Ichcaxóchitl Tecuichpo, hija primogénita de Moctezuma II, fue bautizada como Isabel Moctezuma cuando los conquistadores capitaneados por Hernán Cortés se hicieron con el poder
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Era la heredera del poderoso emperador mexica pero, tras la llegada de los españoles, vio desmoronarse todo su mundo y el riesgo inminente de perder sus privilegios. Incluso su nombre.
Ichcaxóchitl Tecuichpo, hija primogénita de Moctezuma Xocoyotzin o Moctezuma II y de Tecalco, fue bautizada como Isabel Moctezuma cuando los conquistadores capitaneados por Hernán Cortés se hicieron con el poder.
Y es precisamente su capacidad para adaptarse de manera inteligente y astuta a esa nueva realidad que trajeron los españoles la que destacan los expertos de su apasionante historia.
“Es una figura que simboliza la transición entre estos dos mundos, que tuvo que asesorarse y aprender para solicitar su lugar privilegiado en el nuevo régimen colonial”, destaca la historiadora mexicana Raquel Urroz.
Es decir, que no solo supo acomodarse al modo de vivir de aquella nueva sociedad, sino que supo sacar todo el provecho del nuevo sistema jurídico español al proclamarse legítima heredera de Moctezuma para reclamar sus privilegios y seguir acrecentando su patrimonio.
Nacida a principios del siglo XVI, la niña Tecuichpo fue testigo de primera mano de la grandeza de Tenochtitlan, la espectacular y fascinante capital mexica predecesora de Ciudad de México y gobernada por su padre Moctezuma.
Dado que los conceptos de realeza fueron traídos del mundo occidental, que a la hija del máximo gobernante o tlatoani se la conozca popularmente como la última “princesa” mexica no es del todo correcto.
“Sí sería como una suerte de princesa, pero creo que el término a usar es algo secundario. Lo principal es entender que su nivel en el estrato social era lo más alto que podía haber”, explica Urroz en entrevista con BBC Mundo.
Matrimonios y muertes
Fue su padre Moctezuma quien recibió a Cortés en el famoso e histórico encuentro de 1519. Pero después de que el emperador fuera capturado por los españoles, la pequeña Tecuichpo vivió la primera de las muchas tragedias que marcarían su vida.
“Ver cómo los españoles humillan a su padre y cómo su pueblo se enfrenta a él y muere con la pedrada que le asesta su propia gente… creo que eso debió ser lo más duro para una niña como ella”, asegura María Castañeda de la Paz, historiadora española e investigadora de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
En su vida fue unida en matrimonio con diversos líderes de la clase alta tanto en la fase prehispánica como en la colonial, ya que la alianza matrimonial era entonces el modo de extender y ampliar el poder en ambas épocas de mujeres de la élite como ella.
Aún en la etapa mexica fue casada con su tío Cuitláhuac, quien reemplazó como tlatoani a su hermano Moctezuma, pero que murió a causa de la viruela traída por los españoles. Poco después fue unida a Cuauhtémoc, quien sería el último gobernante de Tenochtitlan antes de ser vencido por los españoles en 1521 y asesinado años después.
Tras la conquista, Tecuichpo quedó a cargo de Hernán Cortés y fue bautizada con el nombre de doña (título que reconocía su nobleza) Isabel, en honor a la gobernante de Castilla. Con su adaptación, la hija de Moctezuma se aseguró vivir en paz como parte del nuevo grupo en el poder en la sociedad novohispana.
A ello siguieron contribuyendo, de nuevo, las alianzas matrimoniales. Cortés agendó su unión con hasta tres de sus representantes españoles de confianza, después de que los dos primeros murieran por distintas razones.
También, tanto Cortés como el rey español Carlos V respetaron el linaje de la heredera del emperador de los mexicas al otorgarle como privilegio una de las encomiendas más importantes de la época. Esto, unido a su ascendencia noble, contribuyó a que muchos conquistadores quisieran casarse con ella.
