Italia ya pone el foco en la reconstrucción
Quieren volver a edificar las antiguas casas en la zona afectada; lanzan medidas para los damnificados
ROMA.- La tierra, sin tregua,siguió temblando ayer en el centro de Italia y el saldo de muertos por el devastador terremoto de la madrugada del miércoles trepó a 281, entre ellos muchísimos chicos.
Mientras Defensa Civil anunció que ya no había desaparecidos, y que se contabilizaron 388 heridos y 2500 personas sin casa, el gobierno del primer ministro italiano, Matteo Renzi, ya hablaba de reconstrucción. "Debe ser una prioridad para Italia", afirmó el premier, que había declarado el estado de emergencia para la zona de las regiones del Lacio, Umbria y las Marcas.
Renzi que ya dispuso una partida de 50 millones de euros para que Defensa Civil le hiciera frente al desastre dejó en claro que quiere diferenciarse de lo que hizo en su momento la administración de derecha del ex premier Silvio Berlusconi, luego del también destructivo terremoto que arrasó la ciudad de L'Aquila, en la región de los Abruzos, en abril de 2009. A diferencia de aquella vez, en efecto, todo indica que no se optará por las denominadas "ciudades nuevas", construidas rápidamente fuera de las zonas dañadas. La idea es que los mismos alcaldes de las localidades arrasadas decidan qué hacer. En ese sentido, aunque lleve mucho más tiempo, la voluntad de todos es reconstruir sus pueblos, hoy desaparecidos del mapa, en el mismo lugar donde se levantaban.
Así, el objetivo es reconstruir de cero las casas de piedra de Accumoli, Amatrice, Arquata del Tronto y Pescara del Tronto, que se derrumbaron como castillos de papel a las 3.36 (hora local) del miércoles pasado, arrasadas por un sismo de 6 grados en la escala Richter.
"Nadie será desarraigado. Debemos trabajar para que nuestros compatriotas puedan abandonar cuanto antes las carpas y para permitirles quedarse donde tienen sus raíces. Es su derecho quedarse en sus lugares y seguir siendo comunidades", dijo Renzi. "El Estado tiene un compromiso moral", añadió.
Consciente de los escándalos de corrupción que hubo en torno de los fondos para la reconstrucción de L'Aquila, el primer ministro prometió controles y transparencia.
"Hasta ahora nos trataron muy bien, pero nuestro temor es lo que vendrá después, que alguien lucre sobre nuestra desgracia", dijo una mujer evacuada en Accumoli, al resumir el sentimiento generalizado de los damnificados.
De los 963 millones de euros erogados por el gobierno de Berlusconi después del terremoto de L'Aquila, en efecto, casi nada fue usado para prevenir ulteriores sismos.
De hecho, la fiscalía de Rieti provincia donde se levantan Amatrice y Accumoli decidió abrir una investigación por "desastre culposo". Por ejemplo, en Accumoli, cuyo suelo se hundió 20 centímetros, un campanario recién restaurado se derrumbó y mató a una familia de cuatro personas, que incluía dos chicos, de 8 meses y 7 años.
En Amatrice, en tanto, una escuela restaurada en 2012, supuestamente con criterios antisísmicos, tampoco soportó los temblores. ¿Por qué?
Ante la enésima tragedia nacional de este tipo, el gobierno de Renzi también decidió eximir del pago de impuestos a la zona afectada. Y anunció la puesta en marcha de un plan de prevención bautizado "Casa Italia".
"Italia debe tener una visión que no sea solamente de emergencia. Llegó el momento de hacer un salto de calidad para un proyecto capaz de enfrentar la cultura de la prevención antisísimica", dijo.
Mientras tanto, la tierra seguía temblando en la zona golpeada. Las réplicas no cedían y un temblor muy fuerte que tuvo lugar por la madrugada, de 4,8 grados, incluso dañó un puente que lleva a Amatrice, lo que complicó su ya difícil acceso.
En el marco de la catástrofe, marcada por la gran cantidad de ataúdes que comenzaban a verse en la zona, algo de esperanza surgía de las 238 personas salvadas de entre los escombros por los equipos de bomberos. "La maquinaria del rescate y la ayuda funcionó a la perfección y cumplió un milagro laico", subrayó el ministro del Interior, Angelino Alfano.
En un clima de gran solidaridad, con muchas iniciativas para recolectar dinero para los damnificados, cientos de voluntarios seguían llegando a la zona para ayudar a los evacuados, instalados en campamentos. Italia se preparaba para el día de luto nacional y el funeral de las víctimas, que será hoy, en la ciudad de Ascoli, en el que participarán las máximas autoridades del país.
Mientras tanto, aún salen a la luz desgarradoras historias de cientos de familias. Como la de Ezio Tulli, un policía de 42 años de Aprilia, ciudad al sur de Roma, que estaba de vacaciones en Amatrice, el lugar originario de su mujer, Giovanna Gagliardi, junto a sus dos hijos de 12 y 14 años. Tulli murió en el derrumbe de su casa junto a sus hijos y al padre de Giovanna. La mujer fue la única en salvarse.