Jacob Zuma, el “presidente de teflón” que finalmente terminó preso
Estaba acusado de sobornos y hechos de corrupción; tuvo que renunciar a la presidencia en 2018; su condena pone a prueba a la democracia del país
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JOHANNESBURGO.- El expresidente sudafricano Jacob Zuma, implicado en una serie de escándalos de corrupción, se entregó ayer por la noche a la policía para cumplir una condena de 15 meses de prisión, un lugar por el que ya había pasado junto a Nelson Mandela, en la época del apartheid.
“El presidente de teflón”, como lo catalogaron por lograr eludir a la Justicia en reiteradas oportunidades, gobernó Sudáfrica entre 2009 y 2018 por el partido Congreso Nacional Africano (CNA). Tras nueve años en el poder, renunció a la presidencia por pedido de su propio espacio político, y fue sucedido por Cyril Ramaphosa.
Zuma, de 79 años, fue condenado la semana pasada por la Corte Constitucional por negarse a declarar frente a investigadores anticorrupción. El hecho marca un hito histórico para África, por ser la primera vez que un exgobernante es encarcelado por negarse a responder en una investigación de esta índole. Sobre el expresidente pesan cargos de fraude, corrupción y crimen organizado. Incluso, previo a resultar presidente electo en 2009, Zuma enfrentó acusaciones de abuso sexual.
La Justicia había ordenado que Zuma se entregara el domingo. Ante su negación, el fallo dispuso un plazo de tres días para detenerlo. Con las horas contadas, ayer, finalmente, pasó su primera noche en prisión. El hecho que puso en jaque las instituciones de la joven democracia sudafricana, en pie desde 1994.
Sobreprecios y sobornos
El mandato de Zuma estuvo marcado por escándalos de corrupción y nepotismo. Dejó el poder por la fuerza en febrero de 2018 con “efecto inmediato”, jactado de haber “servido a la gente de Sudáfrica de la mejor manera posible”, pero habiéndose enfrentado nueve veces a un voto de confianza en el Parlamento. El político también ocupó la vicepresidencia del país del sur de África entre 1999 y 2005 a servicio del entonces jefe de Estado, Thabo Mbeki.
Fue por aquellos años de gestión que se lo acusó de comprar, por sumas millonarias, aviones de combate, lanchas patrulleras y equipos militares de cinco firmas europeas. También, fue señalado por participar de sobornos 20 años atrás.
Una gran cantidad de sudafricanos celebró el encarcelamiento de Zuma, ilusionados con que se abra el camino para reforzar el estado de derecho. “Nadie está por encima de la ley”, repitieron, con esperanza, las personas que se manifestaron en los últimos días. La defensora de los derechos humanos Thuli Madonsela, calificó al día de ayer como “un día de gloria”, y dijo que, si el expresidente no hubiera sido excarcelado, se “habría provocado una onda de choque en el sistema”.
Las autoridades penales confirmaron que Zuma “fue admitido para comenzar a cumplir su sentencia de 15 meses en el Centro Correccional Estcourt”, ubicado en su provincia natal, KwaZulu-Natal. Horas antes de entregarse, la policía advirtió que estaba preparada para detenerlo la medianoche del miércoles, cuando vencía el plazo dispuesto en el fallo judicial.
Sus años con Mandela
Zuma estuvo detenido durante diez años en la prisión de Robben Island, junto a Nelson Mandela, durante la época del apartheid, motivo que lo rodeó de una serie de seguidores. Sus defensores enviaron el miércoles una carta a la Corte para que otorgara un aplazamiento de última hora, pero no consiguieron un fallo a favor del político. El exmandatario también pidió a la Corte Constitucional reconsiderar y rescindir la orden de prisión. Su petición será escuchada el lunes próximo.
A pesar de que su imagen está deteriorada, Zuma tiene un peso importante entre altos cargos y miembros de base del gobierno. El fin de semana le advirtió a sus simpatizantes que se desencadenaría un caos si la policía se “atrevía” a detenerlo.
Nacido en una comunidad rural donde no recibió educación formal, Zuma llegó a ser uno de lo líderes y agentes de inteligencia del CNA durante la lucha contra el apartheid. Pero los presuntos hechos delictivos lo hicieron perder el respaldo dentro del partido, dentro del cual le pidieron su renuncia a la presidencia en 2018, y adelantaron que no van a interferir en el proceso judicial.
Agencias AFP, Télam y BBC News
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