Israel suma más respaldo occidental y apuesta a plantear la guerra como un combate internacional contra el terrorismo
Tras el apoyo del presidente estadounidense Joe Biden y la visita este jueves del premier británico Rishi Sunak, Netanyahu plantea la batalla contra Hamas como una guerra entre Occidente y los “monstruos del mundo”
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JERUSALEN.- A casi una semana del ataque de Hamas que conmocionó al mundo, dejó 1400 muertos en Israel y casi 3800 en Gaza-, el gobierno de emergencia nacional de Benjamín Netanyahu sigue sumando apoyos occidentales e intenta convertir lo que aparece como una “batalla existencial”, en un gesta del mundo libre en contra del mal, en contra de los nuevos nazis, en contra de un nuevo ISIS.
“No es nuestra batalla, es la batalla del mundo civilizado”, aseguró Netanyahu, al recibir este jueves el respaldo del premier británico Rishi Sunak, otra importante figura que aterrizó aquí para demostrar toda su solidaridad a Israel, que vive “el momento más oscuro de su historia” después del brutal e inesperado asalto de Hamas. Este ataque desató una guerra en Gaza que entró en su día 13 e incendió el mundo árabe, conmocionado por las miles de muertes de civiles -mujeres y niños- que van aumentado allí con el paso de las horas. Y que desató una catástrofe humanitaria en el pequeño enclave, donde, pese a que se esperaba que ingresara comida, agua, medicamentos, como había anunciado Joe Biden al término de su viaje relámpago del miércoles, aún no se había abierto para ello la frontera de Rafah, en Egipto. Algo que sucederá este viernes, se anunció, aunque la situación es tan desesperada que voceros de Naciones Unidas ya advirtieron que para paliar las necesidades de más de 2 millones de personas extenuadas hacen falta muchos más que los 20 camiones estacionados del otro lado de la frontera, sino al menos cien camiones por día.
Aunque aseguró su amistad a Israel y respaldó sin medias tintas su derecho a defenderse, como en los últimos días y en los venideros irán haciendo varios líderes occidentales, el premier británico, consciente del drama humanitario en Gaza y el espanto causado en el mundo por una explosión en un hospital -según Israel, fruto de un error de los propios terroristas-, le recordó a Netanyahu que “también el pueblo palestino es víctima de Hamas”. “Sabemos que están tomando medidas reforzadas en el intento de reducir los daños civiles”, destacó, al elogiar, por otro lado, la decisión del gobierno israelí de autorizar el ingreso en Gaza de las primeras ayudas humanitarias.
“Seremos solidarios con ustedes, estamos al lado de vuestro pueblo, queremos vuestra victoria. Apoyamos absolutamente el derecho de Israel a la defensa, a recuperar los rehenes y a reforzar su seguridad a largo plazo”, dijo Sunak, en una conferencia de prensa junto a Netanyahu, en la cual también comprometió ingente ayuda de tipo militar, como Estados Unidos.
“Ustedes combatieron hace 80 años los nazis y ahora debemos combatir juntos a Hamas, que es el nuevo nazismo”, dijo a su turno el premier israelí, que agradeció el respaldo y que, en una narrativa implementada en este momento en el que su liderazgo se encuentra más que cuestionado por el fracaso del 7 de octubre, agregó que se trataba de “una guerra para el futuro”. “De un lado está el eje del mal con Irán, del otro, la fuerza del progreso”, agregó el premier más longevo de Israel, hasta el 7 de octubre bajo acusaciones de corrupción por las que intentaba hacer una criticadísima reforma judicial que había polarizado a Israel.
Tras admitir que Israel está viviendo “la hora más oscura”, Netanyahu, decidido a sumar a su batalla contra Hamas -el mal-, a la mayor cantidad posible de aliados, fue más allá y también habló de la “hora más oscura del mundo” y de una batalla en contra de los “monstruos del mundo”.
En una jornada en que siguieron las alertas tanto en la frontera norte de Israel, donde hubo más ataques de parte de Hezbollah y en el sur, con más misiles partiendo desde Gaza, dos ministros de su gabinete ostentaron la misma narrativa en blanco y negro.