Su relación con Cortés
Pero, entre medias de sus matrimonios españoles, Isabel quedó embarazada de Cortés tras una relación que se considera forzada y de abuso. Y este es seguramente el motivo por el que siempre repudió a la pequeña, llamada Leonor, y por lo que algunas fuentes aseguran que no fue incluida en el testamento de su madre.
“Cuando se entera que está embarazada, Cortés casa a Isabel con uno de sus conquistadores amigos, pero él sí aceptó y reconoció a su hija. En cuanto a Isabel, las fuentes y testamentos varían, pero en alguna versión de los documentos sí deja claro que le dejó un dinero y la dejó beneficiada. No se desentendió de ella”, rebate Castañeda de la Paz en conversación con BBC Mundo.
Pero ¿por qué no decidió el conquistador español casarse con la heredera de Moctezuma si ello podría haber facilitado la unión entre dos mundos como representantes de ambas culturas?
“La visión de Cortés era mucho más amplia, él no quería quedarse a administrar tierras con una esposa, él era explorador y su ambición era de seguir ampliando los dominios de la Corona española”, responde Urroz.
“Este podría haber sido el mejor matrimonio que hubiera podido establecer en México, pero Cortés tenía una agenda muy clara. Aunque amaba México, él quería volver a España. Y lo consiguió, porque el rey le programó un matrimonio con una dama de la Corte española que es a lo que él aspiraba”, apunta Castañeda de la Paz.
La documentación histórica asegura que Isabel Moctezuma fue una mujer piadosa y generosa con los criados y todas las personas que trabajaban en sus tierras. Lo que no se discute sobre su testamento es que otorgó la libertad a todos los “indios” que vivían bajo su encomienda y encargó el pago de sus deudas y salarios de sus trabajadores.
“Esta forma de ser tan cristiana, tan moral y dadivosa era la forma de tener un prestigio e integrarte exitosamente en ese nuevo régimen colonial”, destaca Urroz. A la vez, dicha generosidad también le sirvió para mantener el respeto de su antiguo pueblo mexica, ahora sometido por los españoles.
“Ejemplo de resistencia”
Sin embargo, como ocurre con buena parte de los personajes históricos, la valoración de Isabel Moctezuma varía según el prisma con el que se la analice.
Así, durante la conmemoración del 500 aniversario de la caída de Tenochtitlan en 2021, el actual gobierno mexicano la destacó en publicaciones como un ejemplo que “representa un símbolo de resistencia indígena” que “siempre fue leal a su pueblo y origen”.
Otras voces, en cambio, se preguntan por qué se elogia su resistencia si acabó convertida al catolicismo, casada con españoles y teniendo una hija con el líder de los conquistadores.
“Esa es una buena síntesis de las contradicciones”, dice Urroz. “Ella supo manejar unas formas muy cristianas, pero probablemente su mundo que vivió en la infancia lo llevaba en la intimidad”.
“Llegaron y le dijeron ‘Tú aquí te bautizas y eres señora como a la española. Pues ¿ahí qué haces? Yo creo que aparentas algo para sobrevivir en un nuevo orden social (…). Hay una invasión y tomas el camino de la sobrevivencia y te adaptas con inteligencia”, agrega.
Dado su mismo origen y su relación con Cortés, es inevitable pensar también en la figura de “la Malinche”, quien pasó de ser heredera de un padre poderoso a esclava y después traductora, consejera y madre de otro hijo del conquistador.
Según Castañeda de la Paz, “la vida de ambas habría sido muy distinta si no hubieran llegado los españoles. Pero lo que hicieron fue actuar conforme a su tiempo, que tuvieran hijos y establecieran alianzas matrimoniales para consolidar posiciones políticas. Pero jamás podemos verlas como traidoras: simplemente seguían el dictado de sus padres o maridos, como ha pasado en la historia mucho tiempo”.
Lo que nadie pone en duda de Tecuichpo o Isabel Moctezuma fue su capacidad de adaptación y astucia para poder sobrevivir y que simboliza como pocos personajes el mestizaje entre dos mundos que siguió a la conquista del actual México.
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