Italia: se complican las tratativas para que se forme un nuevo gobierno de Conte
ROMA.- Se hablaba de crisis "relámpago" porque Italia, azotada por la pandemia -con más de 87.800 muertos-, una crisis económica dramática y una campaña de vacunación semi-bloqueada-, no puede darse el lujo de vacío de poder.
Todos dicen que hace falta "ya" un nuevo gobierno, fuerte y sólido. Pero la primera ronda de consultas que concluyó hoy el presidente Sergio Mattarella dejó claro que hace falta más tiempo y arduas negociaciones para que pueda nacer un "Conte Ter": un nuevo y tercer gobierno del primer ministro saliente, Giuseppe Conte.
Por eso, en un escenario intrincado, de incertidumbre total, Mattarella decidió darle al presidente de la Cámara baja, Roberto Fico, un "encargo explorativo", es decir, la difícil misión de verificar con las fuerzas políticas de la mayoría saliente –muy peleadas entre sí- si realmente hay condiciones para esa opción. En caso contrario, las apuestas son por el nacimiento de un gobierno del mismo color, pero con otro nombre al frente o uno institucional.
Mattarella, árbitro absoluto de esta crisis, le dio a Fico -que ya tuvo esta tarea en agosto de 2019, cuando medió para que naciera el "Conte bis" (el segundo gobierno de Conte)-, un lapso limitado: tres días. El martes que viene deberá volver a "subir" al Palacio del Quirinal, sede de la presidencia, para informarle al presidente de la República el éxito de su mediación. Sólo entonces se sabrá si nuevamente Conte, que aparece hiperdebilitado y no tuvo él mismo el encargo porque el clima está al rojo vivo, tiene los números para volver a Palacio Chigi (sede del gobierno), algo nada fácil.
La situación permanecía totalmente bloqueada, en efecto, porque el impulsor de una crisis considerada inoportuna e irresponsable en este momento, el expremier Matteo Renzi, líder de Italia Viva -pequeño partido que se retiró de la coalición en desacuerdo con el manejo de la pandemia-, seguía siendo indispensable para cualquier solución que no significara el tercer escenario: la disolución del Parlamento y elecciones anticipadas.
Aunque el senador florentino, definido un "jugador de póker" y famoso por sus movidas arriesgadas, no lo dice con todas las letras y prefiere un léxico ambiguo, en verdad busca la cabeza de Conte. Lo dejó claro ayer, al salir de su encuentro con Mattarella. Entonces, ante periodistas y en directa televisiva, en un virtual "show" considerado "irritual" porque no correspondía en ese momento y en los salones del Palacio del Quirinal, Renzi salió al ataque.
Hábil orador, aunque se demostró disponible a volver a formar parte de la coalición de Conte –formada por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E) y el Partido Democrático (PD), de centroizquierda-, dejó en claro que para volver a sumarse iba a imponer férreas condiciones y más poder. Renzi negó que su ruptura tuviera que ver con una cuestión de rivalidad personal con Conte, sino que aseguró que se debe "a una cuestión de ideas". En este sentido, volvió a dejar claro que considera que Conte, abogado de 56 años que solo entró en política hace tres, no está a la altura de liderar a Italia hoy, en el momento más difícil de su historia reciente, desde la Segunda Guerra Mundial.
Renzi no ocultó su furia por el "fango" e insultos que le llegaron en las últimas semanas de parte de sus exaliados de gobierno, que lo acusaron de "irresponsable", de trepador y de "no confiable". "No somos irresponsables, somos claros y directos", aseguró, al denunciar, por otro lado, la escandalosa "caza a los responsables" realizada por Conte con senadores y diputados para intentar sobrevivir sin los votos de Italia Viva.
Esa operación, que intentó tejer el senador ítalo-argentino Ricardo Merlo, presidente del MAIE (Moviemiento Asociativo de los Italianos en el Exterior) fracasó sonoramente, e incluso tuvo un costado tragicómico porque un senador de derecha que se había unido al grupo "contiano", finalmente dio marcha atrás, arrepentido luego de un llamado del expremier Silvio Berlusconi. Esto volvió a poner a Italia Viva y a Renzi en una posición ganadora, ya que resulta imprescindible para formar una nueva mayoría política con los mismos colores del gobierno saliente, es decir, con el M5E y el PD.
Montaña de dinero
Renzi manifestó su disponibilidad a volver con ellos –que en las consultas se manifestaron favorables al "Conte Ter"-, pero después de discutir puntualmente temas esenciales sobre la actual crisis sanitaria, económica y educativa y, sobre todo, el "Recovery plan". Renzi quiere tener poder decisión a la hora de definir cómo Italia gastará en los próximos 6 años el fondo de 209.000 millones de euros para la reconstrucción pospandemia que la Unión Europea (UE) decidió destinarle al país. Una montaña de dinero que, más pasa el tiempo y sigue sin resolverse esta crisis política, corre el riesgo de esfumarse.
El exalcalde de Florencia, contento por haber vuelto a ser determinante y al centro de la atención, al margen de manifestarse en contra de la alternativa de elecciones anticipadas, también se expresó favorable a un gobierno de tipo "institucional", liderado por una figura como Mario Draghi, el expresidente del Banco Central Europeo. Una opción que aparece menos lejana.
De la vereda contraria, la oposición de derecha, que se presentó compacta en su cita con Mattarella, llamó nuevamente a la disolución del Parlamento y a las urnas. Los sondeos, de hecho, aseguran su victoria de haber elecciones anticipadas, que el resto de las fuerzas políticas aborrecen, incluso Italia Viva, porque en ese caso desaparecerían, también debido a que el Parlamento fue drásticamente reducido.
Es justamente en este marco que el M5E, al salir de su ronda de consultas con Mattarella, pese a detestar a Renzi, a quien acusaron de irresponsabilidad al abrir una crisis "incomprensible", debió tragarse el sapo. Su vocero, Vito Crimi, manifestó su disponibilidad a sellar con él un nuevo "pacto de legislatura", para que nazca un "Conte Ter". Esto cayó como una bomba en el seno del M5E, donde uno de sus líderes, Alessandro Di Battista, amenazó con escindirse, llevándose a buena parte de los "grillini" (seguidores del movimiento creado por el cómico Beppe Grillo).
"El momento es muy delicado para el país y estamos llamados a enfrentarlo con la máxima responsabilidad para darle respuestas urgentes a los ciudadanos, que esperan", dijo anoche Fico, después de recibir de Mattarella su "mandato exploratorio".
Fico, napolitano que es parte del ala más de izquierda del M5E, deberá trabajar en un escenario de los más caótico. Y deberá verificar si hay condiciones para aplacar los ánimos y volver a juntar a la mayoría parlamentaria saliente, para que surja el tan mentado "Conte Ter", algo que aparece cada vez más como una "misión imposible".
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