Israel vota en un virtual referéndum sobre la continuidad de Netanyahu
El premier aspira a la reelección con un discurso de seguridad nacional; el líder laborista Isaac Herzog es el favorito, pero por la dispersión del voto se esperan varios días de negociaciones
JERUSALÉN.- Para el primer ministro Benjamin Netanyahu votar por él será votar por la seguridad y la preservación de la tierra de Israel. Para el líder de la oposición de centro-izquierda, Isaac Herzog, los ciudadanos deberán escoger entre "la esperanza y el desaliento".
Más de 5,8 millones de israelíes están llamados a elegir hoy a los 120 diputados del nuevo Parlamento (Knesset) del que emanará el futuro gobierno. Cansado de gobernar desde 2013 con una variopinta y heterogénea coalición que le cortaba las alas y convencido de su popularidad, Netanyahu convocó estas elecciones anticipadas a finales de 2014. Pero su partido, el Likud, estandarte de la derecha israelí, ha perdido terreno y el primer ministro, en el cargo desde 2009, corre el riesgo de ser derrotado. Las encuestas le otorgan entre 20 y 22 escaños, mientras que la Unión Sionista, coalición de centro-izquierda liderada por Herzog, obtendría entre 24 y 25 y se convertiría en la lista más votada.
"Los israelíes están hartos de Netanyahu. La magia finalmente acabó", resumió Nahum Barnea, columnista del diario Yediot Aharonot.
Las elecciones se han convertido en una especie de referéndum sobre Netanyahu y a pesar de que parece existir un consenso sobre la necesidad de un cambio, nada está decidido y el primer ministro ha aprovechado hasta el último minuto de la campaña para conseguir votos. Ayer sorprendió a los israelíes asegurando que si es reelegido no habrá un Estado palestino. Sus declaraciones fueron un guiño a los habitantes de los asentamientos de Cisjordania y Jerusalén-Este y a la derecha en general, pero un cachetazo a la comunidad internacional que apuesta y trabaja por la idea de dos Estados.
"Cualquiera que actúe para crear un Estado palestino y evacúe territorios con ese fin está allanando el camino para ataques de los islamistas radicales contra Israel", declaró el primer ministro.
Además, Netanyahu quiso que su último acto público fuese en Har Homa, un polémico asentamiento situado a las puertas de Jerusalén, desde donde garantizó que seguirá autorizando la expansión de las colonias en la parte palestina de la ciudad y recalcó que Jerusalén es indivisible.
"Esto no es nuevo para nosotros. Netanyahu ha hecho todo lo posible para enterrar la solución de dos Estados", reaccionó Saeb Erekat, jefe negociador palestino en las conversaciones de paz con Israel, congeladas desde hace un año.
Además del Likud y la Unión Sionista, casi una decena de partidos que van desde la izquierda convencida hasta la derecha ultranacionalista pasando por diversas formaciones de centro y agrupaciones religiosas se repartirán los más de 70 escaños restantes.
Esta dispersión del voto hará que nadie gane realmente y sea necesario trazar acuerdos entre partidos con visiones de país opuestas para reunir al menos 61 escaños y formar gobierno. Es decir, los israelíes podrían tener que esperar días o semanas para conocer el nombre del futuro primer ministro.
Y el jefe de gobierno no saldrá necesariamente del partido más votado. La Unión Sionista puede ganar las elecciones pero tal vez el Likud consiga formar más fácilmente una coalición para gobernar y Netanyahu vuelva a ser primer ministro.
"Israel debe de ser el único país democrático en el mundo donde un político se convierte en primer ministro con tan sólo un 20% de los votos, lo cual es preocupante en cuanto a legitimidad y eficacia se refiere. Salvo sorpresas, los resultados van a ser muy ajustados y todo puede decidirse en función de un puñado de votos. Va a ser difícil formar una coalición estable y firme", apunta a LA NACION Denis Charbit, profesor de Sociología y Ciencias Políticas en la Universidad abierta de Israel.
Otra posibilidad barajada por los expertos es que Netanyahu y Herzog terminen formando un gobierno de unidad nacional. "Sería más bien un gobierno de parálisis nacional", opina Meir Margalit, pacifista argentino y ex concejal de Jerusalén por el partido de izquierda Meretz.
"Lo que está claro es que pase lo que pase, la derecha ya ganó en Israel porque hasta el discurso de los laboristas se ha derechizado mucho por razones electorales", explica Margalit a LA NACION.
Benjamin netanyahu
Líder del Likud
En el poder desde hace nueve años, el actual premier de Israel y líder del derechista Likud juega sus cartas para seguir en el poder frente al desafío de la centroizquierda, que, según los sondeos, lo superaría por cuatro bancas en las elecciones que se celebran hoy en Israel
Isaac Herzog
Candidato laborista
Hijo del ex presidente Haim Herzog, el candidato laborista ha ido creciendo exponencialmente en los sondeos en los últimos tiempos. Como líder de la oposición, este abogado de 54 años y ex ministro se ha pronunciado en varias ocasiones a favor de la creación de un Estado palestino
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