Se trata de unas megaconstrucciones formadas por conjuntos de turbinas eólicas; el proyecto de construcción más grande en la historia de Dinamarca, con un costo estimado en US$34.000 millones
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En las gélidas aguas del mar del Norte, Dinamarca busca una alternativa para calentarse en sus crudos inviernos. Y, también, para acabar con su dependencia del gas ruso.
El gobierno del país escandinavo anunció la pasada semana que busca acelerar la construcción de un proyecto energético sin precedentes que ya había sido anunciado en 2020: las llamadas “islas de energía”.
Se trata de unas megaconstrucciones formadas por conjuntos de turbinas eólicas que se colocarán en una especie de islas artificiales y que, según los proyectos, permitirán a Dinamarca generar mucha más energía que la que producen otros parques eólicos en el mundo.
Es considerado el proyecto de construcción más grande en la historia danesa, con un costo estimado en US$34.000 millones.
Estaba previsto terminarse para 2030; pero, tras el inicio de la invasión de Rusia contra Ucrania, el gobierno danés anunció que buscará acelerar su culminación como una alternativa europea para el gas y petróleo rusos.
“Dinamarca y Europa deben liberarse de los combustibles fósiles rusos lo más rápido posible”, dijo en un comunicado el ministro de Clima, Energía y Servicios Públicos Dan Jørgensen.
El funcionario aseguró que las islas energéticas son un “camino verde” para dejar de financiar con dinero europeo la guerra de Putin, dado que, en su criterio, el Mar del Norte tiene un potencial de energía eólica suficiente para cubrir las necesidades energéticas de millones de hogares europeos.
“Este gran potencial eólico marino debe aprovecharse y, por lo tanto, el gobierno danés comienza los preparativos para crear islas de energía adicionales junto con las ya planificadas”, agregó.
Energía limpia
Según datos oficiales, casi el 49% de la energía total que produce Dinamarca proviene de fuentes eólicas.
Mientras, la Agencia Internacional de Energía estima que cerca del 16% de la generación del país depende actualmente de Rusia (en 2016 era del 34%).
Dinamarca tiene una larga historia de aprovechamiento de los fuertes vientos del mar para producir electricidad. De hecho, fue el primer país del mundo en construir un parque eólico marino en 1991.
En virtud de la Ley del Clima aprobada por el Congreso en 2019, Copenhague se comprometió a una reducción del 70% en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y a ser carbono neutral para 2050.
En diciembre pasado, el gobierno anunció que pondría fin a todas las nuevas exploraciones de petróleo y gas en el Mar del Norte.
Las nuevas islas del mar del Norte
Más de 400 islas naturales son parte de Dinamarca, incluida Groenlandia, pero el país quiere ahora sumar otras artificiales con fines energéticos.
La construcción de las primeras “islas de energía” fueron anunciadas a mediados de 2020.
Entonces, la Agencia Danesa de Energía dijo que serían las primeras de su tipo en el mundo y que buscaban explotar los “inmensos recursos eólicos en los mares del Norte y Báltico”.
“Las islas (…) servirán como centros que pueden crear mejores conexiones entre la energía generada a partir de la energía eólica marina y los sistemas de energía en la región alrededor de los dos mares”, dijo.
Entonces se calculó que las turbinas eólicas marinas alrededor de las islas podrán suministrar electricidad verde a al menos cinco millones de hogares.
“Las islas de energía marcan el comienzo de una nueva era para la generación de electricidad a partir de energía eólica marina”, indicó la agencia.
De acuerdo con el plan, la primera parte del proyecto consiste en el establecimiento de una isla artificial en el mar del Norte que servirá como centro para parques eólicos marinos que suministren 3 GW de energía, con un potencial de expansión a largo plazo de 10 GW.
La otra, más pequeña se colocará en el mar Báltico, en la isla de Bornholm, y se espera que produzcan 2 GW de energía.
Para que se tenga una idea, para producir 1 GW se necesitan aproximadamente 3.125 millones de paneles fotovoltaicos en la actualidad y es la cantidad de energía que consumirían 110 millones de bombillos LED, según datos del Departamento de Energía de EE.UU.
