Japón avanza en su lucha por evitar una catástrofe mientras crece la radiación
Reestablecieron la energía eléctrica en varios reactores de Fukushima I; el gobierno desmantelará la central nuclear; descartan ampliar el radio de evacuación pese a hallar alimentos contaminados; acceda al especial multimedia
OSAKA.- En lo que ya se denominó una carrera contrarreloj para evitar una catástrofe nuclear, los operarios continuaban desarrollando desesperados intentos para enfriar los reactores más inestables en la central atómica de Fukushima I, al mismo tiempo que el descubrimiento de niveles de radiactividad en alimentos de la zona impidieron elevar el optimismo.
El portavoz del gobierno nipón, Yukio Edano, confirmó que se detectaron niveles de yodo radiactivo por encima de lo permitido en la leche de cuatro lugares de la provincia de Fukushima y en espinacas de la vecina provincia de Ibaraki. Aunque la contaminación fue detectada a tiempo y los productos no llegaron a comercializarse, ese hallazgo podría afectar a los productores agrícolas y ganaderos locales, incluso fuera del perímetro de 30 kilómetros desde la central donde se deben extremar precauciones.
En tanto, el gobierno japonés anunció que podría aprobar mañana regulaciones para evitar que alimentos contaminados de la zona cercana a la central de Fukushima lleguen a distribuirse, mientras Edano pidió tranquilidad a los japoneses pues, aclaró, "no existe riesgo inmediato".
Las autoridades también detectaron bajos niveles de yodo radiactivo en el agua corriente de Tokio y zonas cercanas a la capital, pero el gobierno reiteró hoy que no suponen un riesgo para la salud, como tampoco es peligroso exponerse a la lluvia.
Las preocupaciones por la radiactividad en los alimentos se contraponen a los positivos avances en el control de los seis reactores de la central Fukushima I, aunque Edano matizó que la situación "es todavía incierta", sobre todo en el reactor 3.
Las unidades 1, 2, 5 y 6 ya están conectadas a fuentes de energía externa y pronto podrían poner en funcionamiento sus paneles de control y las bombas de agua del sistema de refrigeración, aunque el reactor 1 podría experimentar más dificultades, según Tepco, la empresa que opera la planta.
Las unidades 5 y 6 son las menos afectadas y hoy se registraron temperaturas relativamente normales en sus piscinas de almacenamiento de combustible usado, lo que permite una cierta tranquilidad en ese frente. Por ello, los esfuerzos se concentran en las unidades 3 y 4, las más afectadas por las explosiones que se sucedieron tras el terremoto de 9 grados del 11 de marzo y el posterior tsunami, que inutilizó los sistema de refrigeración.
La unidad 3 es una fuente de preocupación para la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, ya que la presión de la vasija de contención, que protege el núcleo, se había incrementado y podría ser necesario liberar vapor para evitar males mayores. Los ingenieros de Tepco finalmente descartaron realizar por el momento esa operación, que emitiría material radiactivo a la atmósfera, pues por el momento la presión parece haberse estabilizado.
Después de rociar con miles de toneladas de agua el reactor 3 durante este fin de semana para enfriar su expuesta piscina de combustible, miembros del ejército nipón se dedicaron hoy a lanzar líquido a la unidad 4 por primera vez. La operación, en la que se vertieron 80 toneladas de agua, se prolongó durante una hora con la intención de evitar que las barras de combustible queden expuestas al aire y, en el peor de los casos, se fusionen y emitan grandes cantidades de radiación.
La evacuación. La Agencia Nuclear de Japón precisó esta mañana que no tiene previsto ampliar el área de evacuación de 20 kilómetros alrededor de la central de Fukushima I, pese a que se han encontrado altos niveles de radiactividad en leche fuera de ese área.
El Ministerio de Sanidad ha detectado que leche en la localidad de Kawamata, provincia de Fukushima, superó en los últimos dos días los límites permitidos de yodo radiactivo, pese a estar a 45 kilómetros de la central y por tanto fuera de la zona de evacuación y del área de 30 kilómetros en la que se deben extremar precauciones.
Además, la agencia local Kyodo informó del hallazgo de trazas de yodo radiactivo en el agua de lugares alejados como Tokio y alrededores, a uno 250 kilómetros al sur de la central atómica, aunque los niveles detectados no suponen un riesgo para la salud, según el gobierno.
Desmantelamiento. Japón cerrará y desmantelará la central nuclear de Fukushima I tras el accidente que afectó sus instalaciones, informó el jefe de gabinete japonés, Yukio Edano, quien precisó que "observando la situación objetivamente está claro" que las instalaciones no serán reutilizadas. Esta es la primera vez que el gobierno habla públicamente sobre el futuro de las instalaciones.
Fukushima I, en el este de Japón y a unos 250 kilómetros al norte de Tokio, se cerraría una vez que se hayan controlado las fugas y las alta temperaturas que desestabilizan los peligrosos núcleos de los reactores.
Disculpas públicas. Enfrentando las críticas por su manejo inicial de la situación, el presidente de la empresa operadora de la planta, Tepco, emitió una disculpa pública por "causar tanta preocupación y molestia".
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