Impulsada por la bronca, la extrema derecha en Alemania crece en popularidad y se radicaliza
Maximilian Krah, la estrella en escenso de AfD, ha hecho declaraciones homofóbicas, defiende la deportación de los inmigrantes y se suma a las teorías conspirativas del supremacismo blanco
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BERLIN.- Maximilian Krah, recientemente elegido como gran candidato para las elecciones europeas por el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania, no cree que haya que bajar el tono de los mensajes políticos para ganar votos del centro.
Surgido de lo que los analistas describen como el ala etnonacionalista del partido, Krah ha calificado de “repugnante” el Mes del Orgullo, defiende la deportación de los inmigrantes y adereza sus discursos con alusiones a las teorías conspirativas del supremacismo blanco.
“Tenemos más claro lo que queremos y lo que pensamos”, dice la estrella en ascenso de la extrema derecha en relación a su partido, conocido por sus siglas en alemán, AfD. “Queremos un estilo de comunicación más trumpiano”.
Die CDU ist nicht das kleinere Übel, sie ist das Übel! pic.twitter.com/MCM7H7c2sG
— Dr. Maximilian Krah MdEP (@KrahMax) August 21, 2023
Los expertos en ultraderecha dicen que su reciente elección como candidato para representar al partido en las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 es otra señal de la creciente radicalización del AfD.
Sin embargo, mientras su partido se vuelve indigerible como incómodo incluso para los populistas más extremos de la derecha en Europa, también atrae a un número récord de votantes alemanes.
En los últimos meses, y con alrededor del 21% de intención de voto, AfD creció hasta convertirse en la segunda fuerza política de Alemania detrás del partido de oposición Unión Demócrata Cristiana, y hoy supera a todos los miembros de la coalición liberal que gobierna el país.
Impulsado por la crisis inflacionaria y la angustia inmigratoria, el auge del AfD ha obligado a un examen de conciencia a un país donde el pasado nazi sigue presente. Y para los conservadores demócratas cristianos, que lideran las encuestas, la tentación cada vez mayor de cooperar con el AfD representa un dilema existencial.
El AfD está en un proceso de “radicalización progresiva y muy, muy a la derecha” en comparación con otros partidos de ultraderecha en Europa, dice el politólogo alemán Wolfgang Merkel. “Lo extraño es que hasta ahora, esa radicalización no ha sido castigada en las encuestas.”
Contra la corriente
Mientras otros partidos de la ultraderecha europea, como Hermanos de Italia, de la primera ministra Giorgia Meloni, bajaron de tono y se concentraron en atraer a los conservadores centristas, el AfD no siguió el mismo guión.
“Los expertos y comentaristas siempre nos dicen que si queremos tener mejores resultados electorales, tenemos que renunciar a nuestras posiciones y convertirnos en un partido más moderado”, dice Krah, padre de ocho hijos con tres esposas diferentes.
“No somos como esos cantantes que le preguntan al público qué canción quiere escuchar y se la canta”, dice Krah vía Zoom desde Bruselas. “Nuestra ideología es clara.”
Al nivel de la Unión Europea, hasta el primer ministro populista de Hingría, Viktor Orbán, dijo el año pasado que se veía “forzado a sacrificar sus relaciones con el AfD en aras de las buenas relaciones internacionales”, mientras que el político italiano de ultraderecha Matteo Salvini señaló que está buscando aliados más centristas.
“El AfD se está radicalizando abiertamente, mientras que otros partidos populistas europeos encararon para el otro lado”, dice Benjamin Höhne, politólogo en la Universidad de Münster. “Esos partidos tienen un núcleo duro extremista evidente, pero intentan dar una imagen normal. No es lo que está pasando en Alemania, pero la estrategia parece funcionar”.
En la cumbre realziado en Magdeburgo entre fines de julio y principios de agosto, 600 candidatos compitieron por representar al partido y adoptar un programa electoral que califica a la Unión Europea de “proyecto fallido”.
Entre los oradores invitados se encontraba el extremista de ultraderecha búlgaro Kostadin Kostadinov, quien recordó con afecto la alianza entre Alemania y Rumania durante ambas guerras mundiales y llamó a Alemania a “ocupar su merecido lugar de superpotencia, no solo en Europa”.