Iguales, pero diferentes
Las dos islas energéticas se basan en el mismo concepto, pero no serán idénticas.
La del mar Báltico se establecerá en una isla ya existente, lo que implicará que estará ubicada en tierra: la definen como una “isla dentro de la isla”.
La del mar del Norte, sin embargo, sí será construida en una isla artificial, que se planea que, originalmente, tendrá el tamaño de 18 campos de fútbol (120.000 m2), pero se proyecta que sea tres veces más grande.
Dado que se considerará como “infraestructura crítica” para el país, el gobierno anunció que controlará al menos el 50,1% de las islas, mientras el resto pasará a empresas privadas.
El proyecto prevé suministrar electricidad no solo a los daneses, sino también a las redes eléctricas de otros países vecinos.
El profesor Jacob Ostergaard, de la Universidad Técnica de Dinamarca le dijo el año pasado a la BBC que países como Bélgica, Reino Unido, Alemania y Países Bajos podrían también beneficiarse.
Un nuevo concepto
Ostergaard señala que la idea de las islas de energía es un concepto “revolucionario”.
“Es el próximo gran paso para la industria danesa de turbinas eólicas. Lideramos en tierra, luego dimos el paso en alta mar y ahora estamos dando el paso con islas de energía, por lo que mantendrá a la industria danesa en una posición pionera”, opina.
Actualmente, la mayoría de los países que utilizan fuentes eólicas lo hacen a través de parques de turbinas aislados entre sí, que suministran energía directamente a la red eléctrica.
De acuerdo con la Agencia Danesa de Energía, con la creación de las islas los aerogeneradores se pueden colocar más lejos de la costa y distribuir la electricidad que generan entre varios países de manera más eficiente.
“Las islas sirven como centros, o plantas de energía verde, que recolectan electricidad de los parques eólicos marinos circundantes y la distribuyen a la red eléctrica”, señala el organismo.
“Esto permite que la electricidad de un área con vastos recursos eólicos se dirija más fácilmente a las zonas que más la necesitan, al tiempo que garantiza que la energía generada por las turbinas se utilice de la manera más eficiente posible en términos de demanda de electricidad”, agrega.
El proyecto, no obstante, también ha recibido varios cuestionamientos, principalmente por su alto costo, el más elevado que ha pagado Dinamarca por una construcción.
Empresas energéticas locales, como Ørsted, también han puesto en duda la efectividad de construir una isla artificial, un método nunca antes explorado para estos fines.
Asimismo, se ha criticado la distancia considerable de la costa en la que se ubicarán, lo que podría dificultar sus operaciones, sobre todo por condiciones climáticas y el impacto que podría tener sobre el ecosistema marino.
La posibilidad de que el país pueda concluir la construcción a tiempo o que pueda acelerarla, como ahora pidió el Ministerio de Energía, también ha sido puesta en duda por la magnitud el proyecto.
Proyecto para Europa
No está claro de momento cómo o dónde se ubicarán las nuevas islas que anunció la pasada semana el gobierno danés, pero según dijo, su objetivo es contribuir al flujo energético hacia Europa.
Dinamarca espera discutir la potencial expansión de las islas de energía con representantes de otros países de la Unión Europea el venidero 18 de mayo, cuando tendrá lugar una reunión ministerial en Esbjerg, en el sur del país, sobre posibilidades energéticas en el mar del Norte.
“La UE debe independizarse de los combustibles fósiles rusos lo más rápido posible y la mejor manera de avanzar es que los países europeos trabajen juntos para aumentar y acelerar la construcción de energía renovable en el mar del Norte”, afirmó el ministro de Energía danés.
El pasado noviembre, la Unión Europea anunció planes para multiplicar por 25 la capacidad eólica marina del bloque para 2050 y un aumento de cinco veces para 2030.
Las energía renovables proporciona alrededor de un tercio de las necesidades eléctricas actuales del bloque. Según datos de la UE, la energía eólica marina suministra actualmente unos 12 gigavatios a países del área.
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