“Hamas es como el ISIS y Biden, Sunak y otros líderes están viniendo a Israel porque estamos en frente del mal, pero no estamos solos, el mundo libre está con nosotros”, dijo el ministro de Economía, Nir Barkat, en una conferencia de prensa bastante inusual, que tuvo lugar en el centro de prensa-refugio puesto a punto en Sderot -ciudad que se encuentra a un kilómetro de Gaza, que fue evacuada en vista de una operación terrestre-, durante la que se escuchaban los golpes de artillería israelí.
“En Gaza está el mal. Ellos comenzaron esta guerra y nosotros la vamos a terminar cuando logremos el objetivo, que es borrarlos de la faz de la tierra”, dijo el funcionario, que fue alcalde de Jerusalén, que llevaba pistola en la cintura, chaleco antibalas. “El mundo libre tiene que entender que esta es una guerra entre el bien y el mal”, agregó, al señalar que las atrocidades que cometieron los terroristas de Hamas, que asesinaron madres, ancianos, bebes y quemaron incluso sus cuerpos por lo que es difícil identificar a muchos desaparecidos, “hicieron lo mismo que los nazis”.
Preguntado por qué Netanyahu no dio la cara ante la prensa desde el sábado 7 de octubre, cuando Israel se despertó vulnerable, Barkat lo defendió. “Hay que dejarlo hacer su trabajo”. Ante otra pregunta de cuándo comenzará la tan mentada ofensiva terrestre, el titular de Economía dijo que era algo que no podía decir y que estaba en manos de los comandantes militares. En cuanto al tema más sensible, la liberación de los rehenes, cuyo número, según Israel, se elevó de 199 a 203, aseguró que “Israel va a hacer muchas cosas que otros países no harían”.
Sobre la existencia de un plan detallado de acción una vez comience la invasión terrestre, Barkat reiteró que el primer objetivo era “eliminar a Hamas”. “Después, habrá que ver”, comentó. En la prensa israelí se multiplican los artículos de analistas alarmados por la falta de un plan para el “día después”.
Ostentó una narrativa similar y una retórica del mismo tenor, más tarde, Avi Dichter, ministro de Agricultura, figura conocida por haber sido jefe del Shin Bet cuando Israel debió enfrentarse a una oleada de ataques suicidas palestinos, hace 20 años. Dichet reconoció el colosal fracaso de inteligencia israelí que permitió el barbárico asalto de Hamas del 7 de octubre: “fue un error que debe ser reparado, investigado y que no vamos a repetir”, admitió.
Como en la narrativa de Netanyahu, también Dichter consideró Gaza un problema a resolver no sólo de Israel, sino del mundo. No sólo por esa brutalidad que también asemejó al grupo fundamentalista Estado Islámico y a los nazis, sino también evocando el irresuelto y añejo problema de los refugiados palestinos, que se remonta a 1948, cuando fue creado el Estado de Israel. “Gaza es un problema de todo el mundo desde hace 75 años: según Naciones Unidas el 71% de la población está formada por refugiados palestinos que viven en ocho campo de refugiados: ¿por qué el mundo no se ocupó de este problema?”, se preguntó, dejando en claro que Israel iba a resolver de una vez por todas el problema de seguridad que Gaza representa.
En este marco, coincidió con que el objetivo ahora, con la invasión terrestre que se avecina y que podría durar meses, según dijo, es destruir para siempre Hamas. “Hamas nació en diciembre de 1997. El sábado 7 de octubre de 2023, a las 6.30 de la mañana, Hamas firmó su certificado de defunción”, sentenció. “Lo que hizo Hamas no fue un ataque, sino una cacería. Los terroristas vinieron a cazar”.
Durante un encuentro con soldados, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, sugirió durante una visita a las tropas apostadas en la frontera con Gaza que la ofensiva terrestre podría comenzar en cualquier momento.
“Ahora ven Gaza desde la distancia, pronto la verán desde dentro. La orden llegará”, dijo.
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