Ingrid Betancourt: “Hernández ha logrado entusiasmar a los colombianos cansados de las mentiras de la política”
La exrehén de las FARC renunció a su candidatura en la primera vuelta y ahora apoya al rival de Petro
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Ingrid Betancourt vivió seis años y medio en cautiverio tras haber sido secuestrada por las FARC. Hoy, a horas de que Colombia elija quién será su próximo presidente, regresa con fuerza a la escena política de su país. Hace algunas semanas dejó de lado su propia candidatura para unirse a la campaña del ingeniero Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, que el domingo competirá en la segunda vuelta electoral con Gustavo Petro. Esta contienda entre el candidato del centro y el líder de la izquierda estuvo regida por acusaciones cruzadas, en especial hacia Hernández, a quien la exsenadora defiende.
“Queda muy claro que las acusaciones de apoyo a las ideas de Hitler son una estrategia sucia, de difamación”, dice. En diálogo con LA NACION, Betancourt sostiene: “En Colombia queremos un cambio de fondo, terminar con la corrupción y acabar con una pobreza del 50 por ciento”.
—¿Qué se juega Colombia en estas elecciones y cuál es su mirada sobre la región?
—En este momento hay una coyuntura en la cual América Latina parece entrar en la segunda “ola rosa”; una serie de países del continente optan por la izquierda. En Colombia, el candidato que la prensa ve como un exponente de esta “ola rosa”, Gustavo Petro, es en realidad un exponente del establishment colombiano. Si bien tiene un discurso de izquierda, sus apoyos vienen de los partidos tradicionales vinculados con los gobiernos de turno, políticos corruptos, cuestionados por lavados de activos, por vínculos con secuestros, con el paramilitarismo. Pero Colombia se sale de la matriz continental y dice “queremos un cambio de fondo”, un cambio en contra del sistema, y apoya a un candidato con pocos recursos, que llevó adelante una campaña austera con una gran acogida popular. Hernández y yo estamos muy comprometidos en la lucha contra la corrupción. El reto es acabar con la pobreza del 50 por ciento de los colombianos.
—La Argentina tiene cifras similares de pobreza, en un contexto en donde avanza peligrosamente el narcotráfico. Usted conoce de cerca el problema de producción y tráfico de drogas. ¿Cuál es la solución?
—El narcotráfico es la expresión de una economía global que a través de la prohibición de la droga generó grupos delictivos que utilizan sus recursos para apalancar la política. ¿Cómo desbaratar este sistema? Hay que cambiar la política de prohibición. Desbaratar a las mafias. Yo, en mi campaña, hablé de despenalización del consumo, hay otros que hablan de legalización de la droga. Si vemos lo que pasó, estaremos todos de acuerdo en que la guerra contra las drogas ha sido un gran fracaso. En Colombia, asesinaron a Mauricio Pecci, el fiscal paraguayo que investigaba el narcotráfico en la región, ahí se ve que los tentáculos de estas mafias son globales.
"Si vemos lo que pasó, estaremos todos de acuerdo en que la guerra contra las drogas ha sido un gran fracaso"
—¿Cómo reconstruyó su vida tras su liberación?
—La liberación fue un milagro. Tardé 14 años en volver a reconstruir mi identidad como mujer, como madre; mis hijos, cuando los dejé, eran niños, y cuando los volví a ver eran adultos. Me tomó todo ese tiempo sentir que había logrado un equilibrio interno y familiar y recién ahí pude tomar la decisión de volver a la política.
—¿Por qué abandonó su candidatura?
—La decisión de volver a ser candidata presidencial fue una necesidad de retomar la lucha en donde la había dejado, consciente de que el espacio político en Colombia ofrecía una oportunidad de lograr llevar adelante una opción de centro que sostuviera las banderas en contra de la corrupción. Esto me provocó mucho sufrimiento a mí y a mi familia. Hernández muestra que, por primera vez, existe la posibilidad para un candidato por fuera de los partidos tradicionales. Ha logrado entusiasmar a los colombianos cansados de las mentiras de la política. Puede llegar a ser presidente y eso sería una victoria para todos los colombianos que venimos denunciando la corrupción.
—Algunos lo acusan de ser admirador de Hitler, de no creer en la igualdad entre hombres y mujeres ¿Qué hay de cierto en esas acusaciones?
—Eso es una campaña de desprestigio del rival Gustavo Petro; en las últimas horas se han conocido unos videos, a los que se los llama “petrovideos”, que se filtraron por parte de alguien que trabajó en su campaña y que los entregó a la prensa; queda muy claro que es una estrategia sucia, de difamación.
—¿Cómo evalúa la participación en la Cumbre de las Américas del presidente argentino Alberto Fernández, alzando la voz en favor de los excluidos Venezuela, Cuba y Nicaragua?
—Las posiciones ideológicas no pueden definir las relaciones internacionales, pensamos que las ideologías le han hecho daño a Colombia y al continente. Es muy importante la defensa de los derechos humanos, pero no desde un punto de vista ideológico; los derechos humanos pueden ser violados tanto desde la izquierda como desde la derecha.
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