Israel continuó los bombardeos sobre Hamas y crece la amenaza de un conflicto regional
Por primera vez desde la segunda Intifada aviones caza israelíes volvieron a atacar con misiles Cisjordania, destruyendo en la localidad de Jenín una mezquita; el papa Francisco habló con Biden
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JERUSALEN.- Peor, imposible. Israel intensificó este domingo sus bombardeos en represalia al brutal ataque sorpresa de Hamas y en vista de su invasión de Gaza y amplió su ofensiva más allá de la franja, agravando dramáticamente el temor a una degeneración del conflicto, que entró en su tercera semana y que amenaza con desestabilizar un área del planeta desde siempre al rojo vivo.
Israel no sólo siguió atacando objetivos de Hamas en Gaza -bajo asedio desde el 7 de octubre y donde cerca de la mitad de sus más de 2 millones de habitantes han sido obligados a desplazarse al sur-, sino que, en una escalada ulterior, atacó Cisjordania. Continuaron, además, ataques cruzados en la frontera norte con el grupo pro-iraní Hezbollah, que disparó misiles desde el sur del Líbano y el ministerio de Defensa de Siria denunció que, desde el mar, dos aeropuertos, el de Damasco y el de Aleppo, fueron atacados por Israel.
La escalada en la frontera norte de Israel, donde ya se había ordenado la evacuación de 28 localidades al principio de la semana pasada, determinó que otras 14 localidades tuvieran que hacer lo mismo.
El primer ministro Benjamin Netanyahu -muy golpeado a nivel interno y cuestionado por la gran mayoría de los israelíes, que lo acusan de no haber aún pedido disculpas por el colosal fracaso de inteligencia del 7 de octubre-, en una visita a tropas desplegadas en la frontera norte, volvió a ostentar una retórica de lo más agresiva. Advirtió a Hezbollah que si llega a entrar en guerra con Israel provocará una devastación inimaginable para él y para el Líbano.
“Cometerá el error de su vida”, amenazó. “Los paralizaremos con una fuerza que ni siquiera puede imaginar y las consecuencias para ellos y el Estado libanés serán devastadoras”.
La advertencia de Netanyahu tuvo lugar en otra jornada en la que la guerra en represalia por el peor atentado terrorista jamás ocurrido en Israel -que dejó 1400 muertos y un trauma profundo-, se amplió más allá de Gaza. Por primera vez desde la segunda Intifada, en efecto, aviones caza israelíes volvieron a atacar con misiles Cisjordania, destruyendo en la localidad de Jenín una mezquita. El ejército israelí dijo que el complejo de la mezquita pertenecía a Hamas y a milicianos de Yihad Islámica que cometieron varios ataques en los últimos meses y planeaban otro.
El ataque aéreo no sólo dejó destrucción y dos muertos, sino que inflamó aún más los ánimos en los territorios ocupados. Desde el 7 de octubre Israel mató en Cisjordania a unos 90 palestinos y arrestó a más de mil.
La escalada se dio en momentos en que se espera una invasión terrestre de Gaza, que podría comenzar en cualquier momento, pero que se ve frenada por diversos factores. El primero es la liberación con vida de los más de 200 rehenes en manos de Hamas, entre los cuales muchos extranjeros. Y el segundo, tratar de contener la ya enorme cantidad de muertes civiles -que este domingo alcanzaron los al menos 4700, entre los cuales 1700 niños-, que provocó hasta ahora la represalia del ejército israelí que ha inflamado los ánimos en todo el mundo árabe, que acusa a Israel de crímenes de guerra.
Por segundo día consecutivo, este domingo ingresaron al sur de Gaza, a través de la única salida, la frontera con Egipto, unos 18 camiones con asistencia humanitaria. Se trata una cantidad considerada totalmente insuficiente para una población de más de 2 millones de personas extenuada por más de dos semanas de bombardeos, obligada a desplazarse en masa en el sur de la franja, donde no hay lugares para refugiarse y el sistema sanitario se encuentra colapsado.
Alarmado por esta situación catastrófica y por cómo la opinión pública internacional, de la solidaridad con Israel después del horrendo ataque de Hamas, pueda pasar a empatizar con los palestinos civiles muertos y asediados en Gaza, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, más allá de su inequívoco respaldo a su aliado israelí, volvió a reclamar contención.
“Israel tiene derecho a defenderse, pero debe operar de acuerdo a las leyes de guerra. Esto significa proteger a los civiles lo mejor posible. No podemos ignorar la humanidad de palestinos inocentes que sólo quieren vivir en paz”, aseguró por X.
Su secretario de Estado, Antony Blinken, por su parte, admitió el riesgo de una escalada de una guerra en curso debido a Irán, su enemigo -en pie de guerra desde hace días- y a sus aliados en la región. “Israel no puede volver al estatus quo, pero no tiene intención de gobernar Gaza”, dijo Blinken en una entrevista con NBC news.
Israel has the right to defend itself. We must make sure they have what they need to protect their people today and always.
— President Biden (@POTUS) October 22, 2023
At the same time, Prime Minister Netanyahu and I have discussed how Israel must operate by the laws of war. That means protecting civilians in combat as…
Desde Gaza, en tanto, pese a 16 días de bombardeos, seguían lanzando misiles contra el sur de Israel. En lo que pareció, además, un anticipo de lo que podría ocurrir de llegar la luz verde para la tan esperada invasión terrestre, un soldado israelí cayó muerto y otros tres, heridos, en una emboscada que tuvo lugar durante una incursión en la franja. Hamas demostró, así, que, como muchos temen en Israel, sus militantes están preparados para resistir con todo tipo de trampas y tácticas una ofensiva terrestre.
En medio de una alarma mundial por la degeneración del conflicto, el papa Francisco -que durante el Angelus dominical volvió a pedir por la liberación de los rehenes, así como que se permita el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza y se detenga la guerra-, tuvo una conversación telefónica de 20 minutos con Biden. Esta giró en torno de la “necesidad de prevenir un escalda en la región y de trabajar para una paz duradera en Medio Oriente”, según indicó la Casa Blanca.
Después de ese sugestivo llamado entre Biden -presidente católico que admira al papa Francisco y jugador clave en el rompecabezas actual-, hubo más llamados telefónicos. Biden no sólo habló con Netanyahu, sino que además, tuvo otra reunión telefónica con el premier británico, Rishi Sunak, su colega canadiense, Justin Trudeau, el presidente francés, Emmanuel Macron, la italiana Giorgia Meloni y el canciller alemán, Olaf Scholz. ¿El objetivo? Exorcizar una escalada que pone a todo Medio Oriente al borde del abismo.
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