Jair Bolsonaro mejora su imagen y le apunta al exjuez Sergio Moro como principal adversario en la carrera presidencial
Tercero en las encuestas, el exministro de Seguridad compite por los mismos votos que el presidente, que vería amenazada la posibilidad de alcanzar una segunda vuelta en las elecciones de 2022
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RÍO DE JANEIRO.- Jair Bolsonaro encontró en las encuestas, después de un buen tiempo, un motivo para darse un respiro. Luego de cinco meses de caída consecutiva de su popularidad, la imagen del presidente brasileño paró de caer y tuvo un leve repunte, de acuerdo con un trabajo de la consultora Genial/Quaest, en base a las respuestas de más de 2000 entrevistados.
La evaluación positiva de Bolsonaro, quien intentará la reelección desde el Partido Liberal -su nueva casa política- pasó de 19% a 21% y el nivel de rechazo, creciente desde agosto, cayó a su vez de 56% a 50% respecto con el sondeo anterior.
En el cuadro general de la carrera para la elección presidencial de 2022, poco cambió y el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) sigue liderando todos los escenarios. El jefe del Partido de los Trabajadores (PT), que esta semana estuvo en Buenos Aires y fue homenajeado por el gobierno de Alberto Fernández, se impondría de forma cómoda a Bolsonaro y a cualquier otro candidato en segunda vuelta.
De acuerdo con el sondeo, el repunte de Bolsonaro se sintetiza en la mejora significativa de su percepción en dos estratos: en los electores evangélicos y en los brasileños que perciben hasta dos salarios mínimos. Analistas consultados por LA NACION atribuyeron el respiro a la entrega de “gestos” a sus bases de apoyo y a la mejoría en los indicadores sanitarios del Covid-19, en un Brasil que observa con preocupación la diseminación de la nueva variante ómicron.
El gobierno federal implementó a partir de diciembre un controvertido programa de transferencia de renta, llamado auxilio Brasil, que se extenderá hasta fin de 2022 por 400 reales, cifra por la que el gobierno debió postergar deudas del estado y burlar la regla del “Techo de gastos” que controla el déficit.
Por otra parte, el sector evangélico recibió un gesto del Palacio del Planalto con el nombramiento de Andre Mendonça, el juez “terriblemente evangélico” que Bolsonaro postuló para la Corte Suprema y se convertirá este mes en el segundo indicado por el presidente entre los 11 magistrados del máximo tribunal.
“Bolsonaro sigue siendo muy popular en algunos grupos, en particular con los evangélicos, que festejaron como una victoria la indicación de Mendonça”, dijo Mauricio Santoro, politólogo y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). El profesor de la UERJ citó la mejoría en los indicadores sanitarios, como otra hipótesis que pudo haber mejorado la performance del presidente en las encuestas.
Brasil registra más de 616.000 muertes confirmadas por Covid-19, y completó una semana con menos de 200 muertes diarias por la enfermedad, lejos del peor momento de la crisis sanitaria cuando los fallecidos superaron los 3000 diarios.
Las dificultades para Bolsonaro no son pocas. El 70% de los entrevistados consideró el fallido combate a la inflación como el principal déficit del gobierno, mientras que la principal preocupación continúa siendo la economía. Brasil entró en recesión técnica este mes, y las perspectivas de retomar un crecimiento robusto rápidamente son pocas en un año electoral que se avecina cargado de tensión.
“Hay algunas apuestas de Bolsonaro para intentar la reelección: aumentar los gastos públicos para financiar políticas sociales, hacer más gestos inclinados a sus bases, como los evangélicos y militares. Pero la situación sigue siendo difícil”, opinó Santoro.
La encuesta de Quaest mostró la principal novedad en el tercer lugar de la carrera a la presidencia. El exjuez del Lava Jato y exministro de Justicia de Bolsonaro, Sergio Moro, se coló en tercer lugar, despegándose del exministro de Hacienda del PT, Ciro Gomes.
Para Paulo Calmon, profesor de ciencia política de la Universidad de Brasilia, no es casualidad entonces que tanto para Bolsonaro como su familia, Moro, tildado de “traidor” y de “payaso”, se haya convertido en blanco predilecto de ataques en las últimas semanas, incluso por sobre Lula.
“Moro disputa la misma franja del electorado que Bolsonaro, y su candidatura puede drenar el apoyo al presidente de segmentos identificados con causas conservadoras y con el combate a la corrupción”, aseguró Calmon. “Puede comprometer las chances de que el presidente llegue a la segunda vuelta, si surge un tercer candidato fuerte”.
Moro cerró esta semana una gira por Curitiba, Recife, San Pablo, y Río de Janeiro en la que presentó su libro “Contra el sistema de la corrupción”, un relato de su papel como juez de la operación Lava Jato y su paso por el gobierno federal, con una lectura muy crítica de la administración de Bolsonaro. El exjuez, recientemente afiliado a Podemos, intenta elevar el perfil y empezar a hablar de otros asuntos ajenos a la justicia como la Economía y el desempleo, principal preocupación de los brasileños en las encuestas.
El profesor de la Universidad de Brasilia destacó que Moro tiene uno de los mayores índices de rechazo del electorado, sólo detrás de Bolsonaro, lo que podría inviabilizar un crecimiento rápido para la contienda electoral. “Las chances de que su candidatura crezca significativamente parecen limitadas todavía. Pero el choque directo con Bolsonaro interesa a Lula, que puede ver el voto conservador fragmentado entre los dos candidatos”.
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