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Janice Bryant Howroyd se convirtió en la primera mujer negra en construir un negocio valorado en más de US$1.000 millones en Estados Unidos.
Criada en el sur del país, en medio de la segregación racial, enfrentó grandes dificultades cuando buscaba un empleo, por lo que usó su experiencia cuando decidió comenzar su propia empresa de recursos humanos. Una decisión que la haría pasar a la historia.
En una entrevista con el programa de radio de la BBC Outlook, habla de su trayectoria.
Janice Bryant Howroyd creció en el estado de Carolina del Norte, en el sur de Estados Unidos, en la década de 1950, cuando la segregación racial estaba en plena vigencia. Pero, al menos en lo que a sus padres respecta, su futuro y el de sus 10 hermanos no iba a ser dictado por el color de su piel.
“Mi mamá y mi papá no tenían una educación muy alta, pero eran personas increíblemente inteligentes”, dice. “Ellos me enseñaron que tenía los mismos derechos que cualquier persona, aunque quizá no todas las oportunidades, y que era yo quien tenía que crear la mayoría de estas. Y (me enseñaron) a no hacerlo con amargura, para que la ira no fuera parte de lo que soy. Mucho de lo que he logrado en mi vida profesional y personal proviene de lo que aprendí al principio de mi hogar “, agrega.
En ese momento, todavía estaban en vigor leyes que separaban a negros y blancos, promulgadas después de la abolición de la esclavitud. “No podría haberme casado con mi esposo, con sus hermosos ojos azules, en ese entonces”, afirma.
Cuando comenzaron a derogarse las leyes segregacionistas, luego del surgimiento de los movimientos de derechos civiles negros, Janice se fue a estudiar a una escuela que estaba en proceso de integración, es decir, donde había estudiantes blancos y negros en la misma aula.
“El primer día, caminando por el campus, estaba muy nerviosa. Fue muy difícil para mí incluso escuchar lo que estaba pasando en clase, porque el miedo hablaba más fuerte. Aún no sé cómo describir el sentimiento que tenía ese día”, señala. En medio del clima de inseguridad y hostilidad en las calles, cuenta que sus hermanos la acompañaban todos los días a la escuela. Pero cuando fue a la universidad, se sintió como en casa.
Asistió a la Universidad Estatal A&T en Carolina del Norte, una de las principales instituciones educativas históricamente negras que hay en el país. “Estudié Inglés y Trabajo Social allí. Es una institución increíble. Después de la Guerra Civil, se establecieron algunas escuelas y universidades que históricamente eran negras. De ahí vino el primer astronauta negro y otros líderes negros del país”, dice.
Emprendimiento
En 1976, se mudó a Los Ángeles, California, para trabajar temporalmente como asistente de su cuñado Tom Noonan en la revista Billboard. Janice recuerda que él tuvo que viajar para asistir a una conferencia en Europa y la dejó a cargo de la oficina. “Cuando regresó, encontró la oficina bastante diferente a la que había dejado y pensó que era mucho mejor. Recuerdo que dijo específicamente que yo había hecho magia”, comenta.
Fue entonces cuando su cuñado se dio cuenta del talento que ella tenía y la animó a emprender. “Tom fue responsable de que yo pensara en seguir una carrera empresarial y de que tomara la decisión final de abrir mi propio negocio”, afirma. En 1978, dos años después de llegar a Los Ángeles, Janice fundó la agencia de recursos humanos ActOne.
“Puedo decir, sin lugar a dudas, que la experiencia que tuve al buscar trabajo fue algo que no quiero que le ocurra a nadie más. Entonces, cuando abrí la empresa, supe que quería una cultura más humana en recursos humanos. Pero (La decisión de) entrar en este campo tuvo más que ver con el trabajo que hice para mi cuñado y cómo me animó: ‘Tienes un don, tienes habilidad, realmente puedes crecer’”, explica.
Ella dice que abrió el negocio con solo US$1.500. “Tenía U$$900 y pedí prestados US$600 a mi mamá”, señala. La empresa funcionaba en la oficina de servicio de una tienda de alfombras y solo tenía una máquina de fax y un teléfono. “Me sentí como Judy Jetson -uno de los personajes de la serie de dibujos animados Los Supersónicos- cuando compré ese fax”, bromea. “Judy Jetson lo era todo para mí. Era fabulosa”, agrega.
Multimillonaria
Más de 40 años después, la empresa ActOne está presente en 19 países, atiende a más de 17.000 clientes y emplea a unas 2.600 personas. Así fue como Janice Bryant Howroyd se convirtió en propietaria y presidenta de una empresa valorada en más de US$1.000 millones. Ella recuerda el momento en que uno de sus hermanos, responsable de administrar gran parte de las finanzas de la empresa, le dio la noticia.
“Yo estaba como, ‘¡Estás bromeando!’ Y él dijo, ‘Sí, chica, llegamos allí ...’ Y yo dije, ‘Está bien, genial. ¿Y qué significa eso? ¿Tengo que ser más responsable ahora?’ Y él preguntó: ‘¿Por qué no celebras tu logro por un momento?’”, narra.
La ejecutiva afirma, sin embargo, que alcanzar esta cifra nunca fue un objetivo. “Como emprendedora, (mi objetivo) es llegar a mil millones de personas”, apunta. Pero eso no significa que le sorprendió la hazaña. “Digo con la mayor humildad posible: no me sorprende mi éxito y nunca me impresiona cuando logramos algo”.
Inspiración
A lo largo de su carrera, Janice asegura que uno de sus grandes íconos femeninos fue Madam CJ Walker, hija de esclavos liberados, considerada la primera mujer negra millonaria en Estados Unidos y la primera mujer en convertirse en millonaria por su propio esfuerzo. Sin embargo, su principal fuente de inspiración fue y sigue siendo su madre. “Ella es una de las personas más inteligentes que conozco”, señala.
No fue casualidad que cuando ganó su primer premio empresarial, Janice la llamó en medio de los aplausos del público para contarle la noticia. “Ella dijo: ‘Solo quiero que recuerdes una cosa, cariño, el premio no es la recompensa’. En cuestión de segundos, mi madre me trajo de regreso a la Tierra”, recuerda.
El año pasado, Janice publicó su segundo libro, Acting Up: Winning in Business and Life Using Down-Home Wisdom, en el que narra su trayectoria y da consejos sobre el espíritu empresarial. Pero, en medio de tantos logros, ¿cuál sería el punto culminante de su carrera?
“Creo que lo más destacado para mí es que no pierdo de vista el premio, todavía no han visto nada. Lo qué van a leer sobre mí algún día, todavía no lo he hecho”, vaticina.
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