¿Sergio Moro al gobierno de Bolsonaro? El juez del Lava Jato no descarta aceptar un cargo
RÍO DE JANEIRO (AFP).- El coqueteo es mutuo. Ayer, el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, el ultraderechista y defensor de la dictadura que el domingo superó por 10 puntos porcentuales al izquierdista Fernando Haddad en el ballottage, declaró en una entrevista que estaba pensando en invitar a Sergio Moro para ocupar una vacante en el Tribunal Supremo o el Ministerio de Justicia y ahora el juez federal respondió y dijo que no descarta la posibilidad de aceptar la invitación. De hecho, indicó que lo haría de buena gana.
Moro, abogado de 45 años, casado, dos hijos, es juez federal de la ciudad de Curitiba, especialista en lavado de dinero y delitos financieros. En 2014 ganó protagonismo en el marco de una investigación que llevó adelante sin mirar atrás ni medir los riesgos hasta involucrar a figuras intocables de la política y del sector privado en la operación Lava Jato, la mayor investigación sobre corrupción en la historia de Brasil. Moro y su equipo de colaboradores descubrieron que desde los puestos gerenciales de la empresa estatal Petrobras se manejaba un millonario esquema de corrupción que se mantuvo firme por lo menos entre 2004 y 2012. El expresidente Lula da Silva , favorito para las elecciones presidenciales hasta su impugnación en agosto último, está preso en esta causa.
A pesar de no manifestarse a favor de Bolsonaro durante la campaña, Moro afirmaba que la vuelta del PT al poder sería inaceptable, de acuerdo con lo publicado por O Globo. Además, criticaba la posibilidad de un eventual gobierno de Haddad, al que señalaba como dispuesta a adoptar medidas para controlar al Poder Judicial y a los medios.
Según las fuentes que hablaron con el diario, Moro entiende que la ventaja de integrar el equipo del presidente electo sería apartar el miedo en algunos sectores de la sociedad, que temen el quiebre del Estado Democrático y de Derecho.
Por su parte, el excapitán del Ejército afirmó que aún no buscó al magistrado, pero subrayó que quiere programar una conversación con él en breve. Al menos dos vacantes en la Corte serán abiertas en los cuatro años de mandato del exmilitar debido a las jubilaciones obligatorias de los ministros Celso de Mello y Marco Aurelio Mello.
"Quiero conversar con él, saber si hay interés. Sí lo hay, con toda certeza será una persona de extrema importancia en un gobierno como el nuestro", indicó el futuro presidente de Brasil .
Bolsonaro escandalizó al mundo con sus comentarios racistas, misóginos y homófobos pero desde que ganó las elecciones se muestra más sereno y conciliador. "Quiero decirles a los que no votaron por mí que estamos en el mismo barco (...) lo que está faltando es la unión de todos, debemos evitar las divisiones", dijo a Globo Televisión.
Asimismo, en otra entrevista, descartó su apoyo a una eventual intervención militar en Venezuela -cuya crisis le sirvió de caballo de batalla- y señaló que no haría estallar el bloque del Mercosur, aun cuando lo considera "sobrevalorado".
Admirador de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, Bolsonaro reforzó las promesas de respetar "la Constitución, la democracia y la libertad", después de haber afirmado en la campaña que sus opositores de izquierda, "los marginales rojos", deberían optar entre el exilio o la cárcel.
"Vamos a tratar a todos igual", matizó el mandatario electo, que insistió sin embargo en sus polémicas propuestas de blindar jurídicamente las operaciones policiales contra el crimen y de flexibilizar el porte de armas para combatir la criminalidad.
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