Insultos de Berlusconi estancan aún más las tratativas para formar gobierno
ROMA.- En los últimos 46 días de parálisis política en Italia, que busca darse un gobierno a través de negociaciones frenéticas, Silvio Berlusconi -uno de los grandes derrotados en las elecciones del 4 de marzo pasado porque su partido, Forza Italia, fue superado por la Liga Norte-, se mordió la lengua.
Pero hoy, después de semanas en las que fue una y otra vez humillado por el joven candidato a primer ministro del Movimiento Cinco Estrellas (M5E), Luigi Di Maio, que puso un veto a su presencia en una eventual alianza de gobierno con la centroderecha, el anciano expremier no aguantó más y estalló con toda su furia.
"Los del M5E son un peligro para el país, no son un partido democrático", disparó el Cavaliere en un acto de campaña en la región de Molise, donde el domingo hay elecciones locales. Sacando afuera toda esa bronca acumulada en los últimos días, en los que no él, sino el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, dirigió la batuta en nombre de la coalición de derecha, Berlusconi, de 81 años, rompiendo cualquier posibilidad de acuerdo en el futuro, fue más allá. "El M5E es el partido de los desocupados, en Mediaset (su imperio televisivo) limpiarían inodoros", insultó. "Me rompí un poco de explicar todavía estas cosas a los italianos, que han votado mal", agregó, desatado como en sus mejores épocas.
"Mejor limpiar inodoros que hacer acuerdos con la mafia", replicó Nicola Morra, senador "grillino", como se llaman los integrantes del movimiento antisistema creado por el cómico Beppe Grillo, en un clima al rojo vivo.
El desahogo de Berlusconi llegó después del fracaso total del "encargo exploratorio" que el miércoles pasado el presidente de Italia, Sergio Mattarella, decidió darle a la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati. Casellati -una berlusconiana de la primera hora-, de 71 años, tuvo una verdadera "misión imposible": debía verificar en 48 horas si era factible, o no, un gobierno de coalición entre la centroderecha presidida por Matteo Salvini, de la Liga Norte, y el M5E de Di Maio, los dos ganadores de las elecciones del 4 de marzo pasado.
En esos comicios que significaron un verdadero tsunami para Italia, ya que triunfaron fuerzas populistas, nadie logró los números para gobernar. Luego de dos rondas de consultas con los diversos partidos que terminaron en la nada, Mattarella le había pedido a Casellati, que representa el segundo cargo institucional del país como presidenta del Senado, pero que también pertenece a la coalición que más votos cosechó en las elecciones (38%), una mediación que concluyó sin resultados.
El gran escollo a un acuerdo siguió siendo el mismo que en las últimas semanas: Berlusconi. Di Maio, al frente del partido más votado de Italia (32%), reiteró su veto a un gobierno con una coalición integrada también por Forza Italia, el partido del anciano magnate, considerado impresentable por los "grillini".
Salvini -que no quiere romper la alianza con Berlusconi hasta que tengan lugar elecciones regionales en Friuli Venezia-Giulia, el domingo 29-, hasta anoche seguía intentado buscar una solución para dar vida a un gobierno con el M5E.
Guiño a la centroizquierda
Pero el desahogo de Berlusconi de esta mañana hizo saltar por el aire cualquier esperanza de acuerdo. Más allá de insultar al M5E, el Cavaliere también le hizo un guiño al Partido Democrático (PD), el otro gran perdedor de las elecciones, que hasta ahora clamó que iba a abstenerse de las maniobras políticas, para quedarse en la oposición. "Yo pienso en un gobierno de centroderecha que pueda sostenerse en el grupo mixto (del Parlamento) y en algunos miembros del PD", adelantó el ex premier, admitiendo que era consciente de que sobre ese punto Salvini y su otra aliada, Giorgia Meloni (del partido Hermanos de Italia) pensaban de otra forma.
La reacción del líder de la Liga Norte a esa afirmación, de hecho, no se hizo esperar.
"Yo quiero hacer un gobierno que represente lo que los italianos han votado hace poco, partiendo de una coalición que consideraba compacta", dijo. "Si alguien sale insultando y mirando a la izquierda, la elección es de este alguien", agregó, aludiendo claramente a Berlusconi.
En un clima de inmensa incertidumbre y tensión, desde el Palacio del Quirinale, sede de la presidencia, Mattarella, que maneja la situación de ingobernabilidad actual, hizo saber que se tomaría dos días para decidir cómo siguen las tratativas en busca de un gobierno.
Una hipótesis es que la semana entrante le encargue al presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Fico, del M5E, ver la posibilidad de formar un gobierno con el PD, de centroizquierda. Escenario bastante improbable porque el expremier y gran perdedor, Matteo Renzi, ya anticipó que su partido se mantendrá en la oposición.
En este marco, se afianza la posibilidad de que Mattarella llame a todos a respaldar un gobierno de responsabilidad nacional, liderado por una personalidad "super partes", que deberá reformar la actual ley electoral -culpable de la ingobernabilidad actual-, para luego ir a nuevas elecciones en 2019.
Temas
Otras noticias de Elecciones en Italia
Más leídas de El Mundo
Nueva fase. El juego político en las potencias mundiales que explica la última escalada en la guerra de Ucrania
Tensión en Ucrania. EE.UU. y países europeos cierran sus embajadas en Kiev ante el riesgo de un “ataque aéreo significativo” de Rusia
Quién es Carlo Acutis. El “influencer de Dios” al que el Vaticano hará santo tras atribuirle el milagro de curar a una joven costarricense
Derrumbe. Es uno de los hombres más ricos del mundo y perdió 12.500 millones de dólares en un día por una trama de sobornos