Un potencial candidato está siendo investigado por la Justicia por sus insultos homofóbicos durante un discurso.
Thomas Haldenwang, jefe del servicio de inteligencia interior de Alemania, acusó a los disertantes de difundir “teorías conspirativas de extrema derecha”, como la “teoría del gran remplazo”, que sostiene que las élites están conspirando para remplazar a los europeos blancos por poblaciones no blancas.
“No hay duda de que algunas personas que han manifestado posiciones incompatibles con nuestro orden democrático integrarán la bancada del AfD en el próximo Parlamento Europeo”, dice Haldenwang.
Hasta el momento, el partido no ha logrado revertir la decisión del organismo, que resolvió ponerlo bajo vigilancia en marzo del año pasado, cuando un tribunal de Colonia dictaminó que “dentro del partido existían señales suficientes de iniciativas anticonstitucionales” que justificaban su monitoreo.
Khan rechaza la idea de que el partido está volviéndose más extremo o de que él mismo esté más a la derecha de su partido, pero al mismo tiempo defiende la “remigración” –o deportación efectiva– de los refugiados y dice que la “teoría del gran remplazo” es una realidad.
La idea de que los inmigrantes están remplazando a la etnia alemana es más “una descripción de lo que pasa” que una teoría conspirativa, dice Krah, que tampoco tiene inconvenientes en afirmar que Alemania debería recuperar el lugar que se merece en el mundo.
“Alemania es un país en crisis, y no solo económica. También es una crisis de identidad”, dice Krah. “Los alemanes han dejado de estar orgullosos de sus padres y abuelos, de sus madres y abuelas.”
Popularidad
Las cifras récord que obtuvo el AfD en las encuestas ocurren en un contexto de insatisfacción enorme con la coalición tripartita gobernante en Alemania, liderada por los socialdemócratas de centroizquierda del canciller Olaf Scholz.
También sucede debido a múltiples crisis, incluida la pandemia y la guerra en Ucrania, que les dieron impulso a los populistas en toda Europa.
Krah atribuye el éxito de su partido al hastío de la población frente a las políticas progresistas en torno al cambio climático, de género, los asuntos LGBT, la inmigración y la guerra en Ucrania, y asegura que los partidos políticos tradicionales no tienen respuesta a los verdaderos problemas que viven los alemanes.
Los analistas, sin embargo, explican gran parte del avance del partido como un “voto bronca”. En las encuestas, los votantes pueden expresar su insatisfacción “sin riesgos”, dice el politólogo Merkel. “Y la forma más firme de expresarlo es votando a la formación política más extremista”.
Merkel estima que alrededor de la mitad de quienes dicen que votarán por el partido de ultraderecha son votantes enojados. “Las encuestas no son lo mismo que los resultados electorales”, agrega.
Pero a solo nueve meses de las elecciones para el Parlamento Europeo y con elecciones previstas para el otoño boreal del año que viene en los estados orientales de Brandemburgo, Sajonia y Turingia –donde el AfD está 10 puntos por encima de su promedio nacional en las encuestas–, las cifras del partido generan alarma.
La prolongada desaceleración económica y la elevada inflación podrían estar ayudando al AfD, dice el analista Höhne. “Cuando la gente puede comprarse casa, auto, e irse de vacaciones, es más fácil apoyar la democracia”.
Alemania todavía está por detrás de otros países europeos en lo que respecta a la extrema derecha. El expremier italiano Silvio Berlusconi llevó a Meloni al gobierno como ministra en 2008, pero en Alemania, ese tipo de alianzas todavía son un tabú político.
Pero la creciente popularidad del AfD hace que los otros partidos tengan cada vez más dificultades para formar coaliciones políticas viables sin tomarlo en cuenta. Sin embargo, los recientes comentarios del líder de los Demócratas Cristianos, Friedrich Merz, de que su partido podría trabajar junto con el AfD en un nivel político parecen ser “un tanteo del terreno”, dice Kiess.
Por ahora, Krah y sus colegas rebosan de confianza. “La derecha está creciendo”, dice. “Y pasa lo mismo en toda Europa.”
Por Loveday Morris y Kate Brady
Traducción de Jaime Arrambide
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