“Infierno desatado”: la advertencia de la OMS por la crisis sanitaria en Brasil
La declaración de un alto funcionario del organismo coincidió con el aval de la Corte a que el Senado investigue el desmanejo de la crisis de parte del gobierno de Bolsonaro
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SAN PABLO.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, criticó este viernes una investigación pendiente del Senado sobre su manejo del brote récord de coronavirus, que según funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es “un infierno desatado”.
El juez de la Corte Suprema Luis Roberto Barroso dictaminó el jueves que suficientes senadores aceptaron una propuesta de investigación sobre la respuesta del gobierno a la pandemia, y que se podían abrir las pesquisas.
Barroso determinó que el Senado “investigue las acciones u omisiones del gobierno federal en el enfrentamiento de la pandemia, en especial sobre el agravamiento de la crisis sanitaria en la Amazonia con la falta de oxígeno”.
El magistrado sostuvo que es “urgente indagar sobre hechos que pueden haber agravado los efectos de la pandemia del Covid-19”. De esa manera hizo lugar a una demanda de la oposición para que no se obstaculice la creación de la comisión propuesta hace más de un mes.
“Es una sutileza entre Barroso y los izquierdistas en el Senado para desgastar al gobierno”, dijo Bolsonaro a sus partidarios fuera de su residencia, y acusó al juez de la Corte de “politiquería”.
Consecuencias
La investigación representa la consecuencia política más severa hasta la fecha del enfoque de Bolsonaro sobre el coronavirus, al que comparó con una “pequeña gripe”, ignorando a los expertos en salud que pedían el uso de barbijos y mantener la distancia social.
Bolsonaro retrocedió en sus críticas a las vacunas contra el Covid-19, pero continúa atacando a los gobernadores que intentan confinamientos e incluso medidas más leves, acusándolos sin pruebas de haber matado a más personas con esas restricciones que al propio virus.
El coronavirus se cobró más de 345.000 vidas en Brasil, solo superado por Estados Unidos. Una de cada cuatro muertes por la pandemia esta semana fue en Brasil, donde una ola brutal está abrumando a los hospitales con récords de más de 4000 muertes diarias.
“Lo que está pasando es que con ese brote se desató un infierno”, dijo sobre la situación brasileña el asesor principal del director general de la OMS, Bruce Aylward.
Sin embargo, el cansancio y la presión política de Bolsonaro empujaron a algunos gobernadores a flexibilizar las restricciones a pesar del número récord de muertos.
El estado de San Pablo, cuyo gobernador ha sido crítico del presidente, anunció que suavizaría algunas restricciones la semana que viene, incluso mientras sus hospitales luchan por manejar la cantidad de casos.
Los funcionarios de San Pablo dijeron que una caída en las hospitalizaciones justificó la decisión de reiniciar los partidos de fútbol sin espectadores, reabrir los comercios que venden materiales de construcción y reanudar el servicio de delivery en los restaurantes.
Agencias Reuters y ANSA
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