividad industrial.
A través del incremento en el precio de la electricidad y devaluación del yen, el país ha logrado subir sus costos de importación y así comenzar a mover los precios un 0,7% anual en julio, al mismo tiempo que la industria mostró un repunte del 3,2%, los salarios crecieron 1,3% y la desocupación bajó a 3,8%. Ahora las familias gastan más en entretenimiento.
No obstante, los analistas están pendientes de que Japón logre recomponer su inversión en maquinaria (para hacer subir la inversión) y mejorar la recaudación tributaria. Para este último punto, a partir de octubre y hasta 2015 el gobierno de Abe promoverá un incremento en el IVA.
El problema de la caída de precios
Durante la década del '80 Japón fue una de las economías mejor ponderadas del mundo: mientras deslumbraba al mundo con avances tecnológicos había quienes creían que llegaría a superar en tamaño a los Estados Unidos. La crisis comenzó a gestarse con una burbuja financiera e inmobiliaria que se gestó entre 1985 y 1989.
En 1990 estalló la burbuja, que había llevado los precio de los acciones y de las propiedades hasta un extremo insoportable. Al mismo tiempo se disparó el déficit público y la deuda externa mientras la economía permaneció estancada por más de diez años.
Los consumidores comenzaron a preguntarse "¿para qué comprar ahora si una casa o un auto si en seis meses estará más barato?"
En los últimos quince años cayeron los niveles de demanda de los consumidores japoneses, al tiempo que la oferta de bienes fue abundate: esto conjunto a una baja sostenida de todos los precios. Este efecto ha postergado las decisiones de compra. Los consumidores comenzaron a preguntarse "¿para qué comprar ahora si una casa o un auto si en seis meses estará más barato?". La respuesta a esta pregunta, sumada a las expectativas, condujo a un espiral deflacionario.
Entre 1997 y 2005 los precios cayeron 2,6% en Japón, la mayor baja desde la Depresión de la década del '30. Esta situación condujo a las empresas a reducir sus niveles de inversión y, en consecuencia, se redujeron los salarios y creció el desempleo. Los más favorecidos fueron los sectores más ricos y los jubilados, quienes gradualmente incrementaron su poder adquisitivo.
Dicho bien puede explicarse a través de la curva de Phillips , el desarrollo teórico del economista neozelandés William Phillips, que muestra una correlación negativa entre la tasas de desempleo y la de inflación.
Ahora, el camino de actualización de precios que encaró Abe comenzó a revertir las tendencias negativas en materia de empleo. No obstante, el plan Abenomics ha elevado algunas voces críticas de los sectores más ortodoxos de Japón, que sostienen el plan de estímulo económico debe estar combinado con una estrategia de largo plazo para así subir los horizontes de gasto en inversión y salarios de las empresas.
lanacionarEconomía japonesa.
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