Irací Hassler: “La injusticia y la desigualdad están arraigadas en Chile”
La alcaldesa electa de Santiago, militante comunista, criticó la gestión de Piñera y dijo que tiene similitudes con la dictadura de Pinochet
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SANTIAGO, Chile.- La economista chilena Irací Hassler, de 30 años, militante comunista, le arrebató el domingo pasado a la derecha el municipio de Santiago, el de mayor importancia política y simbolismo de Chile. Su victoria fue una de las grandes sorpresas de la jornada: es la primera vez que su partido liderará esta comuna, que por décadas fue un bastión conservador y moderado. La alcaldesa electa –nacida en Santiago en noviembre de 1990, es decir, ocho meses después de terminada la dictadura– pertenece a una generación joven de mujeres que irrumpió en la escena política chilena en las elecciones municipales, de constituyentes y de gobernadores regionales.
Cuando asuma, el 28 de junio próximo, su oficina en la alcaldía quedará a pocas cuadras del palacio de La Moneda, a donde un compañero suyo de partido, Daniel Jadue, pretende llegar en marzo de 2022, cuando Sebastián Piñera deje el poder. El triunfo de Hassler y los resultados de la lista del Partido Comunista en la elección del fin de semana, que superó a la centroizquierda, representan un empujón para la candidatura presidencial del candidato comunista, que se encuentra ahora en una situación expectante.
La alcaldesa electa es amable, risueña y de un tono de voz dulce que tampoco cambia cuando se pone seria con preguntas que parecen incomodarle, como cuando se le consulta su opinión de regímenes como los de Venezuela, Cuba o Nicaragua. “Acabo de ser electa alcaldesa de Santiago y mi desafío apunta a conducir al municipio hacia un buen vivir”, responde Hassler, esquiva, en referencia a que sus objetivos inmediatos apuntan a lo local.
Esta economista no tiene entre sus familiares a víctimas directas de la represión de la dictadura (1973-1990), pero compara a Piñera con Augusto Pinochet. “Hay similitudes importantes a propósito de las violaciones de los derechos humanos”, dice, en referencia la represión de las protestas de 2019. “Lo que sucedió en Chile habla de la transición que no pudo completarse. Hubo un nunca más que no fue arraigado ni institucional ni culturalmente”, añade.
–Pero en dictadura lo que hubo fueron violaciones sistemáticas de los derechos humanos desde el Estado…
–La violación a los derechos humanos en este gobierno ha sido al menos generalizada y los organismos tienen una discusión jurídica respecto de lo sistemático. Pero lo que vimos es que, de manera reiterada, con impunidad, se violaron los derechos humanos en nuestro país desde el 18 de octubre de 2019.
–Hoy en Chile rige el Estado de derecho y los tribunales funcionan…
–Desde mi perspectiva, un Estado de derecho no es un Estado que viola de manera generalizada los derechos humanos.
De pequeña Hassler vivía en la zona de Peñalolén, en el este de Santiago, en la precordillera de Los Andes, y estudió siempre en el Colegio Suizo (privado). Desde este lugar observó con interés las movilizaciones de los alumnos secundarios de los establecimientos públicos de 2006, la primera gran crisis del gobierno de Michelle Bachelet, conocida como revolución de los pingüinos.
En 2009 ingresó a la Universidad de Chile y, desde este lugar, se hizo dirigente en espacios amplios de izquierda. Luego fue parte del movimiento estudiantil de 2011, que puso contra las cuerdas al primer gobierno de Piñera. Desde 2016, Hassler ha sido concejal en el municipio de Santiago bajo la administración de Felipe Alessandri, el actual alcalde de derecha al que derrotó y critica por “avalar una política represiva y violenta”.
–Y usted, ¿cómo controlará el orden público?
–La alcaldía no tiene la labor del control del orden público, pero el actual alcalde confundió su papel respecto de la relación con la movilización social y con carabineros. La democratización que está cursando nuestro país representa una esperanza para terminar con estos problemas en nuestros barrios. Pero para terminarlo no con represión, porque eso no sirve para nada.
–¿Cómo se explica que Santiago, con un alcalde de derecha, se haya vuelto comunista en cuatro años?
–No es que Santiago se haya vuelto comunista, sino que tenemos una alcaldesa electa comunista. La ciudadanía tiene una conciencia respecto del daño que ha hecho la derecha en nuestro país. Chile tiene un modelo de abusos y debe poner la dignidad en el centro. La injusticia y la desigualdad están arraigadas en Chile.
© El País, SL
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