James Brady: recibió un balazo que era para Reagan; dedicó su vida al desarme
El ex secretario de prensa de la Casa Blanca James Brady, que en 1981 recibió una bala en la cabeza dirigida a su jefe, el presidente norteamericano Ronald Reagan, murió ayer a los 73 años en Alexandria, Virginia, tras luchar desde una silla de ruedas durante 33 años por la restricción del uso de armas en Estados Unidos.
En una lluviosa tarde de otoño de aquel año, el destino llevó a Brady a convertirse en el símbolo de la lucha contra el uso de armas en Estados Unidos durante la presidencia de su amigo Reagan, ferviente defensor de ese derecho constitucional e impulsor de la última carrera armamentista que terminó con el colapso de la Unión Soviética.
El 30 de marzo de 1981, Jim, como lo conocían los medios y el mundillo político de Washington, fue sacudido por una lluvia de balas disparadas por John W. Hinckley, un ex estudiante universitario con problemas mentales que con esa acción buscaba llamar la atención de la actriz Jodie Foster, con la que estaba obsesionado.
Hinckley disparó cuando Reagan salía del hotel Hilton en la capital norteamericana después de dar un discurso ante sus partidarios republicanos. El presidente recibió un impacto, al igual que un policía y un agente del servicio secreto. Pero Brady fue quien llevó la peor parte, con un balazo en el cráneo.
La bala dañó la parte derecha de su cerebro, paralizó su brazo izquierdo, debilitó su pierna izquierda, dañó su memoria a corto plazo y afectó el habla.
Mientras Reagan era operado de urgencia en el hospital de la Universidad de Washington y los medios especulaban sobre quién estaba ahora al mando del país -George H. W. Bush, su vicepresidente, no estaba en la capital-, la mayoría de las cadenas de televisión anunciaban la muerte del secretario de Prensa, para luego retractarse.
"Lo que fui ya no lo soy y no volveré a serlo", dijo Brady en 1994.
En cambio, se convirtió en un furioso defensor de aplicar duras restricciones a la venta de armas, como la que adquirió Hinckley en una casa de empeños por 29 dólares con sólo presentar una identificación falsa.
"Yo no estaría aquí, en esta maldita silla de ruedas, si tuviéramos una legislación con sentido común", dijo Brady en 2011.
Dedicó años a presionar por la aprobación de un proyecto de ley, que llevaba su nombre, el cual planteaba que se ampliara la verificación de antecedentes antes de que un posible comprador pudiese adquirir un arma de fuego.
Pese a ser un republicano confeso, Brady tuvo que esperar las dos presidencias de su amigo Reagan y la de su sucesor, el también republicano Bush, para alcanzar la primera victoria.
Fue el demócrata Bill Clinton el que promulgó en 1993 la ley Brady o acta de prevención de la violencia por armas de fuego. También fue Clinton el que, en 2000, designó la sala de prensa de la Casa Blanca con el nombre del ex vocero de Reagan.
"Estamos con el corazón roto al compartir la noticia de que nuestro querido Jim «Bear» Brady ha fallecido después de una serie de problemas de salud. Su esposa, Sarah; su hijo, Scott, y su hija, Missy, están muy agradecidos de haber tenido la oportunidad de despedirse", apuntó la familia en un comunicado.
"A pesar de sus lesiones y el dolor que tuvo que soportar todos los días, utilizó su humor, ingenio y encanto para traer sonrisas a los demás y hacer del mundo un lugar mejor", agregó.
Asimismo, su esposa y sus hijos destacaron la capacidad de Brady para sobreponerse a la adversidad, y sus esfuerzos para trabajar para la prevención de la violencia armada y su activismo con personas discapacitadas.