Colapsó el gobierno italiano: Conte disparó contra Salvini y presentó la renuncia
ROMA.- Duró apenas 445 traumáticos días y 14 meses el primer gobierno populista de Europa, formado por la xenófoba y derechista Liga y el populista Movimiento Cinco Estrellas (M5E).
En un durísimo discurso de 50 minutos, en el que acusó de "irresponsable" a Matteo Salvini, le pasó factura y denunció su falta de "cultura de las instituciones", su soberanismo y su autoritarismo, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, oficializó ayer su renuncia.
"El gobierno aquí se detiene", sentenció en un discurso durísimo, ante el Senado, Conte, que al cabo de un debate de lo más caldeado, presentó finalmente su renuncia ante el presidente Sergio Mattarella. El primer mandatario, que pasó a ser el árbitro máximo de la crisis, comenzará esta tarde una primera ronda de consultas con las diversas fuerzas políticas.
En una jornada de lo más convulsionada, tal como se esperaba Conte, de 55 años, se presentó a las tres de la tarde ante el Senado. Se vio obligado a este paso después de que la Liga presentó una moción de censura en su contra el 8 de agosto pasado, a raíz de una enésima discrepancia en el seno de la coalición sobre un proyecto del tren de alta velocidad.
En un discurso "de la verdad", en el que masacró a Salvini -que, sentado a su derecha, hacía muecas irreverentes y gesticulaba-, Conte sacó afuera toda la bronca acumulada en los 14 meses al frente de un gobierno bicéfalo y contranatura.
Conte tuvo un papel casi secundario en el gobierno. Gracias a su cargo de ministro del Interior, con su política de cierre de puertos y carisma, Salvini, de 46 años, cosechó popularidad y se convirtió en el hombre fuerte, desplazando a Luigi Di Maio, líder del M5E, de 33 años.
Después de arrasar en las elecciones para renovar el Parlamento europeo del 26 de mayo pasado, alcanzando el 34% de los votos y duplicando el caudal de los "grillini" (miembros del movimiento creado por el cómico Beppe Grillo), Salvini incluso comenzó a actuar como un primer ministro "de facto", en una virtual humillación para el M5E y Conte, cercano a este grupo.
A la hora de la verdad y después de días de acusaciones cruzadas, sin eufemismos, Conte certificó el fin de la experiencia de gobierno con la cabeza en alto.
En un discurso inflamado, pero con tono tranquilo, Conte denunció a Salvini por la "irresponsable decisión" de haber desencadenado en pleno agosto una crisis política de consecuencias impredecibles, en un momento delicado para Italia a nivel económico, social y financiero.
"Es algo muy grave", aseguró, al advertir que esta inestabilidad pondrá a Italia, que tiene una deuda pública equivalente al 132% del PBI, en el centro de maniobras especulativas. Además, le dijo en la cara a Salvini que desde su victoria en mayo pasado en las elecciones europeas buscaba un pretexto para romper la coalición. Y que actuó "siguiendo intereses personales y de partido".
"Cuando una fuerza política piensa en su interés, traiciona la vocación más noble de la política, el bien común y daña el interés nacional", clamó.
Conte -un desconocido profesor de Derecho que Salvini, junto a su exsocio, Luigi Di Maio, líder del M5S, eligió como premier, porque ninguno de los dos quería que el otro asumiera esa posición- fue más allá. Tras enumerar los supuestos logros del gobierno y las reformas que por culpa de Salvini quedarán truncas, mencionó la obsesión del "capitán" por las redes sociales, sus comportamientos "no institucionales", su falta de apego a las reglas de la democracia parlamentaria, su abuso del uso de símbolos religiosos en forma "inconsciente" y su autoritarismo.
"Querido Matteo, te inspiras en concepciones soberanistas, pero no necesitamos en Italia a hombres con plenos poderes, sino a hombres con cultura de las reglas y sentido de la responsabilidad", le lanzó, aludiendo al reclamo de "plenos poderes" realizado días atrás por el líder de la Liga.
Conte, que también mencionó la investigación que salpica a Salvini por haber recibido fondos de Rusia, finalmente recordó que, al asumir, en junio del año pasado, prometió trabajar como "abogado del pueblo".
Agradeció a quienes lo apoyaron en estos 14 meses turbulentos y adelantó que al final del debate parlamentario iría a presentar su renuncia ante el presidente de Italia, Sergio Mattarella. Es él quien ahora abrirá esta tarde una serie de consultas con las diversas fuerzas políticas para ver si existe la posibilidad de la formación de un gobierno alternativo -institucional, o de responsabilidad nacional- o si debe disolver las cámaras del Parlamento y llamar a elecciones anticipadas, quizás en octubre.
Respuesta
A la hora de las réplicas y después de que Conte cerró su discurso con un "¡Viva Italia!", Salvini, su blanco, fue el primero en tomar la palabra. Entonces se defendió del ataque, evitó cualquier autocrítica y volvió a insistir en elecciones anticipadas.
"Volvería a hacer todo lo que hice. Soy una persona libre y no le tengo miedo al juicio de los italianos. Son ellos los que deben decidir", clamó.
"El destino de este Parlamento está en manos de los italianos, no de treinta senadores que no quieren dejar su sillón", agregó, aludiendo a las maniobras en curso para frenar su ascenso al poder, a través de la formación de un gobierno alternativo formado por el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, y el M5E.
"La vía maestra es la de las elecciones, solo el pueblo italiano puede juzgar quién trabajó bien y quién trabajó mal", también dijo Salvini, en un discurso en el que se mostró, como siempre, demagógico ("primero los italianos") y desafiante con la Unión Europea (UE).
"No quiero cadenas, somos un país libre, no quiero depender más de la UE", disparó, profundizando la sensación de incertidumbre total por lo que vendrá.
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