Jair Bolsonaro moviliza sus bases en respaldo a sus ataques al sistema electoral
El presidente amenazó con que no haya comicios el año que viene si no es modificado el sufragio de urna electrónica por uno de voto impreso
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RÍO DE JANEIRO.- Jair Bolsonaro redobló hoyr su desafío al sistema electoral brasileño e inflamó protestas callejeras por el voto impreso al poner en duda la realización de las elecciones presidenciales en 2022.
Durante una videollamada que fue transmitida en un acto de sus seguidores en Brasilia, el presidente amenazó con que no haya comicios el año que viene si no es modificado el sistema de urna electrónica.
“Ustedes están ahí y además de clamar por la garantía de nuestra libertad buscan una manera de que tengamos elecciones limpias y democráticas. Sin elecciones limpias y democráticas, no habrá elección”, dijo Bolsonaro, que saludó también actos en Río de Janeiro, San Pablo y Belo Horizonte, entre otras capitales.
Fue la primera vez que seguidores del presidente salieron a las calles para reclamar por el voto impreso como principal consigna, respondiendo a una de las mayores obsesiones de Bolsonaro en las últimas semanas.
“Salí de casa porque no confío en las urnas electrónicas hace mucho tiempo”, dijo Vanessa de Oliveira Tezolim, una profesora de informática de 41 años que se manifestó en la costanera Copacabana, en Río de Janeiro.
“Los votos hoy son contados en una sala cerrada, secreta, con acceso de pocas personas. Si no conseguimos cambiar el sistema, las elecciones van a ser fraudadas y no vamos a aceptar ser robados”, aseguró Tezolim, que llevaba una bandera que decía “Yo quiero elecciones limpias”.
El presidente ha sostenido -sin presentar pruebas- que hubo fraude en las elecciones de 2014 y de 2018, en las que alega haber vencido al candidato del Partido de los Trabajadores (PT) Fernando Haddad en la primera vuelta. Según el mandatario, el sistema actual se prestaría para un fraude que favorecería el retorno del expresidente Lula da Silva, quien aparece en encuestas como su principal amenaza para 2022.
“Nosotros exigimos -juntos, porque ustedes son mi Ejército, nuestro Ejército- que la voluntad popular sea expresada en un conteo público de votos”, siguió Bolsonaro. “Cada vez más el pueblo se está enterando cómo es el juego. Algunas personas están usando la fuerza del poder quieren la vuelta de aquellos que saquearon el país hace poco tiempo, quieren impunidad y corrupción”.
Bolsonaro asegura que el voto debe ser impreso ya que sería la única manera de tener un proceso “auditable” en 2022, argumento desmentido por el Tribunal Superior Electoral (TSE) que defiende la transparencia del sistema actual. Aliados del presidente en el Congreso presentaron una propuesta de reforma de la Constitución para implementar el voto impreso, pero la iniciativa no cuenta con apoyo suficiente de parlamentares.
El presidente subió el domingo el tono y las amenazas, una postura que llevó en los últimos días a una crisis del palacio del Planalto con los demás poderes, en especial con la Corte Suprema cuyos miembros integran el TSE. El presidente del TSE, Luis Barroso, defiende la confiabilidad de las urnas electrónicas y rechaza la tesis de fraude en elecciones pasadas.
Bolsonaro dijo que no va a “esperar que suceda (el fraude) para tomar medidas”. “Haremos lo que sea necesario para que haya conteo público de votos y tengamos elecciones democráticas”, dijo desde la pantalla de un celular.
La radicalización del presidente y la defensa del voto impreso apunta a mantener a su base electoral movilizada en torno a una causa en un momento de debilidad por el avance de investigaciones por posible corrupción en la compra de vacunas contra el Covid-19, coincidieron analistas consultados por LA NACION. Bolsonaro enfrenta además una caída de popularidad registrada en algunas encuestas y acaba de cerrar un nuevo acuerdo político con el Centrão, un grupo de partidos denostados en el pasado cuando se presentó como un candidato antisistema en 2018.
Claudio Couto, coordinador de la Maestría en Gestión y Políticas Públicas de la Fundación Getulio Vargas (FGV) en San Pablo, opinó que Bolsonaro prepara el terreno para cuestionar una eventual derrota en las elecciones de 2022, estrategia adoptada por Donald Trump en Estados Unidos.
El jueves el presidente había denunciado durante una transmisión teorías sobre supuesto fraude en la elección de 2014 basado en videos de internet antiguos. Reconoció no tener pruebas ni formas de mostrar el fraude, aunque dijo que existen “indicios fuertísimos”.
“Existe desconfianza de que la izquierda querrá fraudar la elección porque la mayoría de los jueces de la Corte fueron indicados por ellos y serán los responsables por el conteo. Anularon los procesos contra Lula y trabajaron para tornarlo elegible”, dijo Marcelo Delornes, un administrador de empresas de 44 años y seguidor del presidente que participó del acto en Río.
Couto dijo que, además de blindarse contra un resultado adverso, el presidente intenta debilitar a las instituciones, como la Justicia, que puedan ponerle algún límite. Además, advirtió que puede crearse un caldo de cultivo para la violencia política.
“El presidente radicaliza a su base más empedernida y crea condiciones para que no sólo se movilice ahora, sino también el año que viene contra los resultados”, concluyó el profesor de la FGV. “Eso puede generar violencia política porque el bolsonarismo tiene una base fuerte en las policías militares, sectores de las fuerzas armadas y civiles armados”.